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Coronavirus

¿Se está haciendo más contagioso el nuevo coronavirus? Un nuevo estudio de sus mutaciones levanta sospechas

Un análisis de más de 5,000 secuencias genéticas del SARS-CoV-2 en la ciudad de Houston encontró una cepa predominante y asociada a mayor carga viral en sus portadores. ¿Qué significa? Te lo explicamos.
24 Sep 2020 – 09:53 AM EDT
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CDC/ Alisa Eckert, Dan Higgins, MAMS Crédito: Esta ilustración de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades muestra la morfología del SARS-CoV-2.

Tras analizar más de 5,000 secuencias genéticas del mutaciones lo han hecho, no más peligroso o letal, pero quizá sí más contagioso.

Los hallazgos, publicados este miércoles en un cuando la ciudad se convirtió en un hot spot- una cepa particular (la D614G) predominó en casi todas las muestras.

La misma que se había identificado en la mayoría de los casos en Europa y que, según este nuevo estudio, estuvo asociada a una mayor carga viral en sus portadores, lo que podría facilitar la transmisión.

Los autores argumentan que la presencia de esa cepa más contagiosa ha podido impulsar el aumento exponencial de casos en la ciudad. Un análisis de 25,000 de secuencias genéticas hecho en el Reino Unido llegó a una conclusión similar acerca de esa misma mutación que altera la estructura de la spike protein (proteína en forma de pico), que es la que permite al virus adherirse a las células.

¿Qué significa esto? Por ahora simplemente que el SARS-CoV-2 -como todo virus- ha cambiado en su paso por millones de personas y que hay una cepa
más prevalente.

“Esto no significa que la mutación D614G sea más trasmisible, incluso así esté bajo selección positiva. Simplemente refleja que el virus es más prevalente. Se debe investigar más para determinar cuál, si es que la hay, es la ventaja que esta mutación confiere”, explica Angela Rasmussen, viróloga de la Universidad de Columbia, en un hilo de Twitter.

En pocas palabras: no hay razones para alarmarse.

Pero a algunos expertos como James Musser, autor del estudio en cuestión y jefe del departamento de Patología y Medicina Genómica del hospital Metodista de Houston, les preocupa los potenciales peligros que acarrea el que el virus siga pasando por millones y millones de personas y, con ello, siga mutando y mutando.

“Le hemos dado a este virus muchas oportunidades. Hay una inmensa población allá afuera ahora”, dice a The Washington Post.

David Morens, virólogo del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, considera que las conclusiones del estudio en cuestión apuntan a la posibilidad de que el virus, a medida que ha pasado por la población, se haya hecho más transmisible, lo que “puede tener implicaciones en nuestra habilidad para controlarlo”, dice al Post, pero aclara que tampoco se debe “sobreinterpretar lo que esto significa”.

Morens no descarta que el virus pudiera estar respondiendo con estas mutaciones a intervenciones como el uso de máscara y distanciamiento social. “Todas estas cosas son barreras para la transmisibilidad o contagio, pero en la medida en que el virus se hace más contagioso, estadísticamente se hace mejor esquivando esas barreras”, indica al Post.

Otros expertos hacen un llamado a la calma. “El estudio de Texas está recibiendo titulares sensacionalistas. Recuerden: la mutación D614G es la misma que hemos conocido desde la primavera (…) Es genial que se confirmen trabajos previos, pero no algo nuevo”, tuiteó Emma Hodcroft, co-desarrolladora de Next Strain, plataforma de rastreo en tiempo real de la data genética de muchos patógenos, entre ellos el SARS-CoV-2.


En su cuenta de Twitter Hodcroft dice no estar preocupada por lo que ve en el estudio. “Las mutaciones que ellos encuentran no son distintas a la diversidad de mutaciones que vemos en miles de secuencias genéticas que hacemos públicas día a día. Los virus mutan y eso es normal. Los autores no encuentran ninguna mutación notable por lo que puedo ver”.

Su postura se alinea con la de Kristian Andersen, inmunólogo del Instituto Scripps de California, para quien el estudio “simplemente confirma lo que ya se había descrito”, dice al Post.

En todo caso, rastrear las mutaciones del SARS-CoV-2 es fundamental para seguir el paso de los cambios que pueda estar experimentando y, así, poder anticipar qué hará después. Por ahora, ninguna de las mutaciones identificadas afectaría el diseño de la vacuna.

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