Para qué sirve la adelfa
Probablemente, hayas visto más de una vez a esta planta que hoy es nuestra protagonista del día en Otra Medicina. Con sus llamativas flores rojas y su forma de arbusto, se ha convertido en un gran aliado de urbanizaciones y pequeños jardines por lo fácil que resulta su cuidado. Hoy hablamos de la adelfa, que aunque en realidad resulte vistosa e incluso apetecible, es una de las plantas más tóxicas.
Intoxicaciones accidentales
La adelfa es tan tóxica, que no es la primera vez que esta planta forma parte de la crónica de intoxicaciones accidentales en niños que manipulan el arbusto jugando y que luego se llevan las manos a la boca. Pero no solamente los niños son los que sufren por el desconocimiento que se tiene de la peligrosidad de este arbusto.
Se cuenta que no es la primera vez que en acampadas, picnics y otras salidas al campo se han hecho brasas de adelfa, aprovechando las talas o las podas de temporada. Incluso de ese modo, quemando las ramas, se ha demostrado una alta toxicidad, causando incluso la muerte de quien consumió alimentos cocinados de este modo
Un aroma que tampoco es bueno para todos
El punto de toxicidad de la adelfa, tan bonita en el exterior, es tal, que incluso su aroma puede provocarnos trastornos leves. Se han dado casos de dolores frecuentes de cabeza o migrañas prolongadas en algunas personas que se exponen continuamente a su aroma.
En todo caso, la adelfa se utiliza en medicina para tratar dolencias cardíacas y con efecto diurético. Pero como la dosis debe ser extremadamente controlada, en medicina natural –por su toxicidad– apenas se le saca partido.
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La adelfa puede resultar realmente tóxica para el ser humano. Es por ello que hay que tener sumo cuidado con esta planta, que en dosis elevadas puede llegar a concentrar en sangre sustancias mortales para nuestro organismo. Con ello, el mejor remedio de todos a tener en cuenta con este arbusto de origen asiático, será mantenerse apartado de él.