Datos que sugieren que no todo está perdido para los demócratas en las elecciones de mitad de período
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la historia política de EEUU indica que cualquiera que sea el partido que haya ganado la Casa Blanca, dos años después, irremediablemente, va a perder las siguientes elecciones de medio término para el Congreso.
En las elecciones previstas para el próximo noviembre, no solo la evidencia histórica, sino una coyuntura económica mixta, caracterizada por un bajo desempleo pero alta inflación, confabulan contra la estrategia del Partido Demócrata para mantener las exiguas mayorías con las que cuenta en ambas cámaras del legislativo federal.
Según el libro “La presidencia de la oposición: el liderazgo y las limitaciones de la historia”, escrito por David A. Crockett, profesor de ciencias políticas de la Universidad Trinity en San Antonio, Texas, durante ese tiempo el partido del presidente ha perdido en promedio 26 puestos en la Cámara de Representantes y un promedio de cuatro escaños en el Senado.
El precedente histórico, junto a las malas noticias económicas de una inflación impulsada principalmente por altos precios del combustible y que también afecta las áreas de vivienda, alimentos y salud, han hundido los niveles de aprobación del presidente Joe Biden.
La percepción en la opinión pública es que las elecciones de medio término van a representar una verdadera catástrofe para los demócratas. Una derrota que terminaría de paralizar la ya estancada agenda legislativa del presidente.
Encuestas que muestran números esperanzadores para los demócratas
Sin embargo, una encuesta realizada por The New York Times y el Siena College entre el 5 y el 7 de julio, indica que los demócratas están en una posición mucho menos peligrosa de lo que el precedente histórico y las noticias en el área económica sugieren.
Según esa encuesta, demócratas y republicanos se encuentran empatados en la llamada papeleta genérica en la que se pregunta a los encuestados cuál partido quieren que obtenga el control del Congreso en las próximas elecciones.
El 41% dijo que quería que el control permaneciera en manos de los demócratas, mientras que el 40% dijo que prefería que cambiara a manos de los republicanos.
Al rescate de los demócratas parece haber llegado un torrente de recientes noticias que, para algunos, amenazan aspectos fundamentales de la vida de la sociedad estadounidense, como la decisión de la Corte Suprema de Justicia de derogar el fallo de 1973 que garantizaba el derecho federal al aborto.
Las espantosas las audiencias televisadas de la comisión del Congreso que investiga el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, están teniendo una influencia importante en la intención de voto para las próximas elecciones de medio término.
Un cambio de opinión sobre los problemas que enfrenta EEUU
Según la encuesta, desde que la corte hizo pública su decisión de derogar Roe v Wade, el apoyo por la legalidad del aborto creció de un 60% en septiembre de 2020 a un 65% en julio, parte de la plataforma política demócrata.
Un tercio de los votantes respondió que entre los problemas principales que enfrenta actualmente EEUU están las armas de fuego, el aborto y las amenazas al sistema democrático.
Se trata de un cambio importante respecto al principio del año, cuando lo que más preocupaban a los votantes eran la inmigración, la economía, el crimen y la educación, temas que han sido explotados con mucha efectividad a su favor por el Partido Republicano, pero que se han vuelto menos relevantes habiendo