El muro fronterizo, narcotráfico e inmigración: tres temas que los secretarios de Trump tocarán en su visita a México
México recibirá este miércoles a dos secretarios del gobierno de Donald Trump: el de Estado, Rex Tillerson, y el de Seguridad Interior, John Kelly. Ambos buscarán recomponer el mes de tensiones diplomáticas que han vivido los vecinos y guiar la relación hacia el "progreso", según dijo un funcionario del Departamento de Estado a Univision Noticias.
Los enviados de Trump tendrán reuniones al más alto nivel: desde el propio presidente de México, Enrique Peña Nieto, hasta sus secretarios de Relaciones Internacionales, de Finanzas, y de Defensa y Marina, se encontrarán en la capital en mesas en las que se tocarán temas como el control del narcotráfico, del tráfico de armas, el comercio bilateral y un plan conjunto para reducir la violencia en la frontera común y en América Central.
También volverán las conversaciones sobre el polémico muro fronterizo, que llevó a los presidentes a prometerse al teléfono el 27 de enero que el tema no volvería a tocarse en público. "No hay razón para que eso no sea parte de lo que se discutirá", dijo el funcionario del Departamento de Estado en condición de anonimato al periodista Enrique Acevedo. También destacó que los secretarios tocarán como prioridad los temas en los que hay coincidencias: "Trataremos de enviar un mensaje".
Desde la campaña presidencial en Estados Unidos, se avistaban las heridas que el tema migratorio causaría en las relaciones bilaterales. A pesar de los daños, un comunicado del Departamento de Estado asegura que las reuniones pretenden promover "una relación constructiva" entre los países.
Tras su nominación como secretario de Estado, Trump destacó de Tillerson su "tenacidad, amplia experiencia y profunda comprensión de la geopolítica" gracias a los roces que tuvo como CEO de la petrolera estadounidense Exxon Mobil.
Sin embargo, Tillerson, como buena parte del gabinete del republicano, no tiene experiencia en cargos públicos. Y aún así es el hombre que guiará las decisiones de Trump en asuntos de política exterior y en las negociaciones de Estados Unidos puertas afuera.
Primera tensión: el muro
A menos de una semana de asumir el gobierno, Trump tomó una decisión que mancharía el inicio de su amistad con México: firmó un decreto con el que anunciaba los primeros pasos para la ampliación de la pared. "Este muro ayudará a México al desalentar la inmigración ilegal desde América Central y al golpear a los carteles violentos", dijo entonces. "Sacaremos a los malos, a los criminales, a los traficantes de drogas, a los pandilleros. Se les acabó el día en que podían quedarse en nuestro país", agregó.
Como respuesta, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, canceló vía Twitter una visita a Washington que estaba prevista para el 31 de enero. Y entonces, Trump replicó que la reunión no "hubiese rendido frutos" si México no estaba dispuesto a "tratar a Estados Unidos con respeto".
Para aumentar el fuego, horas después del ime el jefe de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, reveló que ante la negativa de México de pagar el muro, el gobierno de Trump se había planteado una nueva solución: un arancel de 20% a las importaciones mexicanas para "recaudar los 10,000 millones de dólares al año y pagar fácilmente el muro", dijo Spicer. Luego, la información fue desmentida por el propio jefe de gabinete de Trump, Riece Priebus, quien aclaró que esa era solo una de varias opciones que estaban puestas sobre la mesa.
Todo ocurrió al mismo tiempo que una comisión de alto nivel, liderada por el canciller mexicano Luis Videgaray, se encontraba en Washington para definir el rumbo de una relación bilateral que se quebrantaba.
El clima de las deportaciones
Otra de sus promesas de campaña fue la deportación masiva de indocumentados. En las últimas semanas se han traducido en casi 700 detenciones de inmigrantes en operativos que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha extendido por 12 estados.
La agencia federal compartió fotos y videos de estos arrestos que iniciaron el lunes 6 de febrero en California, Georgia, Illinois, Nueva York, Texas, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Missouri, Kansas, Indiana, Wisconsin y Kentucky. Y en total, 75% fueron considerados por la istración de Trump como criminales, descritos como líderes pandilleros hasta personas que han cometido violaciones a las leyes de inimigración.
Además, el gobierno de Trump ya puso rostro a sus advertencias de campaña, cuando aseguró que deportaría a mexicanos. Uno de ellos es el de la madre Guadalupe García, quien fue devuelta a su país tras 21 años de vida en Estados Unidos. La mujer de 36 años fue detenida a inicios de febrero cuando acudía a una de sus citas rutinarias en la oficina de inmigración. Tenía una orden final de deportación desde julio de 2013.
O el del dreamer Daniel Ramírez Medina, detenido por agentes de inmigración que lo señalaron de ser miembro de una pandilla basándose en un tatuaje que el joven de 23 años llevaba en su brazo y en el que se lee "La paz". Lo acusaron aunque el texto judicial reconoce que "el sujeto no tiene ningún antecedente penal" y su caso encendió las alarmas de la comunidad inmigrante que ahora teme que cualquiera pueda ser detenido y considerado una prioridad de deportación.
A pesar de que las tensiones están en pleno desarrollo, el país vecino se convierte en el primero que es visitado por el secretario de Estado con un objetivo, según el funcionario del Departamento de Estado consultado: "Tillerson se considera un amigo de la relación bilateral en un momento en que realmente se necesitan amigos de ambos países".
