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    Elecciones en EEUU 2020

    Kamala Harris se impone a Joe Biden en el debate demócrata atacándolo por una polémica decisión de sus primeros años en el Senado

    La senadora por California fue la más destacada en el careo entre los segundos 10 candidatos demócratas y protagonizó el momento más tenso de la noche al cuestionar al exvicepresidente Joe Biden por políticas que la afectaron cuando era una niña estudiando en escuelas que salían de la segregación racial.
    28 Jun 2019 – 12:44 AM EDT
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    La segunda y última jornada del primer debate demócrata Kamala Harris.

    Harris marcó el ritmo del debate con intervenciones enérgicas, y por momentos agresivas, como cuando se enfrentó directamente con el exvicepresidente Joe Biden por unos comentarios hechos semanas atrás en los que lamentó los tiempos “más civilizados” de la política estadounidense (pese a que se refería a una era en la que él compartía el Capitolio con legisladores supremacistas y racistas)

    La del jueves fue la noche de los ‘pesos pesados’ de la primaria demócrata. Cuatro de los cinco candidatos que llegaron como punteros en las encuestas compartieron el escenario del teatro Adrienne Arsht de Miami, Florida.

    Entre los 10 candidatos que estuvieron en la segunda tanda de debates organizados por NBC-Telemundo figuraron los más veteranos y los más jóvenes, los más populares y los menos conocidos. Estos últimos pudieron haberse aprovechado de la atención que generaron en el evento los primeros, pero no todos lograron aprovecharlo, al menos no con la efectividad que parece haberlo hecho Harris.

    Aunque no hay una encuesta aún que pueda decir cómo mejoraron los números de la senadora, la cuenta de Google Trends indicaba justo al final del debate que Harris era el téma de búsqueda de mayor tendencia en EEUU.

    Tomar el momento

    De los 10 participantes de la noche, el exvicepresidente Bernie Sanders llegaban como los dos favoritos en las encuestas.

    Detrás de ellos marchan Harris y el alcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg. Los cuatro estaban en los podios centrales, como fueron asignados por los organizadores de acuerdo con el lugar que ocupan en los sondeos.

    Sanders acaparó más tiempo que el vicepresidente explicando su agenda de reforma, con propuestas muy similares a las que ya promovió en 2016, cuando se enfrentó a Hillary Clinton con un plan de "socialismo demócrático"que para entonces sonaba algo radical pero que terminó desplazando a la izquierda el debate dentro del partido e incentivó el surgimiento de una nueva generación de políticos demócratas.

    El senador por Vermont repitió sus críticas al 1% de la población que más ingresos tiene, a las corporaciones, y destacó la necesidad de tener un sistema de salud universal que garantice la atención de los ciudadanos, basado en el principio de que se trata de un “derecho humano”.

    A su lado, Biden lucía con la confianza de quien se siente en una plataforma segura, pero a medida que fue avanzando el careo sus intervenciones no fueron tan asertivas como algunos habrían esperado, sobre todo quienes conocen las dotes oratorias de Biden, un experimentado político en este tipo de eventos.

    Contrario a lo que algunos analistas anticipaban, Biden no fue el centro de los ataques del resto de los candidatos, pese a que recibió un par de críticas directas sacadas de su experiencia como político, como cuando los moderadores le recordaron que él había apoyado la invasión de Irak en 2003 que el gobierno del entonces presidente George W. Bush justificó basándose en información de inteligencia que resultó estar equivocada.

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    Harris vs. Biden

    El verdadero choque del debate fue cuando la senadora Harris le reclamó haber alabado a senadores supremacistas de los años 70. Biden dijo semanas atrás que en aquellos años la política estadounidense "era más civilizada" de lo que se está viviendo en la era de Donald Trump.

    “Yo no creo que usted sea un racista y concuerdo con usted cuando se compromete con la importancia de hallar un terreno común, pero también creo, y es personal, que fue en verdad doloroso escucharlo hablar de la reputación de dos senadores de Estados Unidos que construyeron sus reputaciones y carreras sobre la segregación de razas en este país” dijo Harris.

    Y seguidamente, sin ceder el micrófono, la senadora agregó: “pero no es solo eso, sino que usted también trabajó con ellos para oponerse al transporte escolar (busing)”, dijo recordando cómo siendo una niña necesitaba ese sistema para poder llegar a una escuela cercana a su barrio al principio del proceso de desegregación.


    Biden, quien tiene un reconocido historial como promotor de los derechos civiles, pareció sorprendido por la línea de ataque de Harris, incluso molesto, y cuando finalmente pudo responder le aseguró que era una “representación equivocada” porque él no se opuso al sistema de transporte escolar, sino a la intervención federal que pretendía hacerse a través del Departamento de Educación y que la falla era responsabilidad de la ciudad en la que ella vivía.

    “Hay momentos en la historia cuando los estados fracasan en proteger los derechos civiles de todo el pueblo”, cerró Harris el episodio con voz potente y arrancando un aplauso de la audiencia.

