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Por qué Kamala Harris debe rechazar (discretamente) parte de la herencia que le deja Joe Biden

Aunque Harris no es Biden, le puede resultar difícil en estos poco más de dos meses de campaña que logre presentarse como un “cambio” a un gobierno del cual ella es la número dos. El éxito de su candidatura puede depender de eso.
Publicado 31 Ago 2024 – 06:01 AM EDT | Actualizado 31 Ago 2024 – 06:01 AM EDT
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Joe Biden tenía varios problemas como candidato: era impopular, porque muchos tienen la percepción de que la economía va mal (pese a que muchos dudaban de que estuviera capacitado física y mentalmente para asumir cuatro años más en la Casa Blanca.

Por eso, la dramática entrada de la vicepresidenta Kamala Harris como su sustituta en la fórmula presidencial del Partido Demócrata generó una ola de optimismo entre los demócratas y descalabró inicialmente a la campaña republicana de Donald Trump.

El éxito del relanzamiento de la hasta entonces aletargada campaña demócrata es que Harris no es Biden y le insufló una energía que la carrera por la reelección no estaba mostrando. De hecho, la última encuesta de Gallup muestra que el 78% de los demócratas o aquellos inclinados por los demócratas dijeron estar “más entusiasmados de lo habitual por votar” en comparación con elecciones pasadas. En marzo esa cifra era del 55%.

Y aunque Harris no es Biden, le va a resultar difícil en estos poco más de dos meses de campaña presentarse como un “cambio” a un gobierno del cual ella es la número dos.

¿Qué ha hecho Harris en el gobierno?

Precisamente, la estrategia que ha adoptado la campaña republicana es atar a Harris al presidente Biden, haciendo énfasis en que ella pertenece a la istración Biden-Harris, y, ahora que ella ha empezado a esbozar sus propuestas políticas, hacer la pregunta retórica de por qué no ha puesto en práctica esas ideas desde hace 3 años y medio.

En su primera entrevista desde que asumió la candidatura, Harris trató de presentarse como “un nuevo camino hacia adelante” para superar la “última década”, al tiempo que mostró orgullo por lo logrado durante la presidencia de Biden, sobre todo en el tema de recuperación económica.

“Primero, estoy tan orgullosa de haber trabajado como vicepresidente de Joe Biden, y, segundo, estoy tan orgullosa de estar compitiendo con Tim Walz para la presidencia de EEUU, y llevamos a EEUU hacia lo que creo que los estadounidenses merecen, que es un nuevo camino hacia adelante y pasar la página de la última década de lo que creo ha sido contraria a donde realmente el espíritu de nuestro país”, dijo Harris a CNN.

El problema es que esa década de la que habla la vicepresidenta incluye su tiempo con Biden al frente del gobierno, e incluso la última parte de la era de Back Obama.

De allí que en su conversación con Dana Bash, tuviera que “aclarar” que se refería al ánimo de mayor
confrontación y más polarizado que ha dominado al país desde que Donald Trump apareció en la escena política estadounidense y no, por supuesto, a políticas adelantadas por sus colegas demócratas.

Una distancia "prudente" respecto a Biden

Aunque lograr distanciarse lo suficiente del actual gobierno y, al mismo tiempo, apropiarse de lo que considera sus logros pueda ser un desafío político clave para su candidatura, algunas encuestas parecen sugerir que puede ser posible.

Por ejemplo, los sondeos muestran que Harris está obteniendo mejores resultados que Biden, al punto que su imagen ha mejorado y resulta más popular que el presidente y su contrincante republicano, aunque eso no se traslade necesariamente a la intención de voto.

Harris le está yendo mejor que a Biden en los temas álgidos de economía e inmigración, que son los dos flancos más débiles en los que los republicanos esperan dañar más a los demócratas.

Una encuesta de Washington Post-ABC News-Ipsos publicada a mediados de agosto, antes de la Convención Demócrata que oficializó la candidatura de Harris, indicaba que casi las dos terceras partes de los encuestados consideran que Harris tenía “poca” o “casi ninguna” injerencia en la política económica de Biden.

En cuanto a inmigración, un 57% de los encuestados piensan que tuvo solo “alguna” influencia en el manejo del tema, pese a que los republicanos la han etiquetado como la “zarina de la frontera”, exagerando el rol que se le asignó de atender las causas de la migración de América Central y no el tema específico de la seguridad fronteriza.

Kamala Harris y su "declaración de independencia" de Joe Biden

Como toda candidatura, en el pasado de Harris (no solo como vicepresidenta, sino como senadora y, antes, como fiscal general de California) hay comportamientos, decisiones y opiniones que serán explotadas por la campaña republicana tratando de presentarla como “liberal radical”, “incompetente” o “inconsistente”.

Pero su lastre más grave es su vínculo al impopular Biden, en el que los republicanos pueden convencer a más votantes de que ella no representaría un cambio a un gobierno que no les gusta.

Hasta ahora, Harris se ha desmarcado de su actual jefe sin pintarlo con tintes negativos y reconociendo que hay que hacer más para ayudar a los estadounidenses, como hizo durante su discurso de aceptación de la candidatura y que el exasesor de Obama, David Axelrod, calificó como su "declaración de independencia".

"Es interesante lo poco que mencionó a Joe Biden en este discurso (…) Esta fue su declaración de independencia. Creo que van a tener dificultades para vincularla [con Biden]", dijo Axelrod en esa oportunidad.

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