Trump asistirá a cumbre de la OTAN en Bruselas en medio de dudas sobre su compromiso con la alianza

La Casa Blanca confirmó el martes que el presidente Donald Trump participará en la cumbre de la OTAN en Bruselas el 25 de mayo, mientras Washington busca acabar con las dudas de su compromiso con la alianza.
"El Presidente espera reunirse con sus contrapartes de la OTAN para reafirmar nuestro firme compromiso con la OTAN y debatir cuestiones cruciales para la alianza, especialmente la responsabilidad compartida de los aliados y el papel de la OTAN en la lucha contra el terrorismo", dijo la Casa Blanca en un comunicado.
Horas antes se había informado que el secretario de Estado, Rex Tillerson, faltará a su primera reunión de la OTAN en abril, lo que avivó este martes las dudas de los aliados de Estados Unidos sobre su compromiso con la alianza, aunque Trump se entrevistará con el jefe de la organización transatlántica, Jens Stoltenberg, el 12 de abril en Washington.
La Casa Blanca dijo que la reunión entre Trump y Stoltenberg les permitirá "conversar sobre como reforzar la alianza para hacer frente a los desafíos de la seguridad nacional e internacional".
La ausencia de Tillerson podría explicarse por la posible visita del presidente chino, Xi Jinping, a la residencia privada del mandatario estadounidense en Florida a comienzos de abril.
La diplomacia estadounidense se limitó a explicar que, de todos modos, Tillerson se verá esta semana con la mayoría de sus homólogos de la OTAN en la reunión en Washington de los 68 países de la coalición que combate al grupo Estado Islámico (EI, ISIS en inglés).
"Ya se entrevistó con funcionarios ucranianos. Tras estas consultas y reuniones, irá en abril a una reunión del G7 en Italia y luego participará en reuniones en Rusia", señaló una fuente del Departamento de Estado.
El Departamento de Estado enviará en lugar de Tillerson a su número tres, el subsecretario de Estado y director de política Thomas Shannon, un veterano diplomático, a la reunión de ministros de Exteriores de países de la OTAN el 5 y 6 de abril a Bruselas.
Esta decisión sin precedentes amenaza con preocupar aun más a una alianza atlántica ya inquieta por las críticas de Trump, que la había calificado de "obsoleta".
Cuestión de dinero
Esta será la primera oportunidad para que Trump se mida en un escenario internacional con homólogos de la OTAN después de su postura ambivalente con respecto de la Alianza Atlántica.
En campaña electoral, Trump criticó el año pasado a los socios europeos de la OTAN por no aportar suficientes fondos a la Alianza, y sugirió que podría reducir el apoyo estadounidense a ese bloque transatlántico.
Al tiempo, expresaba su voluntad de mejorar las relaciones con Rusia, lo que encendió las alarmas en el bloque occidental.
Aunque Trump ha moderado su posición desde su llegada a la Casa Blanca, ha mantenido duras críticas contra aquellos socios de la OTAN que no llegan al compromiso de gasto en defensa del 2 % del Producto Interior Bruto (PIB).
La semana pasada, sin ir más lejos, acusó en Twitter a Alemania de deber dinero por la aportación estadounidense a la defensa colectiva tras la visita a Washington de su canciller, Ángela Merkel.
El secretario general de la OTAN, que este martes estuvo en el Pentágono, subrayó tras su encuentro con el secretario de Defensa, Jim Mattis, que la organización no solo tiene en cuenta los intereses europeos, también los estadounidenses.
"Una OTAN fuerte es tan buena para Norteamérica, porque la estabilidad en Europa es buena para todos", afirmó.
Stoltenberg quiso por otro lado tranquilizar a la istración Trump, que desea que los países europeos contribuyan más en el mantenimiento de la OTAN, enfatizando en "la necesidad de compartir los gastos de forma justa".
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