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Elecciones 2018

Sea ola o simple marejada azul, el triunfo demócrata en el Congreso preocupa a los republicanos

Conforme se asienta el polvo y baja la marea después de las elecciones de mitad de periodo, los analistas coinciden ampliamente en que un cambio demográfico entre los votantes podría traerle problemas a Trump dentro de dos años.
18 Nov 2018 – 08:15 AM EST
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Los demócratas lograron importantes avances en las elecciones del 6 de noviembre, pero ¿fue finalmente una 'ola azul', como algunos lo han llamado?

Dado que los republicanos aumentaron su control en el Senado, no fue exactamente el tsunami que esperaban algunos demócratas, quienes se mostraron exageradamente optimistas.

De hecho, con tantas contiendas cerradas aún en juego en la noche de las elecciones, aún no estaba claro de inmediato a qué partido le había ido mejor.

Algunos analistas republicanos ridiculizaron los avances demócratas como una "pequeña marejada azul", mientras que el presidente Donald Trump calificó rápidamente los resultados de un "tremendo éxito" para él y su partido.


Ahora, 10 días después, está emergiendo un escenario más claro, que muestra que los demócratas recuperaron firmemente el control de la Cámara de Representantes con 231 escaños frente a los 198 de los republicanos, una impresionante ganancia de 36 escaños. Ese margen podría ampliarse, pues seis escaños aún están en juego.

Los demócratas lograron avances en estados de color rojo oscuro como Texas, Arizona y Nevada, mientras recuperaron el terreno perdido en el "Cinturón del Óxido" del medio oeste industrial y eliminaron el bastión republicano del condado de Orange en el sur de California.

Los demócratas ganaron el voto popular en la contienda por la Cámara de Representantes por casi siete puntos porcentuales, el tercer margen de voto popular más alto de cualquier elección desde el año 1992, según el Cook Political Report.

Las mujeres, los latinos y los votantes más jóvenes manifestaron su apoyo a los demócratas en todo el país y eligieron a una serie de nuevos candidatos que entusiasman al partido.

Al tomar todo eso en cuenta, los analistas, incluyendo algunos republicanos, ahora están más seguros de sus veredictos.

"Fue una ola", dijo David Jolly, un excongresista republicano de Florida que abandonó el partido el mes pasado y ahora es analista de CNN y MSNBC.

Al Cárdenas, expresidente del Partido Republicano de la Florida lo llamó "un golpe quirúrgico imprevisto. Y letal". Las pérdidas republicanas en el suroeste, que alguna vez se consideró un bastión republicano, fueron especialmente dañinas, señaló.

"Los cambios demográficos y la retórica antiinmigrante han cambiado Arizona, Nevada, Nuevo México y han profundizado aún más nuestra desventaja en Colorado y California", dijo.

The New York Times lo llamó "un cambio azul", y señaló que 317 de los 435 distritos electorales giraron a la izquierda a pesar de que solo 39 de esos distritos pasaron de ser republicanos a demócratas.

Los distritos que pasaron a manos de los demócratas tuvieron un cambio promedio de 21 puntos porcentuales, según The New York Times, mientras que el distrito promedio a nivel nacional se movió 10 puntos porcentuales hacia la izquierda, incluso donde ganaron los republicanos.

Los resultados fueron aún más impresionantes, según señalaron algunos analistas, debido a las desventajas que enfrentaron los demócratas, incluyendo la manipulación política (gerrymandering) de distritos seguros en los estados controlados por los republicanos.

"En cierto sentido, a los republicanos los habían evacuado a tierras altas, lejos de las costas", según The Upshot, el equipo de análisis de datos de The New York Times.

Algo que no tiene discusión fue el aumento de la participación de los partidarios de ambos partidos.


Según Michael McDonald, del proyecto Election de la Universidad de Florida, la participación en las elecciones de la semana pasada fue la mayor en unos comicios de mitad de periodo en 104 años.

