El Genesis G70 demuestra que un buen sedán deportivo no tiene que ser alemán

Genesis quiere ser considerada como una marca de lujo de verdad. Esta es una enorme ambición para un fabricante cuya fundación tuvo lugar hace menos de tres años. El reto de Genesis, la marca de autos de lujo del imperio Hyundai, es aún mayor en esta época en que se espera que los autos de lujo tengan capacidades atléticas junto a una gran potencia, calidad a toda prueba y lujos que hace algunos años impresionaban, pero hoy consideramos indispensables.
Pero las cosas se complicaron muy rápido para Genesis que a pesar de haberse hubicado en el primer lugar entre todos los fabricantes que venden automóviles en Estados Unidos, en términos de calidad inicial y en términos de cuanto le gusta la marca a los dueños de sus vehículos según JD Power, sus vehículos no se venden tan bien como los de sus rivales por una mezcla de errores en la configuración de sus ocnsecionarios y excepticismo del público. También influye que la marca hasta ahora ha contado con una diminuta línea de solo dos modelos, los Genesis G80 y G90, ambos excelentes, espaciosos, poderosos y lujosos sedanes, adorados por sus dueños, pero ignorados por la gran mayoría de los compradores.
Viajamos hacia la idílica costa de Maine para conocer al G70, el tercer miembro de la familia Genesis. Se trata de un sedán deportivo compacto, cuyas características de manejo deberían poner a pensar a más de un ejecutivo automotriz alemán. El G70 comparte su plataforma y arquitectura básica y motores con el Kia Stinger, el sedán deportivo que hipnotizó colectivamente a la comunidad del periodismo automotriz internacional el año pasado, pero tiene un diseño mucho que logra ser simultáneamente más elegante y más agresivo que el de su hermano corporativo.
Hyundai, la casa matriz tanto de Kia como de Genesis ha invertido una verdadera fortuna en amasar una impresionante nómina en talento de diseño para poblar estudios en California, Alemania y Corea. Si algún producto muestra el valor de esa inversión ese es el G70. Su carrocería luce sólida sin ser pesada y dinámica sin imitar a los alemanes, y aunque desde algunos ángulos puede lucir algo genérico, la impresión general es la de un vehículo con una imagen muy propia. Esta característica es resaltada, no en poca medida, por una hermosa interpretación de la parrilla hexagonal de utilizan los G90 y G80, que parece lograda por la tensión de varios elementos diagonales que nacen de sus vértices, incluyendo los faros, conformando uno de los frontales más interesantes que he visto en años.
Estos motores son un cuatro cilindros turboalimentado con 2.0 litros de desplazamiento que produce 252 caballos de fuerza y 260 libras pie de torque y un V6 doble-turbo de 3.3 litros de desplazamiento que produce 365 caballos de fuerza y 376 lbs.-pie de torque. Ambos motores son gerenciados por una transmisión automática de 8 velocidades que es asertiva y deliciosamente rápida, pero el 2.0 litros puede ser ordenado con una transmisión manual de 6 velocidades, en cuyo caso produce 255 caballos de fuerza, lo cual interpretamos como la manera que tiene Genesis de decirnos que su G70 es un carro para pilotos y no solo para simples choferes. Un sistema de tracción integral (AWD) opcional está disponible solo para las versiones con transmisión automática.
Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA por sus siglas en inglés) el G70 con tracción trasera y el motor 2.0 litros rinde 22 mpg en circuito combinado (18 mpg en ciudad y 28 mpg en autopista) con la transmisión manual, y 25 mpg en circuito combinado (22 mpg en ciudad y 30 mpg en autopista) con la transmisión automática. El G70 con tracción trasera y motor V6 rinde 21 mpg en circuito combinado (18 mpg en ciudad y 26 mpg en autopista). El G70 con AWD y el motor 2.0 litros rinde 23 mpg en circuito combinado (21 mpg en ciudad y 28 mpg en autopista) mientras que la versión AWD con motor V6 rinde 20 mpg en circuito combinado (18 mpg en ciudad y 25 mpg en autopista).
