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Melanie, la mujer discapacitada que contrató a un hombre para tener sexo por primera vez a los 43 años

Sobre la controversia que se ha creado alrededor de su decisión, la mujer asegura que logró algo más que liberación sexual al sacarle provecho para más aspectos de su vida e incluso cree que los gobiernos deberían ayudar a las personas discapacitadas para que accedan a los servicios sexuales.
Publicado 12 May 2023 – 06:23 PM EDT | Actualizado 12 May 2023 – 06:23 PM EDT
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Una mujer discapacitada que lleva casi toda su vida postrada en una silla de ruedas contrató a un hombre para tener relaciones sexuales por primera vez a sus 43 años.

Aunque Melanie nunca había pensado en cuestiones sexuales debido a su condición física que la tiene imposibilitada de caminar desde los tres años, las consecuencias de los estragos de la pandemia del covid-19 cambiaron para siempre su vida, explicó la BBC.

Y es que, en medio de los encierros masivos para tratar de mitigar los contagios del coronavirus, la mujer de Australia Occidental decidió aislarse con su asistente, una extrabajadora sexual, le hizo más llevadero el proceso de sentirse ofuscada entre cuatro paredes.


Para hacerlo, Tracey -un nombre ficticio para efectos de la historia- incluyo una sesión de masaje para relajar a Melanie, quien por primera vez se permitía ser tocada por alguien que no fuera un doctor dentro de una cita médica.

Esa experiencia relajante fue suficiente para despertar en Melanie un instinto sexual que llevaba décadas dormido, en gran parte por haber siempre dependido de terceras personas desde que le fue diagnosticada la mielitis transversa, una inflamación de la médula espinal que le ha provocado parálisis en las piernas y limitaciones de movimiento en los brazos.

Segura de no querer perder más tiempo, Melanie se hizo una promesa, mientras el mundo intentaba recuperar su normalidad: cuando le permitieran salir a la calle con tranquilidad, contrataría a un trabajador sexual para perder su virginidad y enterrar para siempre los complejos que había desarrollado como persona discapacitada.

Chayse: el hombre indicado

Cuando los aislamientos se terminaron de manera oficial, Melania encontró una agencia de acompañantes en internet y revisó cada perfil con la calma necesaria para tomar una decisión que la emocionaba como pocas cosas lo habían hecho.

Fue así cuando encontró a Chayse y se puso en o con él por medio de varias videollamadas para que pudieran conocerse, pero sobre todo para que el hombre -que cobra 262 dólares por 48 horas de su tiempo- conociera su condición y concretar los arreglos necesarios.

"Hice un millón de preguntas", dijo Melanie, quien quedó complacida por las respuestas del hombre y reservó dos días con él en su departamento.

Su emoción fue tanta que incluso le propuso a Chayse adelantar el encuentro, sobre todo porque se sentía tranquila de que iba a estar acompañada de un hombre que la había tratado con respeto y comprensión.

El primero de muchos encuentros

En enero pasado, Melanie llegó hasta el apartamento de Chayse como parte del arreglo que ambos tuvieron

"Cuando me bajé de la silla eléctrica y mi asistente se fue, estábamos los dos solos. No tenía ni idea de lo que me esperaba", recuerda la mujer.

Sin embargo, a pesar de sentirse más vulnerable que nunca, Melanie indicó que Chayse fue amable con ella y generó un entorno en el que ambos pudieron sentirse cómodos, primero hablando sobre sus vidas y después en la intimidad.

Allí, en ese punto del encuentro donde ella no sabía cómo se iba a comportar su cuerpo, Melanie se mostró tranquila para dejarse llevar y descubrir que podía disfrutar mucho, aunque sus piernas resulten impredecibles e incluso necesite terapia física después para refrescar sus extremidades.

"Era la primera vez que me desnudaba delante de un hombre, fuera de un hospital", dijo la mujer, complacida de encontrar a un hombre que la hizo sentirse segura.

Ayuda más allá de la cama

Sobre esta historia que se ha hecho viral en redes sociales, Chayse asegura sentirse contento de haber podido ayudar a Melania “a explorar cosas diferentes” e incluso a ayudarla a concretar una verdadera cita romántica por medio de alguna aplicación.

“Es difícil no enamorarse de Chayse, pero tengo que recordarme a mí misma que es una relación profesional (…) por lo que ahora estoy buscando a alguien que me quiera”, indicó Melanie.

Ahora, tras meses de encuentros con Chayse, la mujer dice sentirse cómoda de hablar todos los días con hombres que se conectan a las mismas aplicaciones para tratar de encontrar a alguien especial.

Sobre la controversia que se ha creado alrededor de su decisión de contratar a un hombre para tener sexo, Melanie asegura, lejos de arrepentirse, que logró algo más que liberación sexual al sacarle provecho para más aspectos de su vida e incluso cree que los gobiernos deberían ayudar a las personas discapacitadas para que accedan a los servicios sexuales.

“Soy más feliz que nunca, no puedo borrar la sonrisa de mi cara”, afirma.

Aunque en Australia Occidental es ilegal ejercer el trabajo sexual en la calle o regentar algún burdel, el acto de la prostitución no lo es, ni tampoco las agencias de acompañantes, según la Ley de Prostitución de 2000.


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