Ante la falta de acuerdo presupuestario en el Senado, la Casa Blanca se prepara para un cierre del gobierno
Además de truncar los planes de Donald Trump de celebrar su primer año como presidente con una lujosa fiesta en su resort en Florida, el posible cierre del gobierno federal este viernes a la medianoche podría suspender las labores y afectar las vidas de unos 800,000 empleados públicos en la nación.
Si bien continúan las negociaciones, los senadores republicanos y demócratas no parecen acercarse a la aprobación de una medida que financie el gobierno temporalmente, similar a la que fue aprobada el jueves en la Cámara de Representantes.
No solo demócratas tienen objeciones: al menos tres republicanos están en desacuerdo con la propuesta en el Senado, donde hacen falta 60 votos para su aprobación. Para aprobar la medida los republicanos necesitan a toda su bancada (50 votos, dada la ausencia de John McCain por razones médicas) y la inclusión de al menos 10 votos demócratas.
Contrarreloj, pasado el mediodía del viernes, el líder de la minoría demócrata Chuck Schumer acudió a la Casa Blanca invitado por Trump para tratar de desbloquear el punto muerto. Schumer aseguró que "se hicieron progresos" durante ese intercambio, mientras que Trump tuiteó horas después que la reunión fue "excelente" y que se está "avanzando".
De no lograrse un acuerdo antes de medianoche, las partes podrían negociar una Continuing Resolution (CR) más corta. Se trataría de un 'parche' temporal que extendería hasta por cinco días el último acuerdo presupuestario aprobado. El jueves en la Cámara Baja se le dio el visto bueno a una CR de cuatro semanas.
La jornada es tan extraordinaria en Washington que la Casa Blanca improvisó el viernes una conferencia de prensa inesperada, como medida de presión para culpar a los demócratas del posible cierre.
"Ellos (los demócratas) no se oponen a nada de lo que contiene el presupuesto, pero se oponen a (aprobar) el presupuesto. DACA no expira hasta marzo, por lo que no hay razones para cerrar el gobierno ahora", dijo Mick Mulvaney, director de presupuesto de la Casa Blanca. "No hay motivos por los cuales debería incluirse DACA en el arreglo presupuestario".
La estrategia de la Casa Blanca es atacar a los demócratas y acusarlos de 'secuestrar' al gobierno, al no dar los votos necesarios para aprobar la financiación. Los demócratas esperaban incluir una solución migratoria para los cerca de 800,000 dreamers que esperan por un Dream Act que les otorgue un estatus legal permanente.
La noche del jueves, la Cámara de Representantes aprobó un acuerdo que permitiría el funcionamiento del gobierno hasta medidados de febrero, dándole así la responsabilidad a la cámara alta en la que los republicanos solo tienen un escaño más que los demócratas (51-49).
"El proyecto de financiamiento del gobierno fue aprobado anoche en la Cámara de Representantes. Ahora los demócratas son necesarios para aprobar en el Senado, pero quieren inmigración ilegal y fronteras débiles. ¿Viene un cierre del gobierno? ¡Necesitamos más victorias republicanas en 2018!", tuiteó Trump este viernes.
Un festejo ¿trunco?
La agenda de la Casa Blanca divulgada el jueves muestra que el mandatario junto a la primera dama, Melania Trump, tenían programado partir en la tarde del viernes de Washington a Palm Beach, algo que no pasará hasta que en el Senado haya un acuerdo para evitar el cierre federal.
Las entradas para la fiesta del primer año del presidente comienzan en 100,000 dólares por pareja, informó Bloomberg, e incluyen la cena y fotos con Trump.
La noticia de que Trump tenía planeado ir a celebrar a Mar-a-Lago mientras el gobierno se encontraba al borde de un cierre despertó reacciones negativas entre varios demócratas, quienes le acusaron de irresponsable.
"Trump yendo a Mar-a-lago mientras se cierne un cierre del gobierno es de lo más irresponsable (...) un abandono del deber por un presidente. Este hombre no comprende la ética laboral, la oficina del presidente o el deber del país. Él entiende el golf, el helado y los Big Macs!", tuiteó el congresista demócrata por Tennessee, Steve Cohen.
La culpa es del otro
La discusión por la medida presupuestaria se ha vuelto una pulseada entre los dos partidos para ver quién puede sacar rédito político de un posible cierre.
Según una encuesta de ABC News y The Washington Post publicada este viernes, los estadounidenses encuestados a nivel nacional se inclinan más a culpar a los republicanos: el 48% dijo que culparían a Trump y al Partido Republicano, mientras que un 28% culparía a los demócratas. Un 18% culparía a ambos partidos por igual.
Los republicanos creen que, de haber un cierre, pueden señalar a los demócratas como los responsables por traer a una discusión presupuestaria un tema inmigratorio como DACA. El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, acusó directamente a Chuck Schumer y "sus tropas" de estar frenando el acuerdo.
"Hoy verán cuáles son los senadores que votarán para dejar de lado a los veteranos y a las familias de los militares para mantener como rehén a todo el país hasta que aprobemos un proyecto de ley de inmigración que ni siquiera han escrito", dijo McConnell en el Senado. "Verán qué senadores toman la decisión patriótica de defender a los estadounidenses y votan para dar financiación al gobierno y extender la atención médica infantil", añadió refiriéndose al Programa de Seguro Médico para Niños (CHIP, por sus siglas en inglés).
McConnell dijo que DACA no debería ser más importante que el resto de los aspectos en juego en este posible cierre y calificó el tema como algo no urgente "vinculado a la inmigración ilegal" impulsado por sectores "extremos" demócratas.
Pero hasta el momento no son solo demócratas los que han puesto en duda si aprobarán la medida presupuestaria. Senadores como Lindsay Graham, Jeff Flake y Rand Paul han deslizado que podrían no apoyar el acuerdo, por lo que podría complicarse aún más conseguir los 60 votos necesarios.
Los demócratas por su lado buscan dejar una puerta abierta para avanzar en una reforma migratoria.
Aquellos demócratas o independientes como el senador por Vermont y exaspirante presidencial, Bernie Sanders, que se oponen a darle el sí al proyecto insisten en que cualquier medida de gasto federal debe incluir protecciones para inmigrantes bajo DACA, aquellos que llegaron a EEUU indocumentados cuando eran menores de edad que podrían enfrentar una deportación cuando el programa finalice el próximo 5 de marzo.
También quieren una extensión permanente de los fondos para CHIP, que en el actual acuerdo solo continúa financiado de manera temporal. (Los republicanos incluyeron una extensión de seis años de financiación en el presupuesto para acorralar a los demócratas a que voten a favor en el Senado).