Lyft ofrecerá viajes gratis a las manifestaciones contra las armas

Lyft anunció hace poco más de una semana que dará viajes gratis a los estudiantes que asistan a March for Our Lives, las manifestaciones en repudio a la violencia con armas, las cuales tendrán lugar en el país a fines de este mes.
En un comunicado a través de Twitter, John Zimmer y Logan Green, cofundadores de Lyft, escribieron:
“Me parece increíble. Gracias a ti @ lyft”, tuiteó Cameron Kasky, una de los diez sobrevivientes del tiroteo en la escuela de Parkland, Florida.
Desde el 14 de febrero, cuando un individuo armado con un fusil AR-15 mató a 17 personas -entre estudiantes y profesores- en la Escuela Secundaria Marjory Stoneman Douglas, Kasky y otros jóvenes se han convertido en héroes nacionales en la lucha por el control de armas. Los estudiantes han organizado una manifestación central en Washington DC el 24 de marzo, han recaudado millones de dólares en donaciones de celebridades, y han hablado con firmeza ante el presidente Donald Trump, el senador Marco Rubio y otros líderes políticos acerca de la necesidad de reformar la política sobre el control de las armas. Sus esfuerzos también estimularon a decenas de importantes corporaciones, como Delta y United Airlines, a las compañías de renta de autos Hertz y Avis, así como a MetLife Insurance para romper vínculos con la Asociación Nacional del Rifle y el trabajo de lobby que esta realiza (algunas de esas compañías ya están recibiendo represalias por parte de estos poderosos grupos de presión y sus aliados predilectos).
Pero la decisión de Lyft es un tanto distinta, al menos en que brinda un apoyo directo y activo. Y, por otro lado, no deja de ser una jugada inteligente: como reacción a la noticia, cientos de tuits de otros s sugirieron que usarían Lyft en vez de Uber, la compañía líder en los servicios ride-hailing.
La medida está en consonancia con los recientes esfuerzos de Lyft de hacerse ver como una opción más “responsable” (como famosamente expresara Zimmer), en comparación con su más rapaz archirrival. Si bien Uber protagonizó una serie de escándalos públicos el año pasado. Por ejemplo, en enero de 2017 la campaña #deleteUber surgió con fuerza, después de que la empresa promoviera el aumento de sus precios desde y hacia el aeropuerto JFK de Nueva York, a la sazón de una huelga de taxistas protestando por el veto migratorio de Trump contra los musulmanes. Lyft ha dado pruebas de estar más a la izquierda, o al menos de apoyar movimientos sociales progresistas. Entre ellas, una donación de un millón de dólares a la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles apenas unas horas después de desatada #deleteUber, la opción para que los s puedan donar a organizaciones benéficas, y los descuentos en viajes a las Marchas de las Mujeres el pasado enero. “No somos el chico bueno”, confesó Zimmer a Time en marzo de 2017. “Somos un mejor novio”.
Ahora bien, no está claro si Lyft es o no la opción más responsable es todavía asunto de debate —por ejemplo, en términos de las miserables ganancias de los choferes tanto de Uber como de Lyft, ninguna de las dos marcas es irable—, pero parece tener cierta ventaja en los negocios. En 2017, la compañía duplicó el número de reservas de viajes y ganó cuota de mercado.
Uber, ya se sabe, no ofrecerá viajes gratis a March for Our Lives, según aseguró un representante de la organización. Sin embargo, la movida de Lyft en apoyo al activismo juvenil es especialmente hábil por un par de razones.
Primero que todo, los adolescentes ejercen un considerable poder de gasto. Se estima que la llamada generación Z –nacidos entre mediados de los noventas e inicios de los 2000- gasta cerca de 43,000 millones de dólares como consumidor demográfico. En segundo lugar, cada vez menos adolescentes pagan por gasolina, ya que no conducen tanto como las generaciones que los precedieron. En 2014, menos de un 25% de los jóvenes de 16 años tenía licencia de conducir, cifra que contrasta con un 46% reportado en 1983. Pero hay claros síntomas de que los jóvenes están llamando o solicitando los servicios del tipo de Lyft: un análisis de noviembre de 2017, centrado en los s, y basándose en datos de la aplicación Current, halló que en transporte solamente se les va a los adolescentes un 5% de todos sus gastos, mientras Uber y Lyft representaban un 84% del gasto de este segmento poblacional en servicios de taxi.
Oficialmente, no se supone que los choferes de Uber y Lyft trasladen menores no acompañados por adultos, pero algunos informes dejan entrever que los ride-hailing se han convertido en un lugar común para una legión de muchachos y muchachas desencantados con conducir y que, las más de las veces, están mirando la pantalla de sus teléfonos inteligentes.
Tanto los millennials como quienes los sucedieron han sido vistos, por mucho tiempo, como generaciones deslumbradas por la tecnología digital que suelen hacer descansar en sus padres las responsabilidades financieras y el transporte, por no hablar de su falta de compromiso con el mundo real. Tras los sucesos de Parkland, asistimos a una narrativa emergente: los jóvenes que están en constante movimiento, empuñando las herramientas digitales que mejor entienden para transformar el panorama político acorde con sus necesidades y temores. No sorprende entonces la premura de Lyft en reunirse con ellos dondequiera que vayan, esos consumidores políticamente poderosos que llegarán a ser adultos sin tener licencia para conducir.
Este artículo fue originalmente publicado en inglés en CityLab.com