Décadas de investigación no han logrado producir un solo fármaco que altere el curso de esta enfermedad que afecta a unos cinco millones de estadounidenses y que representa la sexta causa de muerte en la nación.
Fortalecido por una victoria en Colorado el martes 8 de noviembre, la controversial campaña para permitir a pacientes terminales acceder a medicamentos para terminar con la vida se está moviendo a otros campos de batalla a lo largo de la nación.