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Coronavirus

El creador de la vacuna de Pfizer pronostica que no tendremos un invierno normal sino hasta 2021

Aunque advierte que este que está por llegar será "un invierno duro", Uğur Şahin, cofundador del laboratorio BioNTech y uno de los creadores de la vacuna de Pfizer, confía en que el próximo ya podría ser "normal", una vez se extienda la inmunidad de su vacuna, que aunque esperanzadora, aún tiene importantes retos por delante.
15 Nov 2020 – 05:30 PM EST
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Uğur Şahin, cofundador del laboratorio BioNTech y uno de los creadores de la vacuna de Pfizer, cree que "si todo continúa yendo bien", el siguiente podría ser un "invierno normal".

A inicios de esta semana llegó la gran noticia: Pfizer anunció que su vacuna, producida en conjunto con BioNTech, había demostrado en sus ensayos clínicos tener una efectividad del 90%, una cifra muy esperanzadora. Desde entonces ya se habla del fin de la pandemia y la era postcovid empieza a estar en el horizonte.

Şahin, un inmigrante turco criado en Alemania, es el fundador de BioNTech, junto a su esposa, la científica Özlem Türeci, también turco-alemana. Ambos celebraron la noticia del alentador resultado de los estudios con una buena taza de té, confesó él.

Pero antes de cantar victoria por su propia creación, Şahin advierte que "este invierno será duro", aún cuando se empiece a suministrar la vacuna este mismo año, pues inicialmente "no tendrá un gran impacto en el número de casos", expresó el científico, en una entrevista para el programa de Andrew Mar de BBC One este domingo.

La meta, según él, es entregar más de 300 millones de dosis para abril, lo cual, asegura, "nos permitiría empezar ya a tener un impacto". De esta forma, tras el verano de 2021, un período en el que se espera que disminuyan los casos ante el calor y la vida al aire libre, se debe hacer un gran intensivo y lograr tener un alto porcentaje de vacunación para el otoño. De ser así, el próximo invierno podríamos tener una vida normal, augura Şahin.

La vacuna de Pfizer, probada hasta el momento en unas 43,000 personas, requiere de dos dosis para la inmunización, con una diferencia de tres semanas entre ambas inyecciones. La inmunidad comienza a producirse en el cuerpo una semana después de la segunda dosis y 28 días tras el primer pinchazo.

Uğur Şahin, uno de sus creadores, espera que a medida que se vayan poniendo las vacunas, estas sean capaces de reducir la tranmisión entre las personas, pero además, en caso de que la inmunidad no logre impedir una infección por coronavirus, la vacuna ayudaría a detener el desarrollo de síntomas a partir de los anticuerpos y células T que genera.

"Estoy muy seguro de que la transmisión entre personas se reducirá con una vacuna tan eficaz, tal vez no en un 90%, pero tal vez en un 50%, no debemos olvidar que incluso eso podría resultar en una reducción drástica de la propagación de la pandemia", dijo el científico.

Un reto de producción y distribución

Mientras la Agencia Europea de Medicamentos ya está revisando esta vacuna experimental, Pfizer comunicó que la enviaría a la istración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA, por sus siglas en inglés), para una posible aprobación de emergencia. Para ello deben disponer de unos dos meses de datos de seguimiento, que deben completarse en los próximos días.

Pero luego viene otro reto importante: Para lograr volver a tener ese "invierno normal" después de que el Hemisferio Norte atraviese el más duro de sus inviernos en la historia reciente, frente a una agresiva segunda ola en Europa y un tercer pico de contagios en Estados Unidos, hay que asegurar, insiste Sahin, que la vacuna logre distribuirse de forma adecuada y se implementen planes de vacunación eficientes y ágiles.

Pfizer y BioNTech anunciaron esta semana, tras darse a conocer la efectividad preliminar de su vacuna, que habían cerrado un acuerdo con la Comisión Europea para la compra de hasta 300 millones de dosis de la vacuna. Según un comunicado conjunto emitido por ambas compañías, la Comisión se comprometió a comprar 200 millones inicialmente, con la posibilidad de ordenar otros 100 millones adicionales.

Para conseguir tal nivel de producción, BioNTech había comprado recientemente un nuevo local para montar un gran laboratorio, pero además, otras compañías de vacunas, de acuerdo con Şahin, asumirán parte de la producción para poder cumplir con un abastecimiento a gran escala en el menor tiempo posible.