El interior es más derivativo. El tablero de instrumentos y controles rinde homenaje a los diseños de BMW sin copiarlos, pero aun así no deja de tener un fuerte sabor alemán. La columna de controles central está orientada hacia el conductor y su operación es fácil e intuitiva a través de controles que se sienten lujosos y sólidos. Los acabados son de primera tanto en aspecto, resaltado por tejidos acolchados en forma de rombos con hilos contrastantes, como al tacto. Por más que busqué no conseguí una superficie que se sintiera barata o mal hecha. Los asientos en sí mismo se sienten cómodos, ofrecieron el e lateral necesario para las maniobras y el castigo a los que sometimos a los modelos de pruebas en pista, y carecen de la sensación de rigidez innecesaria que plaga a algunos carros alemanes en los que el G70 está obviamente inspirado. La posición de manejo es más baja de lo común, lo que acentúa el espíritu deportivo del auto y nos dice, quizás, que Genesis no tiene intención de presentar una versión coupé de este modelo.
Pero en un mercado tan violentamente disputado como el de los sedanes compactos de lujo, nada de lo anterior tendría importancia si el G70 no proporcionara un manejo que al menos pudiese ser calificado de competente. Afortunadamente en este campo podemos reportar buenas noticias.
La primera pista de que estábamos ante un automóvil excepcional, y de que estaba por darme un gusto, fue cuando a baja velocidad la dirección se sintió fuerte y comunicativa. Si algo nos dijo este detalle es que el G70 no fue hecho para tratar de complacer a todo el mundo. Claro que para quienes quieran el mismo tren motriz con una marcha más suave el concesionario Kia siempre estará a la vuelta de la esquina, quedando todo en familia.
La maniobrabilidad del G70 es excepcional gracias principalmente al sistema de dirección que tanto nos impresionó a baja velocidad y que no hacía sino mejorar a medida en que aumentaba la velocidad del vehículo. La suspensión adaptable, configurada para atacar la vía agresivamente, que termina dando una experiencia que va a comunicar con fuerza las imperfecciones de la vía, lo que no va a ser del gusto de quienes esperan una experiencia más sosa.
Los anteriores son atributos comunes a todos los modelos que probamos. Por ejemplo, las versiones con el V6 dieron una respuesta mucho más contundente a las presiones del pie derecho mientras que los 4 cilindros eran más rápidos y felices tomando curvas a alta velocidad. Igualmente, la presencia del sistema de tracción integral (AWD), que es capaz de transferir el 90% de la potencia a las ruedas traseras ofrece una gran dosis de rigor a la marcha y lo vemos como indispensables en las zonas con nieve, pero totalmente innecesario en el área de Miami, en donde escribimos esta reseña. Igualmente de innecesario, pero muy divertido bajo las circunstancias correctas, es el control de lanzamiento. Este es un sistema electrónico que permite acelerar el auto lo más rápidamente posible, pero compensando por los errores que los conductores no profesionales cometen como deslizamientos por falta de tracción y otras novatadas. Este sistema está disponible solo en las versiones de tracción trasera con caja de cambios automática.
Por más que el Genesis G70 sea un verdadero sedán deportivo como existen muy pocos, persiste el hecho de que los compradores en todo el mundo están rechazando en masa a los sedanes a favor de las camionetas crossover y SUV. Lo verdaderamente interesante y definitorio para Genesis será conocer cuál será su siguiente movida, la cual sospechamos que podría estar basada en la mecánica del G70. Cuando hicimos la pregunta a uno de los ejecutivos de Genesis durante una de las presentaciones del modelo, la respuesta proforma “sin comentarios” nos fue dada con una de las sonrisas más amplias que hemos visto en la industria del automóvil en mucho tiempo.
El Genesis G70 estará a la disposición del público como modelo 2019 cerca del final del verano. Genesis dará a conocer el precio de las distintas versiones del G70 cerca de la fecha de lanzamiento.
* Genesis corrió con nuestros gastos de viaje hasta Portland, Maine, así con los gastos de alojamiento y comida mientras duró la prueba del vehículo.