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CityLab Medio Ambiente

Los miles de cartógrafos que están ayudando a Puerto Rico en medio de la crisis

Desde sus computadores, voluntarios de todo el mundo están ayudando a hacer mapas actualizados, lo que permite no solo apoyar a los equipos de emergencia, sino planear la reconstrucción.
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17 Oct 2017 – 03:06 PM EDT
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Durante la planificación de la distribución de ayuda en San Juan, un socorrista comprueba las condiciones de las carreteras valiéndose de un mapa de Puerto Rico. Crédito: Colin Chaperon / American Red Cross

Más de tres semanas después del brutal impacto del huracán María sobre Puerto Rico, el panorama en la isla es aún desolador. Menos de un 15% de la población tiene energía eléctrica y buena parte del territorio no cuenta con agua potable limpia. El abastecimiento de comida y de otras necesidades básicas, particularmente en las áreas remotas, se ha visto obstaculizado por un sinfín de problemas, incluyendo la falta de cobertura de los teléfonos móviles, las vías dañadas, la continuidad de la lluvia, y en lo que más de un analista concuerda con los puertorriqueños: la lenta e insuficiente respuesta por parte del gobierno de Estados Unidos.

Como si no bastara, otro inconveniente para la recuperación son los mapas o, en realidad, la carencia de ellos. Si bien antes del paso de María los mapas de la isla eran bastante confiables y precisos, el grado de detalle que tenían no se acercaba al de otras partes de Estados Unidos. Plataformas como Google Maps son más abarcadoras y fiables en el continente que en la isla, explica Juan Saldarriaga, un becario del Centro para la Investigación Espacial de la Universidad de Columbia. Esto se debe a que compañías como Google a menudo crean mapas por razones financieras, ya sea para venderlos a los anunciantes o como herramientas de navegación, por lo que a las áreas con menor actividad económica se les presta menos atención.


Esta insuficiencia cartográfica ralentiza –y, en algunos casos, impide– los esfuerzos de la etapa de recuperación: sin la información básica de la ubicación de los edificios, por ejemplo, los rescatistas no saben cuánta gente vivía en la zona antes de que golpeara el ciclón y, por ello, también es difícil saber cuánta asistencia es requerida.

El mapeo por la vía colaborativo en internet –conocido también como mapeo por crowdsourcing– puede ser de mucha ayuda. Saldarriaga recientemente organizó un ‘mapathon’ en Columbia, en el cual un grupo de voluntarios examinó imágenes satelitales de Puerto Rico y añadió construcciones que faltaban, así como carreteras, puentes y otros puntos de referencia en la plataforma de código abierto OpenStreetMap. Si bien otras universidades o grupos interesados están impulsando iniciativas de esta índole, cualquiera podría, con conexión a internet y un ordenador, participar.

Saldarriaga y sus coorganizadores colaboraron con el Equipo Humanitario de OpenStreetMap (HOT, por sus siglas en inglés), una entidad sin fines de lucro que crea mapas que, basándose en la colaboración abierta, buscan asistir en las tareas de recuperación y desarrollo. Voluntarios como Saldarriaga, principalmente, llevan a cabo los proyectos de ‘mapeo de crisis’ del HOT, el primero de los cuales tuvo lugar tras el terremoto de 2010 en Haití.

Durante los días que sucedieron a la catástrofe, los haitianos enviaban mensajes de texto para indicar a los rescatistas dónde encontrarlos; algunos incluso se comunicaron mientras estaban atrapados en las edificaciones. “Fue difícil localizar esos lugares sin la ayuda de un buen mapa”, sostiene Tyler Radford, director ejecutivo de HOT. “Entramos en acción y completamos carreteras, edificios, tan solo como punto de partida para las labores de recuperación”.

Radford añade que unos 2,800 cartógrafos voluntarios han colaborado con OpenStreetMap en respuesta al paso de los huracanes por el Caribe. El aporte ha sido inestimable: han ubicado a más de medio millón de edificaciones. Colaboradores en el terreno, tales como la Cruz Roja Americana y FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, por sus siglas en inglés), usan constantemente estos mapas actualizados.

Dale Kunce dirige las operaciones de mapeo para la Cruz Roja, y, a su vez, preside la junta del HOT. Él estuvo recientemente en Puerto Rico, donde se apoyó sobremanera en OpenStreetMap. “Cuando nuestros equipos de trabajo salían a trabajar en el terreno, disponían de información fresca”, aduce. “También hemos colgado esa información en aplicaciones móviles que nos han permitido valernos de mapas sin necesidad de internet, los cuales fueron clave ya que el servicio celular es escaso”.

El personal que comanda Kunce marcaba los mapas indicando los cierres de carreteras y puentes, de modo que equipos de trabajo futuros supieran evitar esas rutas. “Les daban la vuelta, o quizás se las ingeniaban para cruzar, cosa de poder llegar, sí o sí, a las comunidades que aguardaban la ayuda”, añade.

Kunce no esconde su sorpresa ante el hecho de que FEMA y su equipo emplearan los mismos mapas. “Esto es fundacional en el contexto de la asistencia para desastres”, repone. “Es inapreciable que todos dispongamos de una misma representación cartográfica para trabajar”.

“Es inapreciable que todos dispongamos de una misma representación cartográfica para trabajar”.


Radford hace notar que si bien el ‘mapeo de crisis’ es un imperativo, la cartografía es también crucial para la recuperación a largo plazo. Un ejemplo es Nepal, que aún se está recuperando del terremoto ocurrido en 2015. Tras el desastre, HOT coordinó el trabajo de 8,000 voluntarios que, conjuntamente con una filial local, mapearon en detalle las áreas afectadas. “Una vez que creamos estos mapas”, indica Radford, “ellos pueden ser utilizados en lo adelante”. En Nepal, sirvieron para evaluar el nivel de daño en cada hogar y planificar, por tanto, la reconstrucción.

Está claro que Puerto Rico también va a requerir asistencia de forma prolongada. La falta de electricidad, que no será restaurada sino en meses, ya está generando una severa crisis de atención médica. Y si son muchos los residentes que aún carecen de alimentos y agua potable, no es de extrañar que aquellos que puedan hacerlo se larguen al continente. La iniciativa de completar mapas es apenas una parte de lo que necesitará ser un esfuerzo colosal por parte del gobierno de Estados Unidos, aunque reconforta saber que Kunce y su equipo permanecerá ayudando: “Vamos a continuar realizando el mismo tipo de trabajo que nos permita identificar dónde es más necesaria la asistencia a largo plazo”.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.

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