Una parada de tránsito en Arizona resultó en un caso más complejo de lo que el agente esperaba: la Policía recibió una llamada porque una pareja viajaba desnuda en un auto. Cuando el agente los detuvo, la copiloto estaba muerta y fue mayor el asombro cuando el hombre explicó que su esposa había fallecido en un hotel en Texas y él decidió poner el cadáver en el asiento del pasajero para continuar con el viaje que habían planeado.