En medio de escándalos, renuncia Scott Pruitt, jefe de la Agencia de Protección Ambiental
El presidente Donald Trump informó vía Twitter este jueves que aceptó la renuncia de Scott Puitt, jefe de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), funcionario que desde hace meses está rodeado de escándalos por presuntos malos manejos de dinero público y una variedad de acusaciones éticas.
"Acepté la renuncia de Scott Pruitt como de la Agencia de Protección Ambiental. Dentro de la Agencia Scott ha hecho un trabajo sobresaliente, y siempre estaré agradecido con él por esto. El Senado confirmó que segundo en EPA, Andrew Wheeler, asumirá el lunes las funciones de de la EPA. No tengo dudas de que Andy continuará con nuestra gran agenda de la EPA. ¡Hemos logrado un progreso tremendo y el futuro de la EPA es muy brillante!", indicó el mandatario en una serie de tuits.
La renuncia de Pruitt se debe en buena parte a la presión que medios y la opinión pública viene ejerciendo sobre este funcionario, debido al cúmulo de reportes de uso indebido de dinero de contribuyentes. Esto sumado a que numerosos legisladores demócratas y algunos republicanos han pedido la salida de Pruitt.
Reportes de marzo pasado, indicaron que el ahora saliente director de la EPA firmó el plan de expansión de ductos de una compañía canadiense de energía al tiempo que alquilaba un condominio vinculado a la empresa de cabildeo en Washington de esa misma compañía. Estos señalamientos, sin embargo, fueron declinados por EPA y por la firma de cabildeo.
Otros informes recientes indicaron que el comportamiento en general del de EPA como funcionario público no era ético.
Según estas informaciones, Pruit, por ejemplo, ha pedido a su asistente que realice recados personales.
Otro reporte indica que gastó tres millones de dólares de dinero estatal en seguridad, tres veces más que su predecesor.
También fue señalado por tratar de usar su posición de poder para facilitarle un negocio a su esposa, y se ha gastado más de $105,000 en vuelos de primera clase.
Además de estos cuestionamientos éticos, Pruitt es considerado un aliado cercano de la industria de los combustibles fósiles y por cuestionar el rol de la humanidad en el cambio climático global.
Cuando era fiscal general de Oklahoma, libró una batalla legal contra normas ambientales implementadas por EPA, la agencia que precisamente luego terminaría istrado.
Pruitt también es acusado por ecologistas y grupos de defensa de la salud pública por impulsar una serie de normas que menoscaban regulaciones que el gobierno de Barack Obama impuso para proteger la calidad del agua, el aire y luchar contra el cambio climático.
Esta serie de revocaciones de medidas ambientales fueron impulsadas desde la Casa Blanca. Trump elogió a Pruitt en numerosas ocasiones por recortar las regulaciones sobre las industrias de energía y fabricación.
Fue Pruitt quien quitó el programa más emblemático de Obama para reducir y limitar las emisiones de carbono de las centrales eléctricas. Pruitt también jugó un papel decisivo, señala la agencia Reuters, en el retiro de EEUU del acuerdo global de París el año pasado, un pacto mundial para combatir el calentamiento global al que Washington ya no pertenece.