¿Puede Trump "reabrir" el país para mover su economía en medio de la crisis del coronavirus?
"Me gustaría reabrir (el país) para Semana Santa", puede poner en riesgo la vida de millones de personas.
Sin embargo, su poder para "reabrir" el país es limitado por las leyes y la Constitución, de acuerdo con expertos en derecho.
Es decir, Trump puede hablar de relajar las recomendaciones de su guía de dos páginas para desacelerar la propagación del coronavirus en Estados Unidos, cuyo plazo de 15 días vence el próximo lunes. Pero, paradójicamente, la primera línea de esa guía establece, de forma indirecta, hasta dónde llega su autoridad: "Escucha y sigue las instrucciones de tus autoridades estatales y locales".
La guía pide evitar reuniones de más de 10 personas, ir a restaurantes y realizar viajes no esenciales.
A la misma vez recomienda a los gobiernos locales ordenar el cierre de escuelas y establecimientos en las áreas donde ha habido contagios comunitarios, algo que ya se ha observado en casi todo el país y por lo que precisamente expertos en salud ruegan se mantengan en pie estrictas medidas de distanciamiento social que ayuden a "aplanar la curva" de contagios y no colapsen los hospitales.
Es por ello que se han visto directrices diferentes de estado a estado, o incluso de ciudad en ciudad. Nueva York y California han sido dos de los estados donde se ha pedido a las personas quedarse en casa. Eso no ha sido así en otros como Florida, a pesar del incremento en los casos confirmados de covid-19, la enfermedad causada por el coronavirus.
Es posible que cada estado adopte sus propias medidas porque Estados Unidos posee un sistema federalista en el que los poderes son compartidos por el gobierno federal y los estatales.
El gobierno federal es el único que, por ejemplo, puede declarar una guerra, mientras que las normas de cumplimiento de las leyes a nivel local son potestad de los estados, establece la décima enmienda de la Constitución estadounidense cuando dice que "los poderes no delegados a Estados Unidos por la Constitución, ni prohibidos a los estados, se reservan para los estados".
¿Puede Trump ordenar una reapertura de escuelas y oficinas en todo el país?
La respuesta es no, salvo para las oficinas federales.
"El gobierno federal no puede comandar la maquinaria de los gobiernos estatales, y por extensión, de los gobiernos locales. Esto significa que el gobierno federal no puede obligar a los estados a tomar acciones para que se ciñan a la política federal que se decida", explica en un escrito Robert Chesney, profesor de derecho de la Universidad de Texas.
Chesney explica que ni siquiera los estatutos puestos en marcha con la declaración de emergencia permite que el presidente vaya por encima de las órdenes de quedarse en casa que han dado gobernadores como Andrew Cuomo en el estado de Nueva York.
"Ninguno de ellos se acerca siquiera a autorizarlo", dijo el abogado en referencia a estatutos como el Stafford Act para situaciones de emergencia.
¿Puede ordenar que las compañías abran o permanezcan abiertas?
Tampoco puede hacerlo. Un memo del Departamento de Seguridad Nacional detalló el 19 de marzo las actividades consideradas esenciales, pero también fue claro en precisar que "reconocemos que los gobiernos estatales, locales, tribales y territoriales están finalmente a cargo de implementar y ejecutar actividades de respuesta en las comunidades bajo su jurisdicción, mientras que el gobierno federal tiene un rol de apoyo".
Trump parece impaciente y ha asegurado que quiere al país funcionando con mayor normalidad porque considera que el impacto económico será demasiado fuerte.
"Estados Unidos no se construyó para estar cerrado", dijo en una conferencia de este lunes mientras la Organización Mundial de la Salud advertía que el país se encamina a convertirse en el próximo epicentro de la pandemia que ha enfermado a unas 400,000 personas en todo el mundo.
Sus palabras llevaron a que expertos sanitarios rogaran por mantener en pie duras medidas de distanciamiento social y a que economistas cuestionara la lógica del presidente, pues la prioridad -consideran- debe ser salvar vidas y ayudar a las personas que han perdido sus empleos.
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