Siete mujeres inspiradoras que han roto el techo de cristal y que salen reforzadas después de esta campaña
Las elecciones de 2016 fueron, en gran medida, las elecciones de las mujeres. Más allá de que Hillary Clinton podría haber sido la primera presidenta de Estados Unidos, los ataques de Donald Trump contra las mujeres centraron el debate en las últimas semanas de campaña.
Los mítines de Clinton estaban llenos de niñas con la muñeca de la que podía haber sido la primera comandante-en-jefe y la tumba de la sufragista Susan Anthony en Rochester, en Nueva York, se llenó de flores y de pegatinas de “he votado”.
Clinton no rompió el techo de cristal más alto, el del principal cargo público del país más rico y poderoso de la tierra. Ni siquiera fue a hablar bajo el techo de cristal del centro de convenciones junto al río Hudson donde se preparaba la fiesta que no fue. Pero quedan otras mujeres inspiradoras en activo, prometedoras y que han roto barreras este año.
1. Catherine Cortez Masto
La senadora electa por Nevada es la primera mujer de origen hispano que llega al Senado de Estados Unidos.
Ella nació en Las Vegas de padre de origen mexicano y madre italiana. Su abuelo paterno emigró de Chihuahua y sirvió en el ejército. Su padre, que trabajó para la autoridad turística de Las Vegas, lanzó el eslogan “lo que pasa aquí se queda aquí”.
La nueva senadora no habla español, pero cuenta a menudo sus orígenes y ha hecho bandera de la defensa de la inmigración.
Su elección es también el rostro del nuevo Oeste, donde los demócratas están avanzando gracias al aumento de los hispanos. La mayoría de las encuestas estimaban que Trump ganaría en Nevada, pero al final Clinton venció en este estado gracias al voto temprano en particular de los latinos.
Cortez Masto sera así ahora una de las 21 mujeres entre los 100 del Senado. Después de las elecciones del 8 de noviembre, hay una más respecto al anterior Congreso: 16 demócratas y cinco republicanas.
Tiene 52 años y fue fiscal general de Nevada durante ocho. Ha trabajado a menudo con los republicanos y promete ahora que trabajará por defender en particular a los jóvenes inmigrantes “que están luchando por su futuro”.
Otra de sus promesas es ayudar a otras mujeres para que se animen a “saltar a la política nacional”. “Necesitamos más mujeres que hagan de mentoras para otras mujeres, en particular mujeres de color, que digan que esto se puede hacer”.
2. Ruth Bader Ginsburg
Unas horas después de las elecciones, la jueza del Supremo Ruth Bader Ginsburg, hacía su debut a los 83 años en la ópera de Washington. Una apasionada de la ópera, la magistrada consiguió que le dieran un papel de actriz en La hija del regimiento para el que escribió su propio diálogo cómico.
En su diálogo metió algunos guiños de actualidad. “¿Hay alguna duda de los líderes más valiosos han sido mujeres?”, dijo.
Via @CNNPolitics: Ruth Bader Ginsburg, star of the bench, shines on stage https://t.co/1vHepS5Fwg
— WashingtonNatlOpera (@dcopera) November 14, 2016
Ginsburg fue la segunda mujer nombrada para el más alto tribunal, pero su personalidad la ha convertido en un icono. Además de múltiples libros, hay chapas, cuadernos y todo tipo de parafernalia con las siglas RBG.
También acaba de publicar su propio libro, con una colección escritos.
En una entrevista con el New York Times en julio criticó a Trump.
“No me puedo imaginar cómo sería este lugar, no me puedo imaginar cómo sería el país, con Donald Trump como presidente. Para el país, podrían ser cuatro años. Para el Tribunal, podrían ser… no quiero ni contemplarlo”, dijo Ginsburg, cuyo cargo dura de por vida mientras no se retire. Después, se disculpó por haberse metido en campaña.
Trump nombrará al sustituto de Antonin Scalia con el apoyo de las dos cámaras, que durante meses bloquearon el nombramiento del moderado al que había elegido Obama, Merrick Garland. Y hará lo mismo para cualquier otra vacante.
