Trump corteja a los seguidores de Sanders en New Hampshire: "Bernie vendió su alma al diablo"

BEDFORD (New Hampshire)-- Bernie Sanders batió a Hillary Clinton aquí en las primarias de febrero y amenazó su coronación como candidata demócrata. A finales de julio tiró la toalla y pidió a sus seguidores que votaran en noviembre por su adversaria para evitar un triunfo de Donald Trump.
El millonario neoyorquino también arrasó las primarias de febrero pero no tiene el respaldo de todos sus rivales durante las primarias. Marco Rubio y Carly Fiorina marcan distancias. Jeb Bush y Lindsay Graham han advertido que no votarán por él.
Quizá por eso Trump inició su discurso aquí en Bedford con una llamada a los seguidores de Bernie Sanders, a quienes intentó convencer de que merecía la pena votar por él.
“Bernie se vendió al diablo”, dijo el candidato republicano. “Habría sido una figura política legendaria pero hizo un trato con Hillary y se dejó engañar. Clinton es una insider que lucha por ella y por su hija. Yo soy un outsider que luchará por ti”.
New Hampshire es un estado cada vez más importante a la luz de lo que dicen los sondeos. Quizá por eso en las últimas 24 horas han estado aquí los demócratas Clinton y Sanders, su adversario Trump y los candidatos libertarios Gary Johnson y Bill Weld, que celebraron el miércoles un foro organizado por la cadena MSNBC.
El discurso de Trump fue muy similar al que ha pronunciado en otros eventos. Pero habló más que otras veces sobre los correos electrónicos de Clinton y puso en duda su honradez. Durante su intervención, hizo referencia a los acuerdos comerciales, vinculó la heroína con México, lanzó frases populistas e hizo algún guiño a los seguidores de Ron Paul.
“Yo no tenía por qué hacer esto”, dijo el candidato. “Tengo una compañía enorme y no tenía por qué hacer una cosa así. Pero estoy seguro de que los políticos fracasados y los medios arrogantes se van a llevar una sorpresa. Estados Unidos será más grande, mejor y más fuerte que nunca. Los Clinton son el pasado sórdido. Nosotros seremos un futuro limpio y brillante”.
Sin los líderes locales
En el evento no estuvo presente la senadora Kelly Ayotte, que se juega su reelección en noviembre en una carrera muy ajustada y que está haciendo lo posible por separarse de Trump. Sus anuncios televisivos subrayan su compromiso con las mujeres y su disposición a trabajar con sus colegas demócratas. Dos atributos que aspiran a retener a un electorado muy independiente y que no se fía de las aristas de Trump.
Al menos a Trump lo acompañaba una figura del establishment local: John Sununu, que fue gobernador de New Hampshire y jefe de gabinete de George H. W. Bush.
Sununu dijo cosas terribles sobre Trump durante las primarias: lo llamó “tonto”, recordó que se había pronunciado a favor del aborto y dijo estaba cortado “por el mismo patrón que Barack Obama”. Esta semana cambió de opinión y pidió el voto para el candidato republicano, persuadido quizá porque su hijo Chris se presenta a gobernador en noviembre y comparte papeleta con Trump.
Sununu ofreció tres motivos para votar al candidato republicano: mejorar la economía, mantener el Supremo a salvo de jueces progresistas y cambiar de política exterior. “Ustedes son el componente más importante de cualquier campaña”, dijo a los seguidores de Trump al inicio del mitin. “Hablen con sus amigos y con su familia. Eso marca la diferencia. Si cada uno aquí saca tres votantes que no se han registrado, conseguiremos que gane Trump”.
New Hampshire sólo aporta al ganador cuatro votos electorales pero empieza a emerger como uno de los estados más importantes en esta carrera a la Casa Blanca.
Según el promedio de sondeos, Trump tiene a su alcance el triunfo en Nevada, Ohio, Florida, Colorado o Carolina del Norte. Pero necesita sumar un estado más para ganar. Estados como Pensilvania, Wisconsin o New Hampshire pueden decidir la carrera a su favor.
Trump arrasó aquí en las primarias republicanas pero esta vez la carrera es muy distintas. Entonces el millonario neoyorquino ganó con apenas 100.406 votos. En noviembre de 2012, Mitt Romney perdió contra Obama por 39.000 votos pese a sacar 329.918.
El respaldo de Trump en las primarias es la prueba de que su discurso populista resuena también en este estado donde el paro es bajo y donde la economía crece. Pero debe derrotar a Clinton y Sanders, que en febrero lograron casi 250.000 votos entre los dos.