Más carriles no están resolviendo el tráfico en las carreteras, pero estas cinco medidas sí pueden ayudar

En 2004, la Aliancia Estadounidense de s de Autopistas (AHUA por sus siglas en inglés) clasificó a la Katy Freeway en Houston, en Texas, como la segunda autopista más congestionada en Estados Unidos. Cada año, los conductores desperdiciaban 25 millones de horas utilizándola.
¿La solución de Texas? Ampliar la vía. De ahí que hoy la autopista abarque la enormidad de 23 carriles y dicen que es la más ancha en el mundo. La AHUA, por su parte, aplaudió el haber “solucionado” el cuello de botella en 2015.
Sin embargo, el problema está todavía ahí y el tráfico empeoró. Y la causa hay que buscarla en el principio de la demanda inducida: la adición de carriles casi siempre conlleva más tráfico. Ahora bien, si autopistas más anchas no pueden resolver el infortunio de los viajeros en Houston, ¿qué puede hacerlo? Un nuevo corto audiovisual, realizado por Wendover Productions, propone cinco ideas y deja una importante advertencia (míralo a continuación en inglés).
1. Los semáforos de rampa
El tráfico se ralentiza exponencialmente: una pequeña adición de autos puede conducir a una mucho mayor congestión. Pero, a su vez, suprimir la circulación de una pequeña porción de autos puede reducir considerablemente la congestión. De ello se deriva la importancia de los semáforos de rampa, los cuales sí permiten que uno o dos autos entren a una autopista a un paso constante, manteniendo el flujo del tráfico a una velocidad relativamente eficaz.
Y funcionan, como lo prueban algunas experiencias. En 2001, el Departamento de Transporte de Minnesota apagó los semáforos de rampa para poner a prueba su eficacia. La consecuencia fue que los tiempos de viaje se ralentizaron en un 22%. “El sistema de semáforos de rampa produce una reducción anual de 2.6 millones de horas gastadas en demoras inesperadas”, concluyó un informe estatal.
2. La tarificación vial
Las carreteras se cuentan entre los recursos más apreciables del patrimonio de una ciudad, pero pocas urbes les ponen el precio que merecen. Es lamentable, ya que cobrar a los choferes por entrar a ciertas áreas, en determinados momentos, es la estrategia de mitigación de tráfico más efectiva que las ciudades tienen a mano. Estocolmo redujo los tiempos de viaje en cerca de un 40% en 2006, al fijar peajes de solo un par de dólares antes de que los autos se internaran en el centro de la ciudad. Londres, Singapur y Copenhague han experimentado cambios semejantes, a partir de similares planes de tarificación por congestión.
3. Las rotondas
Pero solucionar los problemas del tráfico no pasa solo por aminorar la congestión. También es una problemática ligada a la seguridad. Reemplazar las señales de pare tradicionales con estas antiintersecciones circulares puede evitar accidentes serios hasta en un 75% y los percances fatales, por encima de un 90% (existe evidencia de que las rotondas son proclives a choques poco relevantes). Al hacer casi frenar a los choferes, eliminando los giros a la izquierda y permitiendo al tráfico fluir uniformemente, las rotondas constituyen una efectiva intervención vial.
4. Bienvenida la idea de compartir la calle
Puede sonar peligroso, pero no lo es tanto: hacer que distintos tipos de vehículos circulen juntos genera conducción más segura. Remover las intersecciones de carriles, señales de pare, carteles, conos y aceras podría sonar como un deseo funesto, pero, de hecho, obliga a todo el que comparte la vía a prestar más atención. Y eso tiene recompensa: los woonerfs (literalmente, patio viviente), como los holandeses cariñosamente apodan las zonas multimodales en que se puede caminar, andar en bicicleta y conducir un auto, pueden limitar la ocurrencia de accidentes en casi un 50%.
5. Repensando la tradicional intersección en las autopistas
Las autopistas no van a desaparecer en un plazo cercano, de modo que podemos hacerlas más seguras mientras aún las necesitemos para viajar. Algo que se puede hacer es despejar los puntos conflictivos propensos a los accidentes en las vías de . Los llamados Diverging diamond interchanges o intersección divergente en diamente (¡que cuentan con su propio sitio de seguidores!) orientan a ambos sentidos del tráfico a cruzar hacia los lados opuestos antes de entrar en la autopista, de forma que los autos no tengan que hacer nunca giros riesgosos a la izquierda. El Departamento de Transporte también es un seguidor de esta política. Aproximadamente, un 90% de este tipo de iniciativas para la seguridad vial se localiza en Estados y hay más en camino.
El problema del tráfico no se ‘solucionará’ hasta que no haya autos en las carreteras. De hecho, a las cinco propuestas relacionadas arriba, añadiríamos el financiamiento y la expansión de las opciones de transporte público, el incremento de la infraestructura para andar en bicicleta y caminar, y la prohibición de la circulación vehicular en las áreas urbanas más densas.
Mientras los autos sean parte fundamental de nuestra cotidianidad, hay formas de paliar los extenuantes dolores de cabeza en el horario pico, así como de eliminar las colisiones innecesarias, siempre que los funcionarios pertinentes aparten el manual antiguo y atiendan a la implementación de medidas como las anteriormente señaladas. “Hasta que las ciudades, al menos, no ensayen algunas soluciones”, comenta el narrador del video, “estaremos condenados a vivir bajo el pesado lastre del tráfico, para siempre”.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.