Aunque le llaman “prodigio”, Neelakantha Bhanu Prakash, un joven indio de apenas 20 años, insiste en que para llegar a ser "la calculadora humana más rápida del mundo" se requiere de mucha práctica, experiencia y esfuerzo. Aunque se ha llevado el oro mundial, prefiere invertir su éxito en recabar apoyos para luchar contra la "matematicofobia".