Trump aviva debate migratorio con su visita a la frontera

Donald Trump no ha decepcionado. Prometió ir a la frontera y no ha tardado en cumplirlo. Este jueves aterrizó en Laredo (Texas) para visitar y conocer de primera mano cuál es la situación que se vive a diario entre México y Estados Unidos.

El precandidato republicano no se salió del discurso que ha marcado su campaña desde que anunció su intención de conquistar la Casa Blanca. No pronunció ninguna propuesta nueva, pero era consciente de que su presencia en una ciudad fronteriza agita el tema migratorio, un argumento que le ha permitido escalar a las primeras posiciones en las encuestas y que, como siempre recuerda, él ha traído al debate público. 

Nada más bajarse de su avión, calentó motores ante la prensa al declarar que el sindicato fronterizo que lo había invitado estaba siendo presionado. La polémica había surgido pocas horas de su llegada cuando el Local 2455 -así es el nombre del grupo- anunciaba que se retiraba de la visita. "Están muertos de miedo" por presiones y "han sido silenciados", según indicó.

En una breve intervención antes de comenzar el tour, el magnate volvió a insistir en el "tremendo peligro de la frontera" y la inmigración de indocumentados y recalcó la necesidad de construir un muro, aunque no especificó los detalles sobre cómo lo haría. 

"Un muro en la frontera nos ahorraría muchísimo dinero. Tenemos que levantar un muro", sustuvo. 

Pese a los comentarios reiterados sobre los latinos, Trump volvió a repetir que ganará el voto hispano. Además, hizo hincapié en que en sus empresas trabajan miles de latinos. Una encuesta de Univision, sin embargo, ponía de manifiesto la escasa valoración que tiene su candidatura dentro de la comunidad hispana.  

Su fórmula para obtener el apoyo será el trabajo: "Regresaré los trabajos de China, regresaré los trabajos de Japón", dijo. "Los hispanos obtendrán esos empleos y amarán a  Trump".

El empresario de bienes raíces aprovechó de la misma manera su breve aparición ante los medios para negar cualquier intención no presentarse por el Partido Republicano en la contienda presidencial.

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En los últimos días, han crecido las críticas de sus propios compañeros y algunos analistas especulaban con la posibilidad de que creara un tercer partido para ir como independiente, sobre todo desde los comentarios contra John McCain y Lindsey Graham. 

"Quiero ser un candidato republicano", remarcó e indicó que si realmente el Partido Republicano quiere tener un sustituto conservador para Barack Obama, la mejor opción es él.  

"Un republicano nunca volverá a ser elegido presidente de Estados Unidos a menos que hagamos campaña así", decía su contrincante Jeb Bush a modo de respuesta en un mitin en New Hampshire. "A menos que hagamos campaña abiertamente -añadía- haciendo campaña por cada rincón de este país, haciendo campaña con las comunidades latinas, las comunidades que crecen rápidamente en todo este país, eso hará la diferencia sobre quién será el próximo presidente".

Otro de los precandidatos en mostrar su disconformidad con el tono que está empleando el empresario ha sido Marco Rubio. "No creo que la manera en la que se está comportando en las últimas semanas sea digno o merecedor de la oficina por la que está luchando", sostuvo en una entrevista en televisión en televisión. 

Malinterpretación en la prensa

Antes de abandonar la zona, Trump acusó a los medios de tergiversar las palabras en las que calificaba a los inmigrantes de violadores, narcotraficantes y criminales. "No, no, no. Es el típico caso de la prensa de mala interpretación", afirmó entre aplausos.

"Toman la mitad de la oración, toman un cuarto de la frase y lo ponen todo junto", explicó, para después referirse a Telemundo y Univision específicamente.