"Solo digan que fue corrupta": la presión de Trump para que el Departamento de Justicia deslegitimara las elecciones
Después de las elecciones que perdió ante Donald Trump presionó al Departamento de Justicia para que declarara que el proceso había sido “corrupto”, como parte de su campaña para deslegitimar el resultado y para la que contaba con aliados republicanos en el Congreso.
Aunque el señalamiento era conocido, ahora está respaldado por documentos oficiales del departamento enviados al Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes que investiga los esfuerzos de la pasada istración para revertir el resultado de las elecciones y a los que tuvieron varios medios. The New York Times fue el primero en presentar la información.
“Solo digan que la elección fue corrupta (…) dejen el resto a mí y a los congresistas republicanos”, habría dicho Trump durante una llamada telefónica el 27 de diciembre con el fiscal general encargado, Jeffrey Rosen, y su segundo Richard Donoghue, de acuerdo con los apuntes que este último tomó de la conversación.
Trump quería que el departamento cambiara su opinión de que no había habido problemas con el proceso ( como dijo antes de dejar el cargo de fiscal general William Barr) y dejara sembrada la duda sobre la legitimidad del triunfo de Biden, que por aquellos días la campaña del presidente estaba desafiando en varias cortes del país, sin que al final alguna le diera la razón.
De acuerdo con el recuento de Donoghue, él le dijo al presidente que el Departamento de Justicia no tiene el poder de cambiar el resultado de unas elecciones, a lo que Trump habría respondido que no esperaba eso
La entrega de las notas de Donoghue al Congreso es una inusual decisión del departamento, que suele proteger las comunicaciones de los funcionarios de alto rango con el presidente, en parte para evitar el precedente de que esas conversaciones de asesores del primer mandatario sean hechas públicas por gobiernos posteriores.
"Circunstancia extraordinaria"
Pero en este caso, el departamento determinó que al ser una investigación sobre la presunta conducta inapropiada de un presidente se trata de una “circunstancia extraordinaria”, de acuerdo con las cartas que recibieron Rose, Donoghue y otros en las que se les informaba que podían ser citados a declarar ante la comisión parlamentaria.
El argumento es que el privilegio ejecutivo del que suelen gozar los presidentes para proteger sus comunicaciones con sus asesores es una protección para beneficiar al país y no al individuo que ejerce la presidencia, menos cuando se trata de una persona que está promoviendo una agenda personal que no tiene que ver con sus funciones de gobierno.
“Estas notas manuscritas muestran que el presidente Trump directamente instruyó a los más altos funcionarios de la agencia legal de nuestra nación a tomar pasos para derogar unas elecciones libres y justas en los días finales de su presidencia”, dijo en un comunicado la presidenta del Comité de Supervisión Carolyn Maloney.
El esfuerzo de Trump por convencer a que otros republicanos respaldaran sus infundados reclamos de fraude incluyó llamadas de presión a los gobernadores y autoridades de Georgia, Michigan, Nevada y Arizona, estados donde el aspirante a la reelección perdió ante Biden.
“Mucha de la investigación que usted está obteniendo es falsa (…) Hemos visto los argumentos y no se sostienen”, dijo Donoghue, según el recuento de sus notas, en referencia a las “decenas de investigaciones (y) cientos de entrevistas” realizadas por el departamento.
En el caso de Michigan, los altos funcionarios le aclararon a Trump que el margen de error en el conteo de las boletas electorales era de 0,0063% (considerado estadísticamente insignificante) y no 68% como afirmaba el presidente.
También le informaron que no había pruebas de que un empleado electoral en Pennsylvania había alterado boletas, como afirmaba una teoría conspirativa, o que hubo un fraude en el condado de Fulton en Georgia.
Como respuesta, Trump minimizó los hallazgos de los investigadores del departamento y dijo que “la gente que dice que la elección no fue corrupta es corrupta”.
“Ustedes a lo mejor no están siguiendo internet de la manera que lo hago yo”, dijo el presidente, de acuerdo con los apuntes de Donoghue, algo que puede ayudar a entender de dónde ha estado sacando el expresidente sus argumentos sobre el inexistente fraude.
En cualquier caso, la conversación con los líderes del Departamento de Justicia, así como las que tuvo con autoridades regionales que quedaron grabadas, muestran el nivel de injerencia indebida que quiso ejercer Trump sobre el proceso electoral.
En un punto de la conversación con Rose y Donoghue, el presidente pareció sugerir que cambiaría la cúpula del departamento si no veía acción, a lo que le respondiendo que él estaba en el derecho de tener los asistentes que deseara en los puestos que creyera convenientes, pero que el cambio de nombres no cambiaría la posición del departamento.
Trump sigue sin reconocer el triunfo de Biden y ha empezado una gira por varias partes del país dando discursos en los que repite el infundio del fraude, que ha sido desmontado por auditorias electorales y rechazado por falta de pruebas en los tribunales en lo que se presentaron recursos.