Tierra de Esperanza: la boda de María Teresa y Santos y todo lo que marcó el gran final de la novela
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Luego de una lucha incesante contra las trampas y engaños de sus enemigos, María Teresa y Santos encontraron la ruta directa hacia la felicidad, mientras que Marco y Rutilio pagaron cruelmente todo el daño que hicieron. Este es el relato del gran capítulo final de Tierra de Esperanza.
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¿Qué pasó con Marco en el final de Tierra de Esperanza?
A lo largo de la novela Marco (Luis Roberto Guzmán) fue el rostro de la ambición, del poder desmedido y de la hipocresía. Por su culpa María Teresa (Carolina Miranda) vivió un infierno desde su llegada a la hacienda La Esperanza, pues él deseaba adueñarse del terreno para perpetrar turbios negocios.
No solo la avaricia fue su sello personal, también la sangre fría lo acompañó a cada paso. Aunque siempre quiso asesinar a Santos (Andrés Palacios), fueron otros quienes sufrieron su crueldad. Por su culpa, Adriana perdió la vida entre sus manos.
Pero sus crímenes y su vida verían su fin frente a la mujer que siempre dijo amar. Al enterarse gracias a Clemente y Trejo que el hacendado fue el responsable del asesinato de su hija Valentina, Bernarda (Mariana Seoane) no perdió ni un segundo para tomar un arma y enfrentarlo.
Con escopeta en mano y dueña de un coraje infinito, la veterinaria se plantó frente a la camioneta de Marco para impedir que huyera de las autoridades. Convencido de que no sería capaz de dispararle, el villano pisó el acelerador sin medir las consecuencias.
Un disparo se apoderó de la escena y la incertidumbre reinó. ¿Qué había pasado con Marco? La respuesta no tardó en aparecer. Bernarda se acercó a la camioneta para descubrir que Marco había muerto tras recibir en el pecho la bala.
Consternados, María Teresa y Santos presenciaron el momento. A pesar de saberse culpable, Bernarda encontró el apoyo de sus compañeros y de Trejo para declarar que solamente disparó en defensa propia.
La boda de María Teresa y Santos en Tierra de Esperanza
Librados de las amenazas de sus enemigos y lejos de todo el dolor que cargaron, María Teresa y Santos hallaron la luz en sus destinos. A pesar de las dudas de permanecer juntos, esa aura de cariño no permitió que se separaran y logró enlazar para siempre sus corazones.
Mientras hacían un recorrido por la hacienda, Santos aprovechó la ocasión para pedirle matrimonio a la empresaria. Asombrada por la petición, pero feliz, ella no dudó en darle el sí y comenzar a escribir una historia en pareja.
El día de la boda La Esperanza se inundó de alegría y fiesta. Segundo a segundo el capataz se mostraba nervioso por la tardanza de su amada, pero su alma entró en calma al verla llegar resplandeciente con su vestido de novia.
Acompañados de amigos y familiares, María Teresa y Santos recibieron la bendición para su matrimonio y sellaron la unión con un amoroso beso celebrado por todos los presentes. Repletos de felicidad, ambos caminaron por la hacienda ya como esposos y seguros de que La Esperanza nunca se perdería.
¿Quién asesinó a Esteban en Tierra de Esperanza?
Abandonado por su esposa e hijo, Rutilio (Sergio Goyri) finalmente vería el fin de su vida delictiva. Sabedora de su alma sin entrañas, Bernarda confrontó al alcalde para que confesara que él había asesinado a don Esteban.
El villano se cansó de las acusaciones y se abalanzó sobre ella para ahorcarla. Cara a cara aceptó haberle quitado la vida al papá de María Teresa y juró que ella se iría a la tumba con el secreto. Afortunadamente, el comandante Trejo apareció para impedir un nuevo crimen.
Creyéndose libre de toda acusación ante la falta de pruebas, Rutilio fue sorprendido por Trejo, quien mostró valentía y se dijo cómplice de todos sus oscuros negocios. El destino del presidente municipal estaba sentenciado.
El antes garante de la justicia ahora se encontraba tras las rejas sin que nadie pudiera atender sus gritos y clamores por ser libre.
Además de la felicidad de María Teresa y Santos otras parejitas vieron triunfar su amor. Una de ellas fue la conformada por Cris y Geno, quienes a pesar de las dudas se mantuvieron juntos con su contagiosa alegría.
Por su parte, Regina y Clemente siguieron los impulsos de sus corazones para permanecer de la mano. Decididos a comenzar una vida en pareja, los jóvenes hablaron con Bernarda para contarle sus deseos y recibieron la total aceptación de su romance.