El Parlamento llama a salir a las calles a protestar contra Maduro en día histórico para Venezuela
CARACAS, Venezuela. - El Parlamento de mayoría opositora y el gobierno chavista miden fuerzas este miércoles 23 de enero con sendas marchas en las calles de Caracas, en medio de la agudización de la grupo de 27 militares se sublevaran contra Nicolás Maduro provocando una sorpresiva ola de protestas en distintas zonas populares de la capital en apoyo a los rebeldes.
Aunque rápidamente fue sofocado por el gobierno , el levantamiento de ese puñado de oficiales de la Guardia Nacional Bolivariana fue la chispa que encendió este lunes las manifestaciones en una treintena de sectores de Caracas, la mayoría de ellos muy humildes, y aumentó la tensión política en la víspera de las movilizaciones del miércoles. Las barricadas e incendios de basura se repitieron este martes en la noche, a apenas horas de la convocatoria.
Se repiten las imágenes de 2014 y 2017, con cacerolazos, barricadas en llamas, bombas lacrimógenas y perdigones, mientras los gritos de “¡fuera Maduro!” se mezclan en los barrios con los reclamos por el alto costo de la vida, las fallas en el suministro de agua, luz y gas doméstico y la baja calidad de los Clap, el programa gubernamental de venta de alimentos a precios subsidiados.
La fecha en la que se realizará la protesta está cargada de simbolismo para los venezolanos. El 23 de enero de 1958, un movimiento cívico-militar derrocó a la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez e instauró la democracia en el país. “Hace 61 años la unión de un pueblo llevó a Venezuela a retomar la democracia que había sido arrebatada por un dictador. Hoy tenemos el mismo deber de esos venezolanos que unieron sus voces”, expresó el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, un ingeniero de 35 años que se ha convertido en el nuevo rostro de la oposición.
El segundo mandato de Nicolás Maduro, que comenzó este 10 de enero, es calificado como ilegítimo por el Poder Legislativo venezolano, Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos, por considerar que es el resultado de un proceso electoral fraudulento que se llevó a cabo el 20 de mayo de 2018.
La Asamblea Nacional declaró que Maduro está “usurpando” la Presidencia de la República y aprobó una Ley de Amnistía que pretende quebrar la unidad de su gobierno, extendiendo un llamado a los funcionarios civiles y militares que aún sostienen el gobierno a que rompan filas y faciliten una transición democrática. La amnistía busca proteger a quienes luchen por el retorno de la democracia, según se lee en el texto.
En plena erupción del conflicto institucional, Guaidó ha dicho que está dispuesto a asumir la jefatura del Estado de manera interina para luego convocar a elecciones. La Carta Magna venezolana estipula que deben celebrarse 30 días después de la falta absoluta del Presidente y con el presidente de la Asamblea Nacional al mando ( artículo 233).
Guaidó ha aclarado que solo dará ese paso si cuenta con el respaldo de los ciudadanos, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana –aún leal a Maduro- y la comunidad internacional.
El chavismo no se ha quedado de brazos cruzados. “Ellos dicen que el 23 de enero es el día y nosotros decimos que ese día iremos a las calles y Maduro seguirá siendo Presidente. El 24 de enero seguirá siendo Presidente, veremos al final quién cumple, si ellos o nosotros”, retó el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello.
Maduro acusó a sus adversarios políticos y a la Casa Blanca de tener un plan para generar violencia en la marcha opositora con el objetivo de derrocar su gobierno. Siguiendo esa misma línea, su ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, denunció más temprano que Voluntad Popular –partido de Guaidó- había estado involucrado en la sublevación de los militares para robar armas con el fin de perpetrar “hechos de violencia y falsos positivos” en el marco de la movilización convocada por el Parlamento.
Entretanto, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, envió un mensaje a la oposición venezolana de aliento por la marcha del 23 de enero:
Como respuesta, Maduro anunció este martes por la noche que tomará medidas: "Las declaraciones injerencistas del Vicepresidente estadounidense son inaceptables. Estamos haciendo una revisión total de las relaciones diplomáticas con EEUU y en las próximas horas, tomaremos decisiones contundentes para defender la soberanía y la dignidad de nuestro pueblo".
