Cuando una acción global es exitosa: la lección que dejó la campaña que cerró el agujero en la capa de ozono
Hace 40 años un grupo de científicos de Reino Unido descubrió, de manera accidental, un creciente exitoso hasta la fecha".
El descubrimiento, llevado a cabo en 1985 por científicos del British Antarctic Survey (BAS), identificó un rápido adelgazamiento de la capa de ozono sobre la Antártica. La capa de ozono actúa como el protector solar del planeta, por lo que su erosión podría tener consecuencias graves para la vida en el planeta.
El descubrimiento del agujero en la capa de ozono
Los científicos Joe Farman, Brian Gardiner y Jon Shanklin identificaron un dramático adelgazamiento de la capa de ozono sobre la Antártida, desencadenando una preocupación mundial inmediata sobre el daño potencial a la salud humana y a los ecosistemas en todo el mundo.
La capa de ozono, ubicada entre 9 y 18 millas sobre la superficie terrestre, contiene una alta concentración de gas ozono que absorbe los dañinos rayos ultravioleta del Sol, actuando como un protector invisible para el planeta.
Sin protección contra los rayos ultravioleta estaríamos expuestos a grandes niveles de radiación, lo que podría aumentar las tasas de enfermedades como cáncer de piel, cataratas y daños al sistema inmunológico.
Sin el sistema de filtración que provee la capa de ozono, muchos ecosistemas terrestres también sufrirían perturbaciones importantes. Entre ellos el plancton, considerado como la base del 90% de la producción primaria en los ecosistemas marinos, según la istración Nacional Oceánica y Atmosférica.
Shanklin, quien continúa trabajando con BAS como miembro emérito, recordó en un comunicado de la organización publicado en ocasión del aniversario del descubrimiento, que después de revisar los datos recabados, “finalmente nos dimos cuenta de que estábamos observando algo significativo y potencialmente alarmante”.
“Al publicar nuestros hallazgos en Nature hace 40 años, no podíamos prever la respuesta global que vendría después”, añadió el científico.
Acciones para eliminar el problema
El descubrimiento condujo directamente al Protocolo de Montreal, un tratado internacional firmado solo dos años después de que los científicos de BAS publicaran el hallazgo.
El acuerdo, firmado por todos los de la ONU, congeló la producción y el uso de sustancias que agotan la capa de ozono y sentó las bases para su eliminación gradual.
Los científicos determinaron que dichas sustancias eran los compuestos químicos artificiales conocidos como clorofluorocarbonos (CFC), ampliamente utilizados en equipos de refrigeración, aerosoles, disolventes y extintores.
Hoy en día, el protocolo se erige como uno de los tratados ambientales internacionales más exitosos jamás implementados, dice el comunicado del BAS.
“Mirando hacia atrás, estoy inmensamente orgulloso de nuestro trabajo en la Estación de Investigación Halley y de lo que vino después”, dijo Shanklin, quien agregó que “a veces, los descubrimientos más significativos no provienen de la búsqueda de algo específico, sino de la observación atenta de los cambios en lo que creemos que ya entendemos”.
“Esa lección sigue siendo tan relevante hoy como lo fue hace cuatro décadas”, concluyó el científico.
Según un estudio divulgado, la presencia de los CFC en la atmósfera está disminuyendo más rápido de lo esperado, demostrando el éxito del protocolo de Montreal.
"Ha sido un gran éxito global. Estamos viendo que las cosas van en la dirección correcta", dijo en esa oportunidad a AFP el autor principal del estudio, Luke Western, de la Universidad de Bristol en Reino Unido.
Western atribuyó el fuerte descenso de los CFC a la eficacia del Protocolo de Montreal, así como a regulaciones nacionales más estrictas y un cambio de mentalidad por parte de la industria.
"En términos de política ambiental, hay cierto optimismo de que estos tratados ambientales pueden funcionar si se implementan y se siguen correctamente", dijo Western.
En su comunicado BAS advirtió, sin embargo, que "aunque el agujero de ozono antártico muestra indicios de recuperación, el proceso es muy lento".
"Los CFC tienen una vida útil atmosférica de más de 50 años, por lo que, incluso sin más emisiones, la recuperación completa podría no ocurrir hasta después de 2070" dijo la organización.
"El descubrimiento del agujero de ozono se erige como uno de los descubrimientos ambientales más importantes del siglo XX y demuestra cómo la ciencia sólida, la comunicación clara y la cooperación internacional pueden abordar las amenazas a escala planetaria", declaró director interino de ciencia del BAS, Dominic Hodgson, en el comunicado .
Con información de la Agencia -Presse.
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