Lo que realmente hace que los bebés no requieran la aplicación de este tipo de productos es debido a su piel, la cual, al ser mucho menos madura que la de los niños más grandes y los adultos, puede estar más expuesta a los químicos del protector aumentando el riesgo de efectos secundarios.
"Los bebés más pequeños tampoco transpiran como nosotros. La transpiración nos enfría naturalmente cuando tenemos calor, pero los bebés aún no han desarrollado ese sistema de calefacción y refrigeración incorporado. Por lo tanto, usted se quiere asegurar de que su bebé no sienta un exceso de calor.”, menciona Sachs.
"Para asegurarse de que estén hidratados adecuadamente, ofrézcales su alimentación habitual de leche materna o de fórmula. El contenido de agua en ambas ayudará a mantenerlos hidratados. También les puede dar una pequeña cantidad de agua entre estos alimentos", continuó la doctora Sachs. Crédito: Thinkstock LLC
3. Cuando estén fuera, vigila que tu bebé no muestre signos de quemaduras de sol o deshidratación, los cuales pueden ser: nerviosismo, enrojecimiento y llanto excesivo. Si observas que se está quemando, entonces aléjalo de inmediato y aplica compresas frías en las zonas afectadas. Getty Images