¿Por qué el alza de los precios del petróleo beneficia poco al país con las mayores reservas del mundo?

El ataque a las instalaciones petroleras de Arabia Saudita, el principal exportador de crudo del mundo, impulsó el precio del barril de crudo. Pero contrariamente a lo que podría pensarse, este incremento no tendrá mayor impacto en Venezuela: la nación con las mayores reservas de petróleo del planeta.
La causa es que la cantidad de petróleo que se extrae diariamente en Venezuela registra una profunda caída en los últimos seis años, a lo que se añade el impacto que tienen las sanciones de Estados Unidos sobre los pocos barriles que la istración de Nicolás Maduro logra colocar en el mercado.
Las estadísticas de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) muestran la pérdida de peso que ha tenido Venezuela en el negocio petrolero. De acuerdo con la información entregada por el gobierno venezolano, en agosto el país produjo 933,000 barriles diarios, cifra que representa un descenso de 66% en los seis años en los que Nicolás Maduro ha estado en el poder y una cantidad inferior a lo que el país producía en la década de 1940.
La firma Síntesis Financiera deja en claro que por el declive de la producción, que se ha acelerado en los últimos 12 meses, aun si el alza en los precios del petróleo se mantuviese por largo tiempo el beneficio en ingresos será muy limitado: “Para Venezuela, un mes con un aumento de 12 dólares en el precio por barril exportado representa hoy entre 90 y 100 millones de dólares extra. Con los volúmenes de hace un año habría significado un ingreso adicional entre 360 y 450 millones de dólares”.
La caída de la producción, tras años de baja inversión y una gerencia errática donde el sector militar ha tomado el control de la empresa petrolera del Estado, PDVSA, no tiene perspectivas de detenerse en el corto plazo.
Parte del problema
José Toro Hardy, quien formó parte de la junta directiva de PDVSA, explica que “anteriormente cuando había conflictos en el Medio Oriente Venezuela era parte de la solución del problema porque estaba en capacidad de aumentar su producción y mejorar el abastecimiento del mercado, pero ahora somos parte del problema porque nuestra producción ha caído dramáticamente”.
“ La caída de la producción se traduce en que prácticamente no nos beneficiemos del aumento del precio, las exportaciones son muy bajas y hay que tomar en cuenta que buena parte de ellas son para pagar deuda con Rusia y China, es decir, no generan caja”, agrega José Toro Hardy.
En julio Venezuela exportó 770 mil barriles diarios de petróleo y las estimaciones apuntan a que al menos un tercio de estos barriles no son cobrados porque el país los envía a Rusia y China como pago de préstamos recibidos durante la istración de Hugo Chávez.
Si bien el Gobierno no provee información, analistas proyectan que la deuda con China se ubica en torno a 16,000 millones de dólares y en el caso de Rusia otros 3,000 millones de dólares.
Ventas a descuento
La orden ejecutiva firmada por Donald Trump el pasado 5 de agosto, que permite bloquear los activos que tengan en Estados Unidos las empresas que mantengan relaciones económicas con la istración de Nicolás Maduro, ha impactado las pocas exportaciones de petróleo de Venezuela, que tiene como principales compradores a China e India.
China National Petroleum Corp (CNPC) suspendió la compra de petróleo venezolano de manera directa, al igual que Reliance, la compañía que posee la mayor refinería de India. Para seguir exportando el gobierno venezolano vende el petróleo, con un descuento que se estima en torno a 30%, a intermediarios que luego lo revenden en Asia.
Rosneft, la empresa petrolera rusa, es el principal intermediario del gobierno venezolano, al punto que en agosto tomó 65% de los despachos de petróleo de Pdvsa, de acuerdo con informes internos y datos de Refinitiv Eikon, difundidos por Reuters.
Antero Alvarado, director de Gas Energy, considera que “un factor importante es que Venezuela prácticamente solo tiene un comprador para su petróleo -que es Rosneft- que actúa como intermediario, esto la hace muy vulnerable ante la posibilidad de beneficiarse del aumento en el precio porque depende de las condiciones que le imponga Rosneft”.
Las compras de gasolina
El aumento en los precios del petróleo no solo puede significar muy poco para Venezuela en materia de ingresos por la caída de su producción: en caso de que el alza sea por un tiempo importante ocasionará mayores gastos por las importaciones de nafta, gasolina y crudos livianos que Venezuela tiene que hacer para compensar el colapso de sus refinerías.
José Toro Hardy señala que “está muy claro que la gasolina y crudos livianos que Venezuela está importando aumentan de precio por el impacto que ha tenido en el mercado el ataque a Arabia Saudita. Podría suceder que al final, al tomar en cuenta el poco beneficio en las exportaciones y el aumento de precio de lo que se importa, el resultado neto sea negativo para el país”.
Fuentes de Pdvsa explican que las fallas de energía eléctrica y equipos dañados han derivado en que el principal centro de refinación de Venezuela trabaje a menos de 20% de su capacidad, por lo tanto, el país está importando gasolina para evitar que haya un mayor desabastecimiento de combustible.
Otro elemento es que, para transportarlos y procesarlos en refinerías convencionales, los crudos extra pesados de la Faja del Orinoco necesitan diluyentes. Los diluyentes que se emplean son nafta y crudos ligeros. Hasta hace pocos años no había que comprarlos en el exterior porque se producían en el país en las cantidades necesarias, pero ahora Pdvsa tiene que importarlos y cada vez, en mayor magnitud.
Los venezolanos sienten un impacto severo en la calidad de vida. El petróleo provee 9 de cada 10 dólares que ingresan al país, por lo tanto, el declive de las exportaciones petroleras obliga a un profundo recorte de importaciones que deja a las empresas sin suficiente materia prima para producir y genera un fuerte desabastecimiento.
De acuerdo con Torino Capital en los primeros cinco meses de este año las importaciones de Venezuela sumaron 1,938 millones de dólares, una magnitud que se traduce en una caída de 89% respecto al mismo lapso de 2013.