La corredora que amamanta a su bebé en mitad de una carrera de 105 millas (y abre un debate sobre la maternidad)

Poco podía imaginar Sophie Power que días después de finalizar la Ultra-Trail du Mont Blanc (una carrera por los Alpes conocida por sus siglas UTMB), su imagen se haría viral y aparecería en periódicos de todo el mundo y, cómo no, en las redes sociales. Una encuesta en Twitter elaborada por una revista especializada en running preguntaba a los lectores si las acciones de Power eran “groseras, un poco egoístas” o “asunto suyo”.
Los lectores se quejaron y la revista retiró la encuesta. Mientras, Power –que había dado a luz solo tres meses antes a su hijo Cormac– ha dejado muy claro que estos 15 minutos de fama tienen que servir para poner sobre la mesa cuestiones de las que las mujeres raramente hablan. “ No deberíamos tener que perder aquello que fuimos antes de ser madres. Los hombres ciertamente no lo pierden”, sostiene la atleta.
“Hay esta sensación de culpabilidad de las madres de que todo el tiempo necesitas estar al 100% concentrada en tu bebé, y yo creo que si no atiendes tu salud mental y física no puedes ser la mejor madre”, señaló en una entrevista con The Guardian. “Necesito estar en forma y tener respiros mentales. Las mujeres se enfrentan a un dilema a la hora de decir esto”.
"Hace una semana estaba en la cumbre Flegere preparada para descender la montaña hasta Chamonix y terminar la UTMB. Había dormido 20 minutos en dos días, mi cuerpo estaba cansado y estaba alucinando. Lo que me permitió continuar es saber que Donnacha [su hijo de tres años] correría conmigo hasta la meta", indicó.
Pese haber corrido 50 millas (80 km), Power aparece en la imagen relativamente descansada, especialmente si la comparamos con el corredor que tiene al lado, tumbado con las piernas en alto.
Power había pasado una noche sin dormir, como la mayoría de los corredores, pero a diferencia de otros estaba acostumbrada a ello. “Esto no es sobre mí", sostiene. "Es una historia sobre la lucha diaria de ser una mamá reciente. Una historia sobre la necesidad de nutrir a nuestros bebés lo mejor que podamos. Y la importancia de dar prioridad a nuestra salud física y mental. Ser nosotras mismas cuando somos madres”, dijo la atleta.
Antes de la UTMB, que terminó en 44 horas, Power había corrido algunas de las ultracarreras más famosas como el Marathon des Sables que cruza el desierto del Sahara y la carrera de 153 millas (246 km) sin paradas Spartathlon en Grecia.
La atleta, que comenzó a correr en 2009, y se apuntó al maratón del Sahara sin saber apenas lo que era, según dice, tenía plaza para correr el UTMB en 2015 (es necesario acumular puntos en otros ultramaratones para poder participar en este), pero perdió su puesto porque estaba embarazada de seis meses de su hijo Donnacha, que ahora tiene 3 años. A diferencia de lo que ocurre con atletas lesionados, la UTMB no permite que las mujeres conserven sus plazas si se quedan embarazadas. Este año, Power se enfrentaba al dilema de participar o pasar años consiguiendo nuevos puntos.
“Esta imagen ha permitido a las mujeres decir: 'Cuando nos convertimos en madres nuestra identidad no cambia. Ves todas esas imágenes de padres que cruzan la línea de meta con sus bebés. ¿Por qué, como sociedad, va a ser diferente con una madre?'", se pregunta.
Este episodio también podría reabrir el debate del ejercicio durante el embarazo, y cuestionar la visión de la mujer embarazada como un ser extremadamente frágil.
La atleta cree que la mejor manera de prepararse para la maternidad no es quedándose quieta. "A lo largo de mi embarazo, me pareció que todo los consejos giraban en torno a mantener las piernas en alto y engordar, ya que todo lo demás se consideraba un riesgo", señaló. "Mantenerse en forma, saludable y fuerte es muy importante y la forma en la que puedes hacer eso de forma segura. Necesita discutirse más".
Powell creía que daría "un par de entrevistas" y después volvería a su labor habitual (es la cofundadora de una compañía de tecnología contra la contaminación del aire). Sin embargo, dice que cada día recibe más y más mensajes de mujeres que se sienten más empoderadas y confiadas en su viaje a la maternidad, "así que no voy a parar". Y hace bien.
Su hazaña no es ni grosera ni egoísta: es mucho más impresionante que ganar la carrera.
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