Foto de una madre refleja la mezcla de emociones que significa tener otro hijo

La imagen, que se viralizó en las redes, muestra a una mamá embarazada abrazando a su hija, para luego ir a dar a luz a segundo bebé y captura de manera maravillosa las emociones que muchas mujeres sienten cuando están a punto de agrandar la familia, en especial aquellas que tienen un solo hijo.
El instante fue capturado por la fotógrafa Laura Paulescu, de Crowned Photography y muestra un momento muy especial entre madre e hija. Ambas se despiden de la familia que tienen en ese momento para darle la bienvenida a una nueva cuando regrese la madre con otro bebé en brazos.
Paulescu, quien también ejerce como doula, habló con Papás y Mamás sobre todos los momentos similares que le ha tocado compartir con nuevos padres. “Es común que las madres se aferren a esos últimos instantes porque saben que luego todo cambia”, comentó.
Paulescu dijo también que se siente honrada por haber tenido la oportunidad de evidenciar ese momento tan especial para madre e hija, aunque reconoció que la pequeña mucho no entendía lo que estaba pasando y que, tras abrazar a su mamá, se fue corriendo a jugar.
Emociones mezcladas
La llegada de nuevos integrantes a la familia es muy emocionante, llena de felicidad pero también de nervios. La introducción de otro miembro a la familia significa la creación de nuevos vínculos con el bebé, entre hermanos y entre padres. Las identidades de todos los del hogar cambia.
Hijos únicos pasan a ser hermanos mayores, segundos hermanos pasan a ser ‘los del medio’ y los padres tienen nuevas responsabilidades y expectativas.
Muchas madres sienten lo que se conoce como la culpabilidad por el segundo hijo (aunque no es exclusiva al segundo bebé). Este fenómeno se da porque ellas sienten que al dividir su atención entre los bebés más grandes y el recién nacido podrían estar priorizando a uno sobre el otro. Aunque se siente de manera más aguda cuando se tiene un solo hijo, también le sucede a las madres de dos o tres e incluso a madres que esperan a sus bebés arcoíris.
Muchas mamás se cuestionan internamente si serán capaces de amar al segundo hijo como al primero y en esa mezcla de emociones aparece la culpa, el miedo, la angustia pero también la alegría y la gratitud.
" La preocupación por si los hijos entienden que un nuevo hermanito o hermanita significa el compartir a sus padres que los aman por igual es natural. Y el sentir culpa por sacudirle la existencia a los hijos con nuevos hermanitos que alteran su realidad también lo es". Así lo asegura la trabajadora social Ruth Wyatt quien recomienda que se debe preparar a los hijos para esa ‘transición familiar’ con mucho amor.
Aunque el enfoque suele estar sobre los hijos, la llegada de ese muy esperado bebé suele acarrear consigo sentimientos encontrados para las madres. Ellas también deben prepararse para la transición de uno o dos o tres bebés a uno más. Sentimientos de culpa o traición o ansiedad acerca de si podrán atender a todos de la debida forma son muy comunes.
La psicóloga Robin Grille afirma que el sentimiento de culpa es parte de ser padre y que el ‘ser padre’ en sí es un largo proceso de aprendizaje, independientemente del número de hijos. El encontrar rutinas que se ajusten a la nueva realidad familiar seguramente tomará su tiempo y habrán equivocaciones de por medio. Por ello, lo importante es entender que la introducción de un nuevo miembro a la familia es un proceso de aprendizaje para todos los involucrados.
Mientras las madres trabajan en desechar la ansiedad y la culpa, la Dra. Laura Markham recomienda que tanto la madre como los hermanitos empiecen a crear una relación con el nuevo bebé cuando todavía está en útero.
Para combatir la ansiedad relacionada a la cantidad de tiempo que se entrega a los más pequeños, la Dra. Markham declara que la creación y el mantenimiento de los vínculos especiales con los hijos es esencial. Mientras más afianzado esté el vínculo, mejor será la calidad del tiempo que se comparta a pesar de que la cantidad no sea la misma. Crear actividades o cultivar intereses individuales con cada hijo es una forma de crear y reforzar ese vínculo.
Por último las madres no deben olvidar celebrar la maravillosa llegada de ese nuevo bebé y celebrarse a sí mismas. Aunque otro embarazo amplifique los temores sobre el nuevo rol materno, el convertirse en madre nuevamente es maravilloso. Es importante que se dediquen un poco de tiempo a sí mismas, no sólo para meditar sobre los cambios que se vienen sino también para apreciar el extraordinario regalo que es la llegada de un nuevo hijo y hermanito.