Venezolanos se movilizaron masivamente contra Maduro en un plebiscito que el gobierno desestima
CARACAS, Venezuela.- La oposición anunció que 7,186,170 venezolanos participaron en la consulta popular celebrada este domingo para manifestar su rechazo a la Constituyente que pretende imponer el presidente Nicolás Maduro.
"Matemáticamente, con los votos que logramos hoy, (Nicolás) Maduro está revocado", dijo el diputado Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional, minutos después de que la comisión de garantes del proceso designada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) anunció los resultados de la consulta, con el 95% de las actas escrutadas.
El Parlamento de mayoría opositora aprobó la realización del plebiscito el 5 de julio y en tan solo 11 días, con el respaldo de la sociedad civil y de más de 50,000 voluntarios, planificó y llevó a cabo un plebiscito sin precedentes en la historia de Venezuela.
Más que un evento electoral, este proceso representa la máxima expresión de la desobediencia civil convocada por la disidencia, que llamó a los ciudadanos a desconocer al régimen de Maduro por quebrantar el orden constitucional.
A pesar de la crispación política que sacude al país, la jornada transcurrió sin mayores alteraciones. Solo en uno de los 2,030 centros de votación que desplegó la oposición en todo el territorio nacional, se registró un hecho de gravedad cuando bandas paramilitares identificadas con el chavismo atacaron un "punto soberano" instalado en Catia, zona popular del oeste de Caracas, lo que dejó un saldo de una mujer asesinada y tres heridos.
La oposición condenó la violencia, pero destacó que la agresión perpetrada por los "colectivos" oficialistas no empañó una jornada que consideran "decisiva" en la lucha contra el régimen chavista. Alcanzado el objetivo este domingo, la oposición enfrenta el reto de cumplir su palabra y activar "la Hora Cero" para restituir la democracia en Venezuela.
"Esta es la demostración más contundente que puede ofrecer un pueblo en paz", señaló Carlos Vieira, un vecino de 47 años que reside en El Paraíso. Esta zona del oeste de Caracas, que ha sido víctima de la represión desatada por los cuerpos de seguridad, se organizó este domingo para desafiar una vez más a Maduro.
"Esta consulta es la manera que tenemos para responder a esa represión", insistía Vieira, quien reside en el conjunto residencial conocido como Los Verdes, que semanas atrás sufrió el asalto de policías y militares que irrumpieron en los apartamentos y destrozaron ascensores.
María Méndez, una exfuncionaria de 26 años, se encargaba de distribuir a los votantes por las 15 mesas del "punto soberano". "Todo lo que hemos padecido nos ha unido más. Usualmente los vecinos se pelean por los problemas del condominio, pero la represión nos ha convertido en una verdadera familia", aseguraba Méndez, quien, dijo, hoy transformó su dolor en esperanza.
Los habitantes de El Paraíso se encargaron de la logística y seguridad de la jornada. Agua, refrescos, arepas, sánduches, todos aportaron algo según la profundidad de su bolsillo, en una nación sacudida por una grave crisis económica caracterizada por la escasez de alimentos, medicinas y productos básicos.
Votar sin la vigilancia militar
En Venezuela, las elecciones siempre son militarizadas. El Ejército, al frente del llamado Plan República, toma los centros de votación y aplica la ley a rajatabla, limitando la actuación de los ciudadanos. La consulta popular ha sido todo lo contrario.
En los "puntos soberanos" retumbaba la música y se escuchaban las carcajadas de los ciudadanos, muy lejos de la disciplina castrense. Algunos buscaban mitigar el calor sofocante de este domingo con una cerveza bien fría. Otros fueron a ejercer su derecho acompañados por sus mascotas.
Sobre las mesas, los cuadernos de votación compartían espacio con empaques de galletas de chocolate y conchas de mandarina. "Esta es la fiesta de la libertad", gritaba una mujer que exhibía un sombrero tricolor.
No descuidaron los detalles. Los vecinos de El Paraíso tenían un "centro de apoyo legal", con abogados del sector, y hasta un equipo de atención médica. "Somos más de 90 personas, todos voluntarios. El apoyo de la gente sobrepasó nuestras expectativas", resaltaba Nelson Villegas, de 51 años, coordinador del centro de votación.
"Yo quiero un cambio, que se vaya este régimen para que seamos felices", manifestaba Reina Chirinos, una ama de casa de 62 años. Cuenta que desde que efectivos de la Guardia Nacional atacaron el edificio donde vive, lanzando bombas lacrimógenas y destruyendo las cámaras de vigilancia, no puede dormir en paz. Sin embargo, no deja de soñar con un mejor país. "Mi hija se acaba de mudar a España y allá votó. Los chamos se están yendo y nos estamos quedando los viejos, pero esta consulta popular me tiene contenta y nos llena de fe", cerró Chirinos con una sonrisa.