En Texas, más de 8.3 millones de personas votaron, casi el doble que en las elecciones de mitad de período de 2014.

Ola demográfica

Los demócratas dicen que la participación latina aumentó en un 174% en las elecciones de mitad de periodo, según el Representante Ben Ray Luján, presidente del Comité de Campaña Demócrata del Congreso. La comunidad hispana también tendrá un nivel histórico de representación en el Congreso con al menos 42 : 34 demócratas y 8 republicanos en ambas cámaras. Una contienda que incluye a un candidato hispano, Gil Cisneros en California, aún no se ha decidido.

Una encuesta a boca de urna mostró que el margen demócrata entre los latinos creció 14 puntos porcentuales, de 26 a 40; mientras que creció 4 puntos porcentuales entre las mujeres y que el partido convirtió un déficit de 3 puntos en 2014 entre los graduados universitarios en una ventaja de 20 puntos.

Las encuestas a boca de urna pueden ser poco confiables, pero la firma demócrata de datos Catalist también encontró un cambio leve, pero importante, en la proporción total de votos. La proporción de votantes blancos se redujo en un 3%, del 79% al 76%, mientras que la proporción de votantes negros, latinos y asiático-estadounidenses aumentó en un 1%.

Y esa podría ser la ola más reveladora en las elecciones de 2018, dijo Jolly. "La demografía política, el pulso de la política del país, se está alejando de donde están los republicanos, y en lugar de responder a eso, los republicanos se están alejando de donde está el pulso", dijo.

El desempeño de los candidatos demócratas perdedores en Texas y Georgia "me sorprende mucho", le dijo a MSNBC Cornell Belcher, un estratega político progresista. "Texas es para los republicanos lo que California es para los demócratas, pero un demócrata estuvo a dos puntos de desbancar a un senador republicano en funciones", dijo, refiriéndose a la cerrada contienda entre Beto O'Rourke y el senador Ted Cruz.

"Eso debería conmocionar a todo el sistema republicano", dijo.

Florida

La principal anomalía que frustra la ola azul fue Florida, donde todavía se está realizando un recuento en el que los republicanos marchan al frente tanto en las elecciones para el Senado. Para la gobernación, apenas este sábado el candidato demócrata Andrew Gillum finalmente reconoció su derrota frente a la versión estatal del Trump: Ron DeSantis. Esto se explica en parte por la demografía del 'Estado del Sol', que tiene una creciente población hispana, pero también atrae a los jubilados blancos debido al clima más cálido y los bajos impuestos.

"No estamos perdiendo población. Los votantes más jóvenes no están reemplazando a quienes mueren", dijo Daniel Smith, presidente de ciencias políticas de la Universidad de Florida. "Florida es un estado difícil. Los votantes más jóvenes que llegan a la mayoría de edad se ven neutralizados por los votantes mayores que se mudan al estado y que son más propensos a votar".

Sin duda, una elección de mitad de periodo no siempre es un buen indicador de la próxima elección presidencial. Por ejemplo, a Obama le fue mal en 2010, pero se recuperó en su reelección de 2012. Lo que queda claro en estas elecciones de mitad de periodo de 2018 es que el Partido Republicano tendrá que mejorar en dos años para que Trump tenga la oportunidad de ser reelegido.

"En general, los candidatos republicanos al Senado quedaron bien por detrás del desempeño de Trump" en nueve de los 10 estados clave que los republicanos esperaban ganar este año, concluyó Larry Sabato, analista político de la Universidad de Virginia.

Eso no impidió que al menos tres de esos candidatos, en Indiana, Missouri y Dakota del Norte, ganaran, y existe una gran posibilidad de que obtengan un escaño en Florida también.

Pero, "de cara al 2020, Trump tendrá que replicar su desempeño en 2016 — y no el desempeño de los candidatos republicanos al Senado — para ganar en los estados clave que votaron por él en 2016".

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