Por qué el plasma de quienes se recuperan del covid-19 podría salvar vidas

Crédito: Chinatopix via AP, File
Una covid-19.
Se llama plasma convaleciente y, como su nombre sugiere, consiste en transferir plasma de personas que se han recuperado de la enfermedad a pacientes muy enfermos para ayudarlos a combatir el virus.
La terapia se basa en un sencillo principio: cuando alguien se infecta por determinado patógeno, el cuerpo fabrica anticuerpos para combatir la infección. Después de que la persona se recupera, esos anticuerpos quedan flotando en el plasma sanguíneo por meses o incluso años. Esos mismos anticuerpos bien podrían ayudar a otras personas a sanar.
Ha sido efectivo en el pasado, pero no hay garantías de que funcione esta vez.
Asegurándose de no dar falsas esperanzas, la FDA aclara categóricamente que “aunque promisoria, la terapia del plasma convaleciente no ha sido efectiva para cada enfermedad en la que se ha aplicado”.
China la usó a principios de febrero, pero no ha compartido los resultados de esos estudios. Liang Yu, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Zhejiang, contó a la revista Nature que en una investigación preliminar los médicos trataron a 13 pacientes en estado crítico. A los pocos días el virus ya no era detectable en los pacientes, lo que indica que los anticuerpos lo habían eliminado, pero su condición de salud no mejoró, lo que atribuyeron a que el tratamiento se hizo demasiado tarde cuando ya la enfermedad estaba demasiado avanzada.
“No sabremos hasta que la probemos”
“El abordaje tiene mérito y lo interesante es que no es una idea nueva: ha estado con nosotros por días, años o más”, explica a la agencia The Associated Press Jeffrey Henderson, profesor de medicina y microbiología molecular de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, quien forma parte de una red de médicos e investigadores que están estableciendo protocolos para el uso de plasma para tratar a pacientes infectados con el covid-19.
“No sabremos hasta que tengamos experiencia y reportes de casos sobre esta enfermedad particular si será efectivo o no, pero a juzgar por su récord con varios virus, tiene buenas probabilidades de funcionar”, dice.
En efecto, durante la pandemia de 1918 más de 1,700 personas recibieron plasma de sobrevivientes a la gripe H1N1 y se cree que hubo buenos resultados, pero los estudios de esa época no eran rigurosos como los actuales.
También usaron el plasma convaleciente durante la epidemia del SARS en 2002 y el ébola en 2014. En ninguna de esas ocasiones se hicieron estudios científicos serios, pero sí hay claves de que podría ayudar.
Arturo Casadevall, jefe de microbiología molecular e inmunología de la Escuela de Salud Pública John Hopkins Bloomberg, y promotor de este tratamiento para el covid-19, considera que aquellos casos en los que no funcionó en el pasado se debieron a que se implementó muy tarde. “Cuando alguien está al final de su vida, es muy difícil de alterar el curso de la enfermedad a ese punto”, aclara a The Associated Press.
El 27 de febrero, Casadevall apenas asomaba la idea de usar el plasma convaleciente, en un editorial que escribió para el diario The Wall Street Journal. “Sabía que si publicaba esto en un periódico la gente reaccionaría, mientras que si lo escribía en una revista científica, no obtendría el mismo impacto”, contó a la revista Nature.
Un mes después, su propuesta se ha hecho realidad gracias a una colaboración científica sin precedentes.
Solo para casos críticos
En vista de la magnitud de la pandemia de covid-19 en Estados Unidos, a la par de los ensayos clínicos -que serían la vía tradicional e igualmente se están implementando- la FDA autoriza el uso de la terapia exclusivamente en pacientes que cumplan con criterios muy específicos y que estén en peligro de muerte por el covid-19 (definido esto por parámetros rigurosos detallados en un documento).
La agencia aclara que no se autoriza el uso del plasma convaleciente con fines preventivos y los médicos deberán solicitar aprobación para usarlo.
Después de esta primera fase, investigadores anhelan que se apruebe el uso del plasma convaleciente en personas de alto riesgo de desarrollar covid-19 como lo son las enfermeras y médicos para ver si se logra evitar el contagio, lo que -de funcionar- ayudaría además a aliviar la carga sobre el sistema de salud.
Por ahora, el foco está en buscar donantes que -en este caso- serían personas que se hayan recuperado por completo del virus y den negativo en las pruebas, y en cuyos análisis de plasma tengan un alto nivel de anticuerpos para el covid-19.
¿Cuánto habrá que esperar para saber si es efectivo? Alrededor de un mes, según estimaciones de Casadevall.
De funcionar, bien podría ayudar a evitar el colapso de los hospitales que no tienen ni las cama ni respiradores artificiales suficientes para atender a los pacientes en estado crítico.