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Lido Pimienta en su exploración de género, raza, maternidad e inmigración

Hablamos sobre el estreno de su segundo álbum La Papessa.
5 Nov 2016 – 12:44 PM EDT
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Lido Pimienta irrumpió por primera vez en la escena indie en 2010 con un EP debut: Color. El disco estableció los elementos icónicos de Pimienta: la experimentación con loops a base de cantos indígenas, beats afrocolombianos y letras contestatarias desplazadas en una voz potente. Ahora, basada en Toronto, Pimienta estrena La Papessa, su segunda y anticipada producción, en la que figuran músicos como la colombiana Andrea Echeverri de los Aterciopelados, Las Acevedo, que ahora llevan el nombre de MULA, y Melody Mckiver del pueblo originario Anishinaabe, quien toca la viola.

Toda la obra de Pimienta, ya sea arte visual, curaduría de exposiciones, creación de festivales o música, trata temas de interseccionalidad en una exploración de todos los significados y sentidos de conceptos como ‘género’, ‘raza’ y ‘maternidad’. Al mismo tiempo, moldea la construcción de una identidad integral en la diáspora latina en norteamérica. “Tengo una responsabilidad, como feminista, latina, bisexual, inmigrante de color y todas esas categorías en las que quepo. Tengo que hablar claro”, explica.

Hablamos con ella en Santiago de Chile, donde se encuentra grabando música nueva. Elocuente y directa, Pimienta nos compartió su visión musical tal y como se manifiesta en La Papessa en relación al simbolismo de la carta del Tarot, que representa a la madre, la posibilidad de concebir, a una mujer sabia, estudiosa y prudente. Habló sobre una muerte en la familia que paralizó el proceso de lanzamiento del disco y de una relación de abuso que inspiró muchas de las canciones del nuevo disco.

Uforia Music: Me da mucho gusto poder escuchar La Papessa finalmente. Se ha tardado bastante tiempo en evolucionar a un álbum en forma.
Lido Pimienta: Sí, hemos hablado de La Papessa como unos cuatro años. El Color salió en 2010 y la idea era lanzar La Papessa en 2013 porque ya estaba lista, pero ese año falleció mi hermano. Decidí tomarme un tiempo para estar con mi familia. Me volví la que llevaba toda la carga emocional en mi familia, como la guardiana de las emociones. Eso pasa cuando uno no es tan religioso ni tan devoto a Jesucristo como lo el resto de la familia, especialmente en las familias latinas. El 2013 era el año de La Papessa. Pero fue un año muy difícil, estábamos recuperándonos.

Pero por fin sucedió…
A mediados de 2014 salí de gira con el grupo electrónico A Tribe Called Red, y para tocar con ellos formé una banda con amigos míos maravillosos. Esto me dió el empuje y la motivación que necesitaba, y también, en cierto momento, me validó.

La Papessa es una colección de historias que me han sucedido desde 2010. Es una historia de crecimiento. Una historia de separación del papá de mi bebé y mi mudanza a la gran ciudad con un niño pequeño. Sin conocer a nadie Toronto, empezar de cero. Tenía un hijo de cuatro años de edad y tenía que ver cómo me mantenía en una ciudad muy cara. En cuanto nos habíamos ido de gira con Tribe, dije: “OK, vámonos al estudio. Ya lo vamos a hacer. ¡Estamos listos!” Y aquí está. ¡Necesitaba sacármelo de adentro, hermana!

Tu sonido ha cambiado mucho. ¿Cuánto de esta evolución fue crecimiento personal, o fue influenciado por contextos meramente musicales?
Cuando hice Color, era una muchacha muy joven que tenía experiencia con la actuación y creación de música, pero no con el tema de grabar. Cuando conocí a mi ex-esposo, él tenía mucha experiencia en esto, y me ayudó a darle vida a esas canciones.