En ebullición
En varias ciudades del país, y especialmente en zonas populares que antes eran leales al chavismo, se organizaron barricadas e incendiaron basura para protestar contra el gobierno de Maduro nuevamente este martes en la noche.
La organización Observatorio Venezolano de Conflictos reportó la muerte de un joven de 16 años que se unió a las protestas en Catia, una zona popular al oeste de Caracas, al ser herido de bala.
En San Félix, una zona popular del estado Bolívar, al sur del país, la estatua de Hugo Chávez ardió. Un simbólico gesto del hastío que muestran quienes protestan por segundo día consecutivo de esta manera. "No queremos Clap (la bolsa de comida subsidiada), solo queremos que se vaya Nicolás (Maduro)", repiten los que salen a la calle.
El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) contabilizó 12,715 protestas en 2018, lo que equivale a 35 diarias y que representa 30% más que las registradas en el convulso 2017. Sin embargo, en el ámbito local existe la percepción de que el país está adormecido. ¿La razón? Casi todas esas protestas carecieron de conducción política y se limitaron a reflejar de manera espontánea el creciente malestar por la hiperinflación, la escasez de alimentos y medicinas, y el colapso de los servicios públicos.
El ascenso de Guaidó este año ha cohesionado a la oposición, revitalizado al Parlamento y relanzado la organización popular tratando de unir el descontento social con la demanda de democratización y cambio político. “Existen diferencias importantes en esta nueva etapa de manifestación de energía social. Por un lado, se nota una sociedad más cautelosa y madura con respecto a las expectativas que se formula”, indica Félix Seijas Rodríguez, profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y director de la firma Delphos.
La oposición ya encabezó grandes movilizaciones en los años 2014 y 2017, que concluyeron con un saldo de cientos de muertos por la represión y un sentimiento de frustración generalizada, al ver que Maduro se atornillaba en el poder mientras las protestas sumaban víctimas. El fracaso provocó fisuras en el bloque opositor, desactivó las manifestaciones políticas y terminó afianzando al régimen socialista.
“Con la figura de Guaidó, el liderazgo opositor transmite renovación, frescura y está generando confianza. Muestra mesura, alineada con la cautela de la gente. Y, además, existen mayores señales de descontento en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana”, completa Seijas Rodríguez.
La madrugada de este lunes 21 de enero, un reducido grupo de oficiales de la Guardia Nacional Bolivariana – fuerza clave para el mantenimiento del orden público- se levantó contra de Maduro en un destacamento de Caracas. Luego de detener a los insurrectos, el Ministerio de Defensa atribuyó el hecho a los “oscuros intereses de la extrema derecha” y voceros del oficialismo lo relacionaron con la Ley de Amnistía impulsada por el Parlamento para supuestamente “engañar” a los militares.
Identificada como el principal sostén del gobierno, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana está en el ojo del huracán. El titular de Defensa, general en jefe Vladimir Padrino López, se esfuerza en demostrar su adhesión al líder de la revolución, a quien ha jurado lealtad en repetidas ocasiones. “Estamos dispuestos a morir, como lo hemos jurado, para defender esa Constitución, ese pueblo, esas instituciones y a usted como magistrado supremo, Presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela”, sentenció Padrino López en una reunión televisada de Maduro con el alto mando militar.
“Las protestas en el oeste de Caracas demostraron que no hay talanqueras que saltar. Aquí todos quedamos en el mismo corral: sin luz, sin agua, sin medicinas, sin
gas y con un futuro incierto. Todos estamos sumergidos en esta crisis, menos el usurpador”, fustigó Guaidó, brindando un espaldarazo a la reacción popular.
Recordando una polémica frase del difunto comandante Hugo Chávez, Cabello ha enviado este mensaje a la oposición: “Esta revolución es absolutamente pacífica y llamamos a la paz, pero no está desarmada. Si tenemos que ir a la calle, defenderemos nuestra patria”. Venezuela se calienta y amenaza, una vez más, con estallar.