    El careo sirvió para elevar a Harris al nivel de Biden en la percepción de muchos, convirtiéndola en una contendora más peligrosa para el segundo de Barack Obama, aunque todavía se trata de los fuegos preliminares de la campaña para las del próximo año.

    Pasar la antorcha

    En el escenario la noche del jueves estaban los aspirantes de mayor experiencia, de hecho con varios intentos en la búsqueda de la nominación (Biden, 76 años, y Sanders, 77) pero también los más jóvenes (Buttigieg, de 37, y el representante por California Eric Swalwell, de 38 años)

    El tema de edad lo planteó Swalwell muy temprano al citar al Biden de unas décadas atrás cuando pedía a los políticos "pasar la antorcha a las nuevas generaciones", con el objetivo de comprometer al veterano político reconociendo que estuvo en lo correcto entonces y lo está ahora.

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    Hace décadas que prometió "pasar la antorcha a una nueva generación", la broma para Biden en medio del debate demócrata


    Biden todavía estaba fresco y recibió el mensaje con una sonrisa. Sin embargo, el tema de la edad es uno que puede convertirse en una rémora para los dos punteros, quizá no tanto por la asociación con el buen estado físico que se espera de todo presidente, sino porque los presenta como desconectados con las nuevas generaciones y formas de hacer las cosas, entre ellas la política.

    Pese a la pasión con la que defendió sus puntos, Swalwell no parece que haya logrado proyectarse mejor, como sí lo hizo Buttigieg, con un estilo más calmado que a algunos les recuerda al Barack Obama de las primarias de 2008.

    Trump, más presente

    En contraste con el debate del miércoles, el nombre del presidente Donald Trump fue invocado con frecuencia en los primeros minutos del careo con duras críticas a su estilo político y personal.

    Parece lógico que le den atención al mandatario, al fin y al cabo, a él es a quien quieren sacar de la Casa Blanca, aunque también tiene sustento la aproximación de los candidatos que se enfrentaron la víspera de no dejar que Trump les ocupara el tiempo que tienen para hablar de sus propuestas políticas.

    Pero el presidente al final no gravitó tanto. Los candidatos se movieron a otros temas y ocasionalmente volvían para lanzarle algún dardo. Hacia el final de la jornada de dos horas, quedó claro nuevamente por las declaraciones de varios candidatos que el objetivo de todos era derrotar a Trump en noviembre de 2020.

    “Trump es un mentiroso patológico, es un racista”, dijo el senador Sanders, quien se ufana de estar varios puntos por encima del mandatario en las encuestas que miden la marcha de la competencia electoral.

    El presidente mantuvo la conducta de la víspera y solo hizo un comentario desde Japón, donde participa en la Cumbre de las 20 naciones más industrializadas.

    "Todos los demócratas acaban de levantar las manos para darle a millones de inmigrantes ilegales cuidados de salud ilimitados. ¿Qué tal si cuidamos a los ciudadanos estadounidenses primero? Ese es el objetivo de esta carrera", escribió el presidente desde Japón, donde asiste a la Cumbre del G-20.

    Inmigración, pero sin fotos dolorosas

    Este jueves no se usó la tragedia de Óscar y Valeria Martínez para presentar el tema migratorio.

    El asunto fue dominante la víspera, con la evocación de la trágica muerte de Óscar Martínez y su pequeña hija Valeria, dos salvadoreños que murieron en días pasados cuando trataban de cruzar el Río Grande para solicitar asilo en EEUU. La foto de ambos, boca abajo, ahogados en la orilla mexicana del río, se convirtió en el emblema del drama de los migrantes.

    Este jueves cuando se tocó el tema de inmigración, los candidatos, sin hacer énfasis en la cruda imagen, mostraron una aproximación similar al problema, con propuestas para desmontar las políticas establecidas por el actual gobierno, incluyendo la solución de la situación de los dreamers, dotándoles de una vía a la ciudadanía.

    En este punto, Biden tuvo que defenderse tras ser señalado como parte de un gobierno, el de Obama, que rompió récord de deportaciones y que de hecho era llamado por algunos actvistas como el "deportador en jefe".

    Biden rechazó la comparación de que lo que se hizo durante su tiempo en la Casa Blanca junto a Obama pueda ser comparable a lo que está haciendo el actual gobierno, porque la filosofía de aquellos años era la deportar solo a criminales, aseguró, y no a personas que no hubieran cometido graves violaciones a la ley.

    Aunque en esta ocasión no se produjo el "todos contra Biden", quedó claro que hay un problema con tener una gran experiencia y haber formado parte del gobierno, como es el caso del exvicepresidente: un candidato puede tener varios flancos de ataque producto de su evolución política y, así como Harris singularizó el 'busing' hay otros expedientes que pueden usarse para debilitar la posición del todavía puntero.

    Biden no tuvo su mejor desempeño. La noche fue de Harris, sin duda. Pero apenas se cumplió el primero de los debates, faltan 11 más.

    Y faltan siete meses para que las cosas que se dicen hoy en la campaña rindan algún efecto en Iowa y New Hampshire, las dos primera votaciones de las elecciones primarias que suelen ser las que determinan la suerte de los aspirantes.

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