La OEA aprueba una débil resolución sobre Nicaragua que no condena al gobierno de Ortega

Desde las agrupaciones de defensa de los derechos humanos se sintieron sorprendidos este martes cuando la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó una resolución sobre la crisis en Nicaragua que evitó culpar al gobierno de Daniel Ortega por las al menos 110 muertes en seis semanas de protestas callejeras.
Por el contrario, la resolución, que fuentes diplomáticas dijeron que fue elaborada por los gobiernos de Estados Unidos y Nicaragua, se enmarcó como una "declaración de apoyo para el pueblo de Nicaragua".
La resolución condenó la violencia en Nicaragua y llamó el "cese inmediato de los actos de violencia, intimidación y amenazas dirigidas contra el público en general", y pidió a todas las partes que "participen constructivamente en la negociación pacífica".
La resolución fue un revés diplomático respecto a las declaraciones previas de Estados Unidos, incluidos los comentarios del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, quien el lunes dijo a la Asamblea General de la OEA que "la policía nicaragüense y los grupos armados controlados por el gobierno han asesinado a docenas, simplemente por protestar pacíficamente".
El martes por la mañana, la embajadora de EEUU ante la Organización Naciones Unidas, Nikki Haley, también responsabilizó directamente al gobierno de Nicaragua por las muertes.
"Condenamos la continua violencia de las fuerzas del gobierno nicaragüense contra los manifestantes que ha llevado a la muerte de más de 100 personas, incluido un ciudadano estadounidense el fin de semana pasado. Nos hacemos eco del llamado de @Pontifex para el diálogo y el respeto por las libertades básicas y las vidas de todos en #Nicaragua", retuiteó Haley un mensaje de la misión de EEUU ante la ONU.
Para aumentar la confusión, luego de la resolución, el embajador de los Estados Unidos ante la OEA, Carlos Trujillo, dijo que la posición de los Estados Unidos no había cambiado y que la istración Trump responsabilizaba al gobierno nicaragüense por la violencia.
"El gobierno nicaragüense (...) ha cometido crímenes graves contra manifestantes pacíficos y contra la propiedad", dijo en un comunicado, y agregó que cualquier diálogo debe diseñarse para restablecer el orden democrático y revertir las "medidas dictatoriales" de Ortega, agregó.
Fue más allá en una entrevista con el periódico digital nicaragüense, Confidencial, diciendo que los Estados Unidos estaba exigiendo elecciones anticipadas en Nicaragua.
La OEA no abordó cómo podrían reanudarse las negociaciones para poner fin a la crisis. Un diálogo nacional mediado por la Iglesia Católica en el que participaron el gobierno nicaragüense, el sector privado y estudiantes líderes universitarios, fracasó el mes pasado luego de repetidas violaciones por parte del gobierno de un acuerdo para detener la represión policial de las protestas callejeras.
"Es vergonzoso para la OEA. (Nicaragua) está en plena erupción y mucha gente está siendo asesinada", dijo Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano. "Es una crisis política que necesita acción gubernamental".
Al menos 15 personas murieron durante una marcha pacífica del Día de la Madre, el pasado 30 de mayo, incluyendo varias muertes reportadas en las ciudades de Masaya el lunes y Granada el martes.
Erika Guevara-Rosas, directora de Amnistía Internacional para América, criticó la resolución diciendo que "el valiente pueblo (...) necesita mucho más que tímidas condolencias y generalizaciones".
El gobierno de Ortega "no ha mostrado la menor inclinación a poner fin a su política sistemática de represión violenta", agregó. "Si los países de la región ignoran la responsabilidad del gobierno por estas atrocidades, serán cómplices de la matanza continua de civiles".
Pero EEUU y otros de la OEA parecieron tener otras prioridades durante la reunión de dos días de la Asamblea General, que incluyó una discusión larga este martes sobre las Islas Malvinas.
Sin embargo, la resolución no fue una sorpresa para varios observadores, quienes subrayaron la dificultad de alcanzar un consenso entre los 34 estados . "Es el gesto diplomático menos usual en medio de una agitación que exige justicia para más de 100 muertes en seis semanas", dijo Jennie Lincoln, directora del Programa de América Latina y el Caribe en el Centro Carter, que asistió a la reunión.
Fuentes diplomáticas dijeron que la resolución también tenía una agenda oculta para asegurar la aceptación de Nicaragua de la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA, que realizó una misión de observación al país el mes pasado. La OEA espera continuar con la creación de un grupo internacional de expertos independientes para investigar formalmente los homicidios.
Pero muchos sospechan que Ortega simplemente está tratando de ganar tiempo, esperando que las protestas pierdan fuerza a medida que las víctimas se acumulan. "Manejar esto a través de la CIDH es en realidad eludir la responsabilidad", dijo Shifter, y señaló que la visita de la comisión a Nicaragua el mes pasado no hizo nada para detener la violencia. "Ortega los dejó entrar y luego endureció la represión. Se burla de la comisión", dijo.
Para aumentar la confusión, luego de la resolución, el embajador de los Estados Unidos ante la OEA, Carlos Trujillo, dijo que la posición de los Estados Unidos no había cambiado y que la istración Trump responsabilizaba al gobierno nicaragüense por la violencia. PUBLICIDAD "El gobierno nicaragüense (...) ha cometido crímenes graves contra manifestantes pacíficos y contra la propiedad", dijo en un comunicado, y agregó que cualquier diálogo debe diseñarse para restablecer el orden democrático y revertir las "medidas dictatoriales" de Ortega, agregó. De hecho, fue más allá en una entrevista con el periódico en línea nicaragüense, Confidencial, diciendo que los Estados Unidos estaba exigiendo elecciones anticipadas en Nicaragua.