Algunos quieren ‘embellecer’ el muro, pero estos arquitectos creen que es una pésima idea

Imaginémoslo: el famoso muro propuesto por presidente Trump, pero en vez de ser un artificio serio, feo, gris y reminiscente de una prisión, es una larga extensión de contenedores de carga reciclados, un gran desarrollo de uso mixto con departamentos, tiendas y espacios públicos de arte. Así lo ha imaginado la empresa de arquitectura DOMO, que propuso esta nueva idea.
“Una de nuestras metas fue no crear algo como la Gran Muralla China o el Muro de Berlín que han sido símbolos de división”, dijo el arquitecto principal de la propuesta Francisco Llado a Politico. “Nuestro diseño no se trata de dividir, sino de un sentido de unidad y funcionalidad sostenible” (CityLab ó a la empresa para solicitar permiso para utilizar sus imágenes, pero la firma se negó y explicó que no continuará con el proyecto) .
Aquí en CityLab apreciamos el desarrollo urbano y la arquitectura creativa. Pero aún a nosotros nos parece un poco extraño construir un muro para la istración de Trump con estas características. Queríamos saber qué opinan otros arquitectos y las comunidades fronterizas que experimentarían este desarrollo si se llevara a cabo. Para esto conversamos con Teddy Cruz y Fonna Forman, de la Universidad de California San Diego, quienes son expertos en planificación urbana y política (respectivamente) de la frontera entre Tijuana y San Diego, además de dirigir el estudio de arquitectos Cruz+Forman.
Anteriormente, CityLab les consultó sobre cómo deberíamos pensar en nuestras fronteras. Ahora les preguntamos sobre esta idea de crear un desarrollo de uso mixto en el muro y la idea de embellecer este muro en general.
CityLab: Deberíamos de empezar con lo más básico. ¿Qué les parece la idea que tuvo esta empresa de arquitectura, de convertir el muro en una zona de desarrollo mixto?
Teddy Cruz: Antes de eso, deberíamos plantear todo en el contexto de nuestra posición sobre el muro. Obviamente, lo que nosotros hemos expresado es que no queremos participar ni en lo más mínimo en esta construcción. En otras palabras, estamos haciendo una llamada a la profesión de arquitectura y obviamente al público entero a que denuncien este acto. De hecho, [Fonna y yo] fuimos invitados por una organización de Nueva York a ser parte del jurado para una competencia internacional para diseñar el muro y lo rechazamos. Y lo que respondimos a ellos es lo mismo que respondimos a esta compañía de arquitectura haciendo esta propuesta.
Uno de los socios del arquitecto en el artículo que nos mandaste dijo que él no quiere hablar de política, que esta propuesta era solo sobre el muro como arquitectura. Y así lo pensaba, la organización de Nueva York que nos invitó [la Third Mind Foundation]: no querían tomar ninguna posición política. Y ese es el problema con nuestra situación actual como arquitectos. Permanecer neutral políticamente es ser cómplice de estas instituciones que han perpetuado injusticias. Y estamos llamando a los arquitectos a que tomen una posición que denuncie la xenofobia, la inequidad y que diga que construir este muro es injusto.
Fonna Forman: Esta invitación de Third Mind vino justo antes de la elección, pensando en la posibilidad de que ganara Donald Trump. Y luego, apenas ganó, el Instituto Americano de Arquitectura (AIA) inmediatamente extendió la mano a Trump, prometiendo trabajar con él en sus planes de infraestructura. Así como nos oponemos a trabajar en el muro, también nos oponemos a involucrarnos hasta saber la totalidad de los proyectos que pueden salir de ahí. Tenemos que tomar una posición política.
CityLab: ¿Entonces se oponen a este proyecto de uso mixto porque los arquitectos no deben de apoyar el muro y punto?
Teddy Cruz: Es un poco más complicado. Definitivamente no es una cuestión principalmente sobre ‘¿qué debe ser el muro?’, porque ya tomamos la posición política de denunciar el muro. Pero, al mismo tiempo, obviamente la pregunta sobre ‘qué va a hacer el muro a las regiones de la frontera’ sí es importante. Como nos dijo un residente que trabaja con nosotros aquí en la frontera con nuestra organización Casa Familiar, “si tienen que tener un muro ahí, ¿por qué tiene que ser un muro tan estúpido?”.
O sea, ¿por qué, cuando pensamos en un muro en la frontera, tiene que ser un artificio estúpido que trunca e interrumpe los sistemas que comparten las dos ciudades en cada lado de la frontera? Y el problema es que, en la mente de muchos arquitectos que están tratando de responder a esta realidad, su intervención activa en el mundo está basada completamente en la estética. Simplemente es una manera de embellecer el artificio. Y, para mí, eso no es suficiente.
