null: nullpx
Armas

Por qué el tráfico de armas en EEUU se descubre hasta que ocurre un crimen varios años después

Las estadísticas y funcionarios federales advierten lo complicado que es para los investigadores seguir la ruta del tráfico de armas dentro del país. En California, por ejemplo, el armamento ilegal usado para cometer delitos se detecta en promedio 11.1 años después de su compra inicial en otro estado.
14 Ago 2021 – 01:34 PM EDT
Comparte
Cargando Video...

Este es un caso que, según las autoridades federales, ocurre a menudo en Estados Unidos: una persona acepta hacerle un favor a un amigo que tiene antecedentes penales y compra para este una pistola, para lo cual miente en el formulario que llena en la tienda. Después, para conseguir dinero quizás para pagar la renta, el amigo decide venderla a un delincuente, quien termina usándola en un homicidio lejos de allí.

El primer eslabón de esta cadena es el llamado “comprador de paja”, alguien que comete un par de ofensas hasta darse cuenta de que se ha metido en problemas legales y deja de comprar por otros. Son estos individuos los que están complicándole el trabajo a los investigadores, pues si bien son una de las principales fuentes de los traficantes de armas, la mayoría de las veces si acaso les acusan de mentir en el papeleo.

Por si fuera poco, la pistola que adquirió legalmente en una armería es rastreada varios años después, posiblemente en un estado lejano, cuando ya fue usada en un asesinato o tiroteo. Lo que ocurre en la mayoría de los casos es que los fiscales locales se enfocan en la persona que jaló el gatillo en su jurisdicción y no incluyen al “comprador de paja” como parte de una conspiración.

“La triste realidad es que muchos esquemas de tráfico de armas solo vieron la luz cuando un arma de fuego es recuperada en una escena de crimen, a menudo en un crimen violento, y luego se rastrea”, explicó un funcionario del Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), quien habló bajo condición de anonimato para discutir una nueva iniciativa del gobierno federal, en una teleconferencia en la cual participó Univision Noticias.

El funcionario comparó a los traficantes de armas con “hormigas que marchan de un lugar a otro” y dijo que sus casos son difíciles de procesar porque si los fiscales deciden presentar cargos en el lugar donde el armamento fue adquirido, estos suelen desestimar la acusación al considerarla una simple “violación de papeleo”.

“Hay muy pocas conspiraciones grandes. Parte del reto es que estos ‘compradores de paja’ cometen una, dos o un par de violaciones que son fáciles de desestimar”, explicó el oficial, quien lo atribuye a la falta de coordinación entre autoridades de los tres niveles de gobierno.

La nueva estrategia por medio de la cual la istración Biden trata de resolver esta falla operativa, consiste en crear cinco “fuerzas de ataque” enfocadas en interrumpir las principales rutas de tráfico de armas y en seguir la cadena de suministro para enjuiciar a todos los involucrados.

El plan busca utilizar datos, evidencia y trabajo de inteligencia entre varias agencias del orden para identificar patrones, pistas y sospechosos. Las cinco regiones que esta iniciativa cataloga como “clave” son Los Ángeles y San Francisco (California), Nueva York, Chicago (Illinois) y Washington DC.

“El objetivo de este esfuerzo coordinado es desmantelar toda la red de tráfico, desde el lugar donde se origina, por donde viaja a otras jurisdicciones, hasta los lugares donde finalmente se usan (las armas) para cometer crímenes violentos”, dijo una funcionaria del Departamento de Justicia (DOJ) en la teleconferencia.

En California hay dos regiones consideradas como “mercado de compra” y se cree que están vinculadas, pues los traficantes que consiguen armas en otros estados y las distribuyen en la zona metropolitana de Los Ángeles comúnmente las llevan al área de la Bahía, según ATF.

Compradas en Florida, usadas en California

Entre policías una frase común es que cada arma tiene una historia. Las casi 42,000 pistolas, rifles, escopetas y ametralladoras que fueron decomisadas en California en 2019 cuentan lo siguiente: 811 se usaron en homicidios, 311 provenían de un estado tan lejano como Florida y en promedio fueron incautadas por la Policía 11.1 años después de su compra inicial, según estadísticas de ATF.