La distribución será otro reto importante a vencer en este proceso, ya que a diferencia de otras que también se encuentran avanzadas, esta vacuna necesita mantenerse refrigerada en hielo seco, a una temperatura muy baja, ya que el ARN modificado se autodestruye a partir de cierta temperatura.

Para poder llevar a cabo la transportación de la misma sin incidentes ni que se pierdan lotes por problemas con la refrigeración, Pfizer pondrá en marcha un sistema de transportación en camiones con unas cajas especialmente diseñadas, directo a los centros en donde se van a suministrar.

Es indispensable, por tanto, capacitar bien a todo el personal implicado en las campañas de vacunación, ya que un mal manejo haría que la inyección pierda su eficacia.

Sin fondos de Washington

En la entrevista para BBC este domingo Ugur Sahin aseguró que su empresa, BioNTech, no recibió ningún apoyo del gobierno de Estados Unidos, algo que desmiente las afirmaciones del presidente Donald Trump, quien hace dos días sugirió públicamente que el anuncio de Pfizer de la efectividad de "su vacuna contra el virus chino" era resultado directo de la 'Operación Velocidad de la Luz' de la Casa Blanca.

Pero no solo Sahin y su compañía alemana BioNTech aseguraron no estar vinculados con Washington, también lo hicieron sus socios de Pfizer Inc. una empresa estadounidense.

Según puntualizó la agencia AP, Pfizer se negó a aceptar dinero del gobierno para desarrollar y testar su vacuna, para lo cual se asociaron con BioNTech en marzo y al mes siguiente ya estaban haciendo pruebas en humanos, mientras la Casa Blanca no anunció su 'Operación Velocidad de la Luz' hasta el mes de mayo.

Mientras otras compañías han formado parte y recibido fondos del programa estadounidense para agilizar la búsqueda de la vacuna, Pfizer optó por no hacerlo y han puesto su propio dinero para financiar esta primera parte del proceso. Pfizer, en cambio, sí firmó un acuerdo con el gobierno estadounidense por casi 2 billones de dólares para suministrarle 100 millones de dosis, en caso de que la vacuna finalmente sea aprobada por la FDA.

BioNTech, en cambio, sí recibió un préstamo en junio, pero del Banco Europeo de Inversiones, para poder incrementar su capacidad de producción.

"Decidimos desde el principio mantenernos independientes para asegurarnos de que... podamos llevar la vacuna a cualquier lugar del planeta donde se necesite. Por lo tanto, no obtuvimos apoyo directo de la 'Operación Velocidad de la Luz", explicó Sahin.

Respuestas que faltan

A pesar de que el mundo tiene grandes esperanzas en esta vacuna, que puede agilizar una transición a la post-pandemia e incluso, ayudar en el desarrollo de otras de su mismo tipo, el tema de la distribución y sus complicados requisitos de refrigeración complican verdaderamente el escenario y restringe el de la vacuna a importantes núcleos urbanos o grandes centros de vacunación a los que tendrán que desplazarse las personas para recibir la inmunización.

Esto hace que personas enfermas y ancianos, los principales grupos de riesgo, lo tengan más difícil para vacunarse, así como personas que viven en zonas de riesgo.

Tampoco se conoce el porcentaje de personas de estos grupos de riesgo en los ensayos clínicos de la vacuna de Pfizer, por lo cual no puede anticiparse su efectividad para ellas.

Pero la gran pregunta es, sin dudas, cuánto tiempo durará la inmunidad y si, como la gripe, tendremos que estar vacunándonos cada año. Por el momento, es muy pronto para decirle y BioNTech no puede garantizar un tiempo definido.

Sin embargo, Sahin confía en que, a diferencia del virus de la gripe, que muestra cepas nuevas cada temporada, el del coronavirus muta menos.

"La única razón para (necesitar) vacunas de refuerzo será si nos damos cuenta de que no hay protección después de un año [desde que se puso la vacuna]... podría ser que sea una inmunización cada año, cada dos años o incluso cada cinco años", declaró.

La otra interrogante que queda en el aire no depende del éxito de la propia vacuna, ni de su posible distribución, sino de la voluntad de las personas para recibir esta inyección, ya que varis encuestas han indicado que millones de personas no se vacunarían contra el coronavirus.

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