Fonna Forman: Hemos estado argumentando que embellecer un edificio que es inherentemente injusto. Simplemente lo hace natural, lo hace legítimo y minimiza la culpa que siente el público en permitir que ocurra. Lo que realmente necesitamos es un cambio en nuestra visión pública, nuevos líderes políticos que entiendan que en regiones como estas [en la frontera], la sostenibilidad requiere cooperación, no bifurcación por un muro.
CityLab: Entonces debemos pensar en nuevas maneras de conectar los dos lados de la frontera, no simplemente tratar de hacer bello el mismo tipo de muro.
Teddy Cruz: Exacto. A veces hemos criticado nuestra propia profesión de arquitectos, porque en los últimos años de ‘boom’ económico la arquitectura se ha convertido simplemente en una herramienta para camuflar las injusticias de la inequidad social por el embellecimiento. Y no es suficiente pensar en este problema [del muro] simplemente bajo el lente de la arquitectura… Aunque tomamos una posición política en contra del muro, podemos entender la urgencia de reimaginar las fronteras como algo más que una barricada y como algo más inteligente, más inclusivo, más ético, que puede elevar y apoyar las dinámicas transfronterizas tan importantes que convierten estas zonas en lugares de creatividad urbana y política.
CityLab: OK, entonces ¿cuál es el resultado ideal? ¿Que ningún arquitecto se involucre en el proyecto y el muro no se pueda construir? ¿O que los arquitectos se involucren y traten de crear proyectos que hagan algún bien por esta área?
Teddy Cruz: Lo digo de nuevo, es una pregunta muy muy difícil. Espero que haya alguna manera de contextualizar lo que queremos decir. Por un lado, este es un momento en que las instituciones deben denunciar lo que está pasando. [Pero] obviamente los arquitectos, como puedes ver, quieren involucrarse, quieren contribuir para embellecer [el proyecto]. Pero lo que diríamos nosotros es que eso no es suficiente. Y Fonna tiene una posición más radical [sobre lo que deben de hacer los arquitectos] que ella te puede explicar. Pero en el contexto de la idea del uso mixto que nos mandaste, este rendering de contenedores de transporte de acero, con usos mixtos y tiendas minoristas y todo, solo muestra lo ingenuo que son los arquitectos y lo ingenua que es la arquitectura, cuando ignora lógicas sociales y políticas. ¿Quién pagaria por todo esto? ¿Cómo van a operar en el medio del desierto?
Pero, bueno, Fonna tiene otras ideas también que puede compartir.

Fonna Forman (izquierda) y Teddy Cruz (derecha) dirigen la Iniciativa Tranfronteriza de la Universidad de California San Diego (Imagen cortesía de Fonna Forman).
CityLab: ¿Fonna, cuál es tu posición más radical a la que se refiere Teddy?
Fonna Forman: La idea es esencialmente que, si la pared es una estructura de acero, penitenciaria, fea, pues deja que lo sea. Embellecerla o hacerla más agradable estéticamente camufla el contenido político del muro y las muchas injusticias que crea. Entonces no queremos minimizar eso. La gente ha estado pensando en maneras de hacer que la frontera sea más porosa, más inteligente. Reforzarla, mientras la hacemos más bonita, es la dirección totalmente equivocada para nosotros.
Teddy Cruz: Obviamente, yo quiero que todos estos artificios sean más bonitos que este muro feo de prisión. Pero nuestra crítica es la de camuflar agendas exclusionarias con la estética. Si algún arquitecto está considerando involucrarse en esto, tienen que verlo como más que un acto de embellecimiento. Tiene que ir más allá. Tiene que estar considerando cuestiones de infraestructura, de qué tipos de ingresos puede generar [el proyecto que quieren hacer]. Es una cuestión transfronteriza y regional.
CityLab: ¿Cuál creen que debe ser su rol, como arquitectos e investigadores, en el futuro de la frontera?
Fonna Forman: De mi perspectiva, las universidades que existen junto a la frontera están posicionadas para ser creativas con estos problemas. No sobre el muro necesariamente, pero sobre pensar en maneras creativas de transgredir la frontera por la tecnología, crear porosidad que puede ser no tan obvia. Nosotros [en la Universidad de California San Diego] tenemos polos de trabajo en terreno a los dos lados de la frontera, con estudiantes de México y de Estados Unidos participando en una transferencia de conocimiento por la frontera. Estamos muy interesados en entendernos como una región, con intereses específicos regionales que trascienden la frontera.
Teddy Cruz: Esencialmente la frontera se tiene que repensar. Es menos un artificio y más una colaboración transfronteriza de sinergias e instituciones. Nosotros somos los facilitadores de eso aquí.
Esta entrevista ha sido editada y condensada.