En la Costa Este, en Nueva York, las 7,300 armas que rastreó el gobierno federal ese año revelan que 672 se utilizaron en el narcotráfico, 107 fueron llevadas desde Texas y pasaron un promedio de 11.7 años hasta las autoridades lograron decomisarlas.

Y en Illinois, uno de los estados bajo la lupa del gobierno, la mayoría de las 15,400 pistolas y rifles incautados hace dos años fueron usados en distribución de drogas, asalto agravado, homicidios y suicidios. Varias de estas provenían de estados vecinos: Indiana, Michigan y Ohio. Allí pasan unos 8 años para detectarlas.

“Con demasiada frecuencia, las armas que se encuentran en las escenas del crimen provienen de cientos o incluso miles de millas de distancia”, dijo el fiscal general Merrick B. Garland al anunciar la creación de los cinco equipos policiales para combatir el tráfico de armas.

Datos preliminares indican que los homicidios perpetrados a balazos aumentaron un 20% en todo el país, un repunte después de que hubo semanas en relativa calma durante y luego de la cuarentena por los contagios del nuevo coronavirus. En California, en particular, el incremento alcanzó niveles no vistos desde 2007 y se atribuye a pleitos entre pandilleros, en cuya cartera de actividades delictivas está el tráfico de armas.

Dos casos llevados a juicio

Uno de los casos recientes que los fiscales sí decidieron llevar a los tribunales es el de Laquesha Hardimon, una mujer de 29 años que el 2 de octubre de 2020 compró un arma en la tienda Kevin’s Guns de Missouri. Ella declaró que la quería para protegerse, pero se la dio a su hermano, quien no podía adquirirla legalmente. Unos días después, su familiar se la entregó a otra persona.

El 17 de octubre de ese año, el arma fue utilizada en un homicidio que se cometió a varias millas de allí, en Wisconsin. Hardimon se declaró culpable a finales de julio y ahora espera su audiencia condenatoria.

Otra “compradora de paja” que terminó enfrentando cargos penales es Sarah Jean Elwood, 33 años y originaria de Minneapolis. La acusación señala que ella adquirió al menos 56 armas de fuego en negocios legítimos de Minnesota entre agosto de 2020 y mayo de 2021. Tres de esas armas fueron decomisadas por la policía en investigaciones criminales.

Al tomar el caso, ATF descubrió que ella se hizo del armamento para otra persona que las vendía por su cuenta. A uno de sus clientes le entregó el 12 de mayo de 2021 una pistola Glock calibre .9 milímetros, que fue recuperada 15 días después en posesión de un sospechoso acusado por un tiroteo.

Elwood fue detenida en mayo pasado al salir de un negocio en el que compró tres armas, un cargador y tres cajas de balas, por los que pagó 1,750 dólares. La banda ganaba $100 por cada venta ilegal.

Otras fuentes de los traficantes, según ATF, son transacciones privadas y vendedores sin licencia, que inclusive han sido policías que usaron su placa para adquirir modelos especiales en menor tiempo.

También las obtienen robándolas de vehículos y armas; y pagándole a fabricantes caseros para que les elaboren las llamadas ‘armas fantasmas’ ( ghost guns). Estas no pueden ser rastreadas porque no tienen un número de registro. Por eso está aumentado su popularidad entre carteles y pandilleros.

Si tienes pensamientos vinculados al suicidio o conoces a alguien que los tiene, hay líneas telefónicas en español e inglés de asistencia en la Línea de Prevención del Suicidio y de la Asociación Estadounidense de Prevención del Suicidio. El teléfono de ayuda es 1-800-273-8255, el servicio es gratuito, está disponible todo el tiempo y las llamadas son confidenciales.

Mira también:

Loading
Cargando galería
Comparte
RELACIONADOS:Arrestos