Lo mataron a golpes con un palo tras reclamar su salario; miles piden ahora justicia

Durante 13 minutos, tres hombres inmovilizaron a Moïse Kabagambe y lo golpearon con un palo cerca del quisco en el que trabajaba en una playa de Río de Janeiro, en Brasil. El ataque continuó incluso después de que el joven de 24 años perdió el conocimiento. Eventualmente, intentaron reanimarlo, pero ya era demasiado tarde.
El brutal asesinato, que fue grabado por una cámara de seguridad obtenida por la prensa, ha generado una ola de indignación y protestas. Lo sucedido el 24 de enero todavía está siendo investigado, pero es visto por muchos como un ejemplo del racismo enquistado en la sociedad brasileña y las protestas se han sentido en las calles de Río y otras ciudades de Brasil.
"Moïse fue golpeado por 15 minutos en una concurrida playa, donde la gente pasa todo el tiempo y en ningún momento nadie llamó a la policía o intentó separarlos", dijo el abogado Rodrigo Mondengo, de la Barra de Abogados de Brasil en Río, de acuerdo con la AP. "No dudamos de que si hubiese sido una persona blanca la que estaba siendo golpeada, alguien hubiese ido a su rescate".
Otro activista, comparó la muerte del refugiado africano con el caso de George Floyd. "El barbárico asesinato de la gente negra es vergonzosamente común en Brasil", dijo Douglas Belchior, líder de la red Coalizão Negra Por Direitos, de acuerdo con The Guardian. "Aquí tenemos un George Floyd cada 23 minutos. Tenemos un Moïse cada 23 minutos. Constantemente nos están matando".
Líderes de la comunidad congolesa en Río publicaron un comunicado en el que repudiaron la muerte y la calificaron como un "acto brutal, que no sólo manifiesta el racismo estructural de la sociedad brasileña, sino que demuestra claramente la xenofobia en sus formas, contra los extranjeros". Piden que tanto los responsables del crimen como el dueño del local respondan por su muerte, de acuerdo con el medio O Globo.
Emigró huyendo de la violencia
De acuerdo con familiares, Kabagambe llegó a Brasil en 2011 para dejar atrás la violencia en la República Democrática del Congo. Vivió su adolescencia en Brasil, aprendió el idioma. "Todos sus amigos son brasileños", le aseguró su mamá a la televisora Globo.
"Desde que llegamos a Brasil, los brasileños han sido buena gente", escribió su madre en Epoca. "Pero, hoy, ya no sé. Moïse trabajó en ese quiosco antes de la pandemia, durante la pandemia. Conocía a todo el mundo allí".
La madre y el hermano de Moïses, Sammy Kabagambe, afirmaron que había ido a pedir que le pagaran los dos días de trabajo que le debían en el quisco Tropicália, en el vecindario Barra da Tijuca, redeado de lujosos condominios y comercios. De acuerdo con familiares citados por la prensa, le adeudaban 200 reales, cerca de 37 dólares.
"Quería su dinero para volver a casa y no le quisieron pagar. Ahí empezó la discusión y el encargado del establecimiento agarró un pedazo de madera para pegarles y (Moïse) agarró una silla para defenderse", le dijo a la agencia AFP su hermano, Sammy Kabagambe.
La policía detuvo a tres personas sospechosas de haber participado en la paliza e investiga las causas del crimen.
Reclaman en las calles
El asesinato del joven refugiado desató la indignación en las redes sociales y, este sábado, motivó protestas en Río, Sao Paolo, Sao Paulo, Salvador, Belo Horizonte y Brasilia. Varios artistas, deportistas y políticos han exigido justicia, entre ellos el cantante Caetano Veloso y el delantero del Flamengo Gabriel Barbosa, Gabigol.
Un grupo de manifestantes se reunió alrededor del quiosco en el que murió Moïses. "Se trata de la muerte de un extranjero que era nuestro hermano, porque era negro. Estamos aquí para mostrar resistencia, para mostrar que no dejaremos que lo que ocurrió quede impune", dijo a la AFP la estudiante Bruna Lira, de 19 años. Portaba una camiseta con la inscripción "antirracista".
La embajada de la República Democrática del Congo en Brasilia le dijo a CNN que Kabagambe es la quinta persona del país en ser asesinada en Brasil desde 2019.
En la capital, los manifestantes se reunieron frente al Ministerio de Relaciones Exteriores. Como parte de su protesta, derramaron un líquido rojo en la acera y luego lo secaron con paños: "sangre negro, ni una gota más", decían en sus carteles.
En medio de las protestas, el alcalde de Rio, Eduardo Paes, anunció el sábado que el lugar en el que fue asesinado Kabagambe se convertirá en un centro para homenajearlo y destacar la cultura congoleña. Asimismo, indicó que ofrecerá la istración del nuevo quiosco a su familia. Kabagambe vivía con ellos Madureira, una zona humilde del norte.
En Brasil se concentra la mayor población negra fuera de África, más del 50% de sus ciudadanos se identifican como negros y mestizos, y son quienes sufren mayores niveles de violencia, desempleo y falta de oportunidades, de acuerdo con datos de la agencia AFP.
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