Alta Fixsler, la niña con daño cerebral que murió tras ser desconectada pese a la oposición de sus padres
Tras una larga y compleja batalla legal, la niña Alta Fixsler, una judaísmo jasídico es uno de los colectivos más ultraortodoxos de la religión.
Fixsler había sufrido una grave lesión cerebral al nacer, lo que le impedía comer o respirar por sí misma y murió el pasado 18 de octubre, dos años después de su llegada al mundo, según informó la agencia ACI.
La pequeña pasó toda su vida en el Royal Manchester Children’s Hospital (RMCH), un centro médico gestionado por el Manchester University NHS Foundation Trust, una organización de la seguridad social británica y que funciona con el dinero de los contribuyentes del Reino Unido.
Aunque los médicos dijeron que la niña sufría dolor y, por tanto, debía ser retirada de las máquinas que la mantenían con vida, pero los padres de Alta, Chaya y Abraham Fixsler, se opusieron con firmeza a la decisión e iniciaron una larga batalla legal que llegó hasta la Corte Europea de Derechos Humanos.
No obstante, todos los tribunales fallaron que los médicos tenían fundamentos para decir que la niña sufría mientras estaba viva. Un juez de Manchester decidió en mayo que la pequeña debía ser puesta en cuidados paliativos sin las máquinas que la mantenían con vida, basado en que la información provista estaba en “los mejores intereses” de la niña, de acuerdo con un reporte de la BBC.
El caso ganó tal atención que el entonces presidente de Israel, Reuven Rivlen, intervino ante el príncipe Carlos, heredero de la Corona británica, a favor de la causa de los padres, quienes como última instancia buscaron trasladar a la pequeña a territorio israelí, una medida no recomendada por los médicos del centro que la trataba en el Reino Unido.
Rivlen, del partido conservador Likud y quien ocupó la presidencia israelí desde 2014 hasta el 7 de julio de este año, escribió al príncipe Carlos en junio y dijo que la situación de los padres de Alta Fixsler era una “emergencia humanitaria”, según reportó The Times of Israel.
“Es el ferviente deseo de sus padres, que son judíos devotos y ciudadanos israelíes, que su hija sea llevada a Israel”, escribió Rivlin. “Sus creencias religiosas se oponen directamente a la interrupción del tratamiento médico que podría prolongar su vida y han hecho arreglos para su traslado seguro y tratamiento continuo en Israel”.
Pero las gestiones no tuvieron éxito y los jueces dieron la razón a los especialistas del Manchester University NHS Foundation Trust. Agotados los recursos legales, los médicos apagaron las máquinas que ayudaban a comer y respirar a la pequeña, quien falleció unos 90 minutos después.
De acuerdo con el relato del periódico Hamodia, un medio israelí vinculado con las comunidades ultraortodoxas, la niña falleció en compañía de sus padres, quienes besaron su frente cuando fue desconectada, al tiempo que los rezos de un minyan (un ritual del judaísmo formado por al menos una decena de hombres) la rodeaba.
Los restos de la niña descansarán en Israel, de acuerdo con un portavoz de la familia.