Color es un álbum excelente. Le agradezco mucho, pues me enseñó todos los fundamentos, aunque no me quería enseñar todo lo realmente bueno de la producción. Yo tenía como 19 o 20 años. Todavía estaba desarrollando mi sonido.Cuando nos separamos y ya estaba en Toronto, me enseñé a mí misma a grabar en vivo, a usar Ableton, a añadir teclados y todo eso a través de YouTube. Entonces el corazón de mi álbum tiene mucho que ver con estas nuevas técnicas de estudio que aprendí.

Hay otra cosa que es bien importante cuando se trata de La Papessa. Es como un despertar en términos de consciencia. Algo que he observado en mis años de crear música es que nosotros, como pueblo mestizo, como pueblo negro, indígena, es que siempre tenemos que respaldar nuestro punto de vista en esta vida. Siempre tener que explicar mi punto de vista y darle su contexto es molesto, pero también empodera. Pero me encanta poder callar a las personas cuando se ponen inapropiadas o racistas con elocuencia.

He estado mucho escuchando una canción del disco en especial, ‘La Capacidad’. Suena que tiene una historia interesante detrás..
La tiene, sin duda: año y medio después de que terminé con el papá de mi bebé, conocí a un hombre que era todo lo opuesto: tenía una casa, un negocio, una familia propia. Comenzamos a salir juntos, las cosas iban bien, él cumplía ciertas necesidades en mi vida y todo era maravilloso.

Pero pasaron los meses y se fue volviendo invasivo, violento, inapropiado. Llegó el punto que fui víctima de abuso doméstico. Me pegó, me manipuló emocional y psicológicamente. Me tomó mucho darme cuenta de que era una persona tóxica y que no podía estar con ese hombre. Pero logré quitármelo de encima y, en ese sentido, renacer.

Así nació La Papessa, ‘Agua’ y ‘La Ruleta’, ‘Quiero que te vaya bien’ y ‘La Capacidad’. Todas esas canciones, salieron de mí en una explosión. Esa es la columna vertebral de La Papessa. Y estoy muy emocionada de poder compartir la historia y empoderar a las mujeres.


También leí recientemente acerca de tus antecedentes Wayuu. ¿Te estás enfocando más en esto?
Me crió la familia de mi mamá, que es mi familia Wayuu. Lo que es normal para mí es dormir en hamaca, afuera, comerte un animal que acabas de matar. Cantar canciones en el desierto, ir a la playa. Eso es lo que es normal para mí. Solo que todo eso se vuelve la “otredad” cuando te mudas a un sitio como Canadá. Por lo tanto, tengo que ser muy directa en cuanto a este tema, y muy explícita en cuanto a mis raíces.

Yo sé quiénes son mis ancestros. Conozco sus caras. Nos invadieron los españoles, pero ellos ni siquiera nos pudieron conquistar. Fue el gobierno colombiano que desde entonces nos roba nuestros recursos y mata a nuestros niños.

Todos los temas que suceden en Estados Unidos con el movimiento de Black Lives Matter están sucediendo en tierras indígenas colonizadas y no les damos el protagonismo necesario. Pero la resistencia indígena no se acabará nunca. Todo lo que está sucediendo en Sudamérica, en Colombia, el plebiscito sobre las negociaciones de paz, las FARC, está sucediendo en tierras indígenas y la gente ha sido desplazada de sus propias tierras, tienen que ir a las ciudades y mendigar en las calles.

Tengo que hablar de estas cosas. No tengo tiempo para escribir canciones sobre no poder vivir sin alguien y besarlo bajo la lluvia.

Soy indígena, soy negra, soy Colombiana, soy todas estas cosas.

Y entiendo que lo más lindo que yo tengo es mi sangre indígena y que yo tengo que llevarla lejos.

Entiendo que yo estoy usando mi voz y, mientras más fuerte la use, mucho mejor.

Escucha La Papessa completo y gratuito aquí:

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