Ginsburg incluso bromeó que si su marido estuviera vivo propondría que se mudaran a Nueva Zelanda.
La magistrada no se va del país y ahora tiene la responsabilidad de mantener la corte más equilibrada frente a los nombramientos más conservadores de Trump.
3. Ilhan Omar
Tiene 34 años y llegó a Estados Unidos con 12 huyendo de la guerra en Somalia y después de haber vivido en un campo de refugiados en Kenia.
El martes fue elegida representante de la cámara de Minnesota y es así la primera somalí-americana escogida para una cámara estatal.
“Ésta fue realmente una victoria para esa niña de 8 años en aquel campo de refugiados. Ésta fue una victoria para la joven forzada a un matrimonio. Ésta fue una victoria para cada persona a la que le han dicho que hay límites en sus sueños”, dijo el martes.
Ganó su distrito en Minneapolis con el 80% de los votos.
Es la directora de una red de apoyo a las mujeres, dedicada en particular a la segunda generación de inmigrantes.
4. Kelly Ayotte
La senadora republicana de New Hampshire perdió las elecciones contra otra mujer, la demócrata y gobernadora Maggie Hassan, en una batalla muy disputada.
Pero Ayotte es una de las caras que representan el futuro de su partido. Moderada, popular, mujer y joven (tiene 48 años).
Se opuso a Trump y no quiso ir a la convención republicana. Luego le apoyó y lo llamó “modelo” unas horas antes de que se publicara la grabación en la que el candidato presumía de acosar a las mujeres. Después se desdijo de sus palabras.
Ahora Trump la considera como candidata a secretaria de Defensa. De ser así, sería la primera mujer en ocupar esta posición.
5. Elizabeth Warren
La senadora de Massachusetts puede jugar ahora un papel esencial para unir a los demócratas. Es más moderada que Bernie Sanders aunque también es una heroína de la izquierda porque lleva décadas luchando para regular más Wall Street.
Warren no es una revolucionaria. En las primarias apoyó a Clinton y en sus orígenes era republicana. Pero tiene buena imagen y la energía para movilizar a los jóvenes que, en parte, dieron la espalda a Clinton.
Este año no quiso lanzarse a la campaña presidencial. Ahora tiene 67 años y le podría volver a tentar la idea en cuatro años. Será en todo caso más joven de lo que Sanders es ahora.
6. Mia Love
La congresista, que acaba de ser reelegida por Utah, es una de las estrellas del partido republicano.
Ella nació en Brooklyn de padres que emigraron de Haití.
Tiene 40 años, es afroamericana y mormona. Es la primera mujer negra republicana que llega al Congreso y la primera persona negra que llega al Congreso por su estado.
Se oponía a Trump y no votó por él. Dice que escribió de manera simbólica el nombre de Mike Pence en la papeleta. Y que ahora luchará para se aprueben nuevas medidas bloqueadas durante años y a la vez se opondrá a la agenda más radical del nuevo presidente.
7. Eleanor Roosevelt
La primera dama siempre fue una inspiración para Hillary Clinton y lo sigue siendo para millones de mujeres en todo el mundo. Ha vuelto en esta campaña gracias a las referencias de Clinton.
Este año, además, se cumplen los 75 años de la biblioteca presidencial donde ella tiene un papel destacado, en Hyde Park, al norte de Nueva York.
Eleanor aún sufría los tiempos en los que sólo podía aspirar a influir con consejos a su marido, el presidente, al que le mandaba notas para sugerirle nombramientos o citas con personas interesantes.
Cuando el presidente Roosevelt murió en su tercer mandato, ella dijo que su deber era seguir luchando fuera de “la sombra” de su marido. Tenía 60 años y prometió que no se quedaría “callada”. No paró como columnista y como activista.
Fue una grandes promotoras de Naciones Unidas. El borrador de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU tiene sus correcciones a mano.
Su último libro se llama Tomorrow is now. Su lema: “Es hoy cuando debemos crear el mundo del futuro”.