Conducir más rápido no nos hace más felices

Cualquiera que tenga prisa por llegar rápidamente a su casa después del trabajo podría verse tentado a pensar que se sentiría mucho mejor si pudiera conducir un poco más rápidamente. Pero resulta que la velocidad no parece tener nada que ver con cuán felices estamos con nuestros sistemas de transporte local.
A comienzos de este mes, CityObservatory presentó algunas nuevas estimaciones de la velocidad promedio de desplazamiento en diferentes áreas metropolitanas, según datos de Victor Couture, de la Universidad de California. Sus números indican que el promedio de velocidad de desplazamiento en algunas áreas metropolitanas (como Louisville) es un 22% más rápido que en las grandes áreas metropolitanas típicas; mientras que en otras zonas es más lento. La velocidad promedio en Miami es aproximadamente 12% menor que en las grandes áreas metropolitanas típicas. Hemos asumido durante mucho tiempo que uno de los objetivos de nuestro sistema de transporte es permitirnos avanzar lo más rápidamente posible cuando viajamos, así que es lógico que la gente que vive en ciudades ‘más rápidas’ debería estar más feliz con sus sistemas de transporte.
Para probar esa hipótesis, le echamos un vistazo a algunos de los datos generados por la firma Porch de análisis de bienes raíces. La firma encargó una encuesta representativa a nivel nacional de los habitantes de las grandes áreas metropolitanas en la que se les preguntó cuán satisfechos estaban con su sistema de transporte local en una escala de 1 a 5, siendo 5 muy satisfecho. Comparamos estas calificaciones a nivel de área metropolitana de satisfacción con los estimados de Couture de velocidades relativas en cada área metropolitana. Hay un ligero desfase temporal entre las dos fuentes de datos: los datos de la encuesta son de 2015 mientras que los datos de la velocidad son de 2008; pero como vimos antes, los datos de velocidad de 2008 se correlacionan estrechamente con un estudio independiente de los niveles de congestión vial en el 2016, sugiriendo que el rendimiento relativo de los sistemas de transporte de la ciudad no ha cambiado mucho en ese período de tiempo.
Las áreas metropolitanas más rápidas no tienen viajeros más felices
El siguiente gráfico muestra la felicidad con el sistema de transporte regional en el eje vertical, y el promedio de velocidad en el eje horizontal. Los valores más altos en la escala vertical (felicidad) indican mayor satisfacción; los valores más altos en la escala horizontal (velocidad) indican una velocidad promedio de desplazamiento más rápida. Los datos muestran una débil relación negativa que no alcanza las pruebas convencionales de significancia (p = .16). Si bien no hay una fuerte relación entre la velocidad y la felicidad, en todo caso, se inclina hacia una negativa; los que viven en las ciudades ‘más rápidas’ no están más contentos con su sistema de transporte que aquellos que viven en las más lentas.

Este gráfico compara la velocidad promedio en una ciudad, con la satisfacción de su transporte. No se ve una relación directa entre estos dos factores.
Tenemos una fuerte corazonada de porqué viajar más rápidamente podría no producir más satisfacción con el sistema de transporte. Viajar más rápidamente a menudo se correlaciona con la menor densidad, y con distancias más largas hasta los destinos más frecuentes, como centros de trabajo, escuelas y tiendas. En una extensa área metropolitana de baja densidad, con grandes distancias entre destinos, muchos de los posibles ahorros en tiempo de viaje pueden verse consumidos por el hecho de tener que viajar largas distancias. Una explicación complementaria es que los lugares con velocidades más rápidas pueden ser aquellos donde proporcionalmente ocurren más viajes sobre caminos de mayor capacidad y velocidad, como carreteras, autopistas, autovías y grandes arterias, en contraposición con las calles de la ciudad. La mayor velocidad medida puede ser producto de viajar largas distancias a altas velocidades en algunas ciudades, en contraposición con las ciudades con viajes promedio mucho más cortos en las calles más lentas de la ciudad.
Viajar más rápido se correlaciona con conducir más
Para explorar esta hipótesis, comparamos el promedio de millas vehiculares recorridas (MVT) por persona y por día, según lo informado por el Departamento de Transporte, con el promedio de velocidades estimadas para las áreas metropolitanas. Estos dos conjuntos de observaciones son para el 2008. El siguiente gráfico muestra las VMT per cápita en el eje vertical, y el promedio de velocidad en el eje horizontal. Como pensábamos, hay una fuerte relación positiva entre la velocidad y la distancia recorrida. Las personas que viven en lugares con velocidades más rápidas conducen más kilómetros por día.

Este gráfico sí muestra una relación: las más altas velocidades se dan en las ciudades donde se manejan más millas.
Conducir más se asocia con una menor satisfacción con el transporte en las áreas metropolitanas
Para unir todo esto, decidimos que analizaríamos otra relación más: ¿Cómo la distancia recorrida afecta la felicidad con un sistema de transporte de un área? Este último gráfico muestra la felicidad (en el eje vertical) y las millas vehiculares recorridas (en el eje horizontal). Aquí hay una fuerte relación negativa: mientras más lejos conducen los residentes a diario, menos felices están con su sistema de transporte del área metropolitana.

Este gráfico compara millas de viaje con la satisfacción del transporte. Mientras más largo es el tiempo de viaje, menos felicidad hay en la ciudad.
Pensamos que este gráfico tiene una implicación importante para pensar acerca de las ciudades y el transporte. En lugar de enfocarse en la velocidad, que parece tener poca o ninguna relación con cómo las personas perciben la calidad de su sistema de transporte, deberíamos buscar maneras de influir en los patrones de uso de suelo para que las personas no tengan que viajar tan lejos. Si pudiéramos descubrir maneras para lograr viajes más cortos y viajar menos, tendríamos ciudadanos más felices.
Este artículo apareció originalmente en inglés en CityObservatory.