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    Asesinatos

    Lo secuestraron, lo dejaron baleado en su auto y murió: el saldo de los asesinatos a periodistas en la era AMLO

    Es el segundo periodista asesinado en México en 48 horas. Hombres armados irrumpieron en su casa en Acapulco y lo secuestraron por unas horas. Luego lo liberaron herido de bala.
    2 Nov 2021 – 02:42 PM EDT
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    Un grupo de hombres armados se apareció la madrugada del viernes en la casa del fotoperiodista mexicano Alfredo Cardoso. Lo sacaron a la fuerza, lo mantuvieron secuestrado unas horas y lo liberaron en una calle cerca de su vivienda en Acapulco, estado de Guerrero. Lo dejaron en su auto con cinco balazos. El domingo falleció en un hospital, unas 48 horas después que otro de sus colegas.

    Se trató de Fredy López Arévalo, a quien un sicario en moto le disparó directo a la cabeza el jueves por la noche, también fuera de su vivienda en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, en el estado de Chiapas, al sur de México. Venía de celebrar el cumpleaños de su madre y estaba junto a su esposa y su hijo.

    En ambos casos, las autoridades locales reaccionaron y pidieron que los asesinatos fueran investigados. En Guerrero, su gobernadora Evelyn Salgado Pineda, informó que había solicitado a la fiscalía del estado hacer seguimiento a las indagaciones. Desde Chiapas, el gobernador Rutilio Escandón dijo, sin dar detalles, que las investigaciones estaban andando.


    Según Reporteros Sin Fronteras (RSF), México sigue siendo en 2021 uno de los países "más peligrosos y mortíferos del mundo para los medios" y donde sigue existiendo un "infernal espiral de impunidad" por la colusión entre las autoridades y los políticos con el crimen organizado. En su cuenta, siete periodistas han sido asesinados en 2021, cuando sigue en el poder el presidente Andrés Manuel López Obrador.

    En 2020, con ocho reporteros asesinados, la organización colocó a México en el primer lugar con más asesinatos de comunicadores en el mundo. "La elección de Andrés Manuel López Obrador hace exactamente dos años no ha aliviado los flagelos que azotan al país (...) Y los periodistas que se atreven a cubrir estos u otros temas relacionados (política o narcotráfico) continúan siendo blanco de bárbaros asesinatos", escribieron entonces.

    La representante de la organización en México, Balbina Flores Martínez, ha insistido en la necesidad de protección a los periodistas en su país en lugar de ataques, sobre todo cuando quien los embiste es el mandatario del país. "La estigmatización de periodistas y medios es algo que debilita la profesión (...) Deja en los periodistas, en el caso de México, un sentir de indefensión total cuando es el mismo gobierno quien les ataca", declaró en julio pasado al diario El Universal.

    Una cuenta de impunidad

    México ocupa el sexto puesto en el Índice de Impunidad Global del Comité para la Protección de Periodistas (J). Se mantiene en ese lugar por segundo año consecutivo, solo detrás de países en conflicto, como Somalia, Siria, Irak, Sudán del Sur y Afganistán. A pesar de que las autoridades condenaron a los culpables de asesinar a los periodistas asesinados Javier Valdez Cárdenas y Miroslava Breach Velducea en 2020 y 2021, los medios "continúan siendo atacados con frecuencia alarmante", asegura el J.

    Otros casos ocurridos este año son el de Benjamín Morales Hernández, periodista de Sonora. Su cuerpo acribillado a balazos fue hallado al borde de una carretera cerca de la frontera con Estados Unidos el 2 de mayo de 2021, día en que se celebra el día mundial de la libertad de prensa. El 17 de junio fue asesinado Gustavo S´anchez Cabrera, director de la web Noticias Minuto a Minuto y periodista especializado en política local y noticias policiales y judiciales. Lo balearon mientras viajaba en una motocicleta con su hijo en el estado de Oaxaca.

    La muerte de Sánchez Cabrera era evitable. RSF asegura que "las autoridades mexicanas le fallaron dos veces". En 2014 había recibido amenazas de mierte. En 2017 intentaron asesinarlo en su casa y en julio de 2020 también. En esa ocasión, la Fiscalía de Oaxaca emitió una orden de aprehensión en contra de su agresor —familiar de dos agentes de la autoridad municipal local—pero la orden nunca se ejecutó. Desde entonces denunció distintas amenazas de muerte y pidió con urgencia medidas de protección y seguridad al Estado a través de su reincorporación en el Mecanismo Federal de Protección de Periodistas. Nunca le proporcionaron la asistencia. Tras su muerte, la Fiscalía de Oaxaca anunció el inicio de una investigación.

    Después de estas muertes, sucedieron la del reportero de sucesos Saúl Tijerina Cabrera, asesinado a puñaladas en Coahuila: fue dejado en el maletero de su auto con un narcomensaje. Luego fue Ricardo López Domínguez, en Sonora: lo asesinaron a tiros en el estacionamiento de un supermercado y quien había denunciado campañas de desprestigio en su contra de parte de la policía municipal.

    Siguió Jacinto Romero Flores, asesinado a tiros en Veracruz mientras iba en su auto. La directora de oficina de la Unesco en ese país, Audrey Azoulay, condenó la muerte: "Que los periodistas continúen siendo víctimas de agresiones y asesinatos debido a su trabajo es un motivo de grave preocupación para el bienestar de toda la sociedad", se lee en una nota de prensa. "Los gobiernos deben esforzarse por poner fin a esta lacra, que además socava el derecho de las personas a acceder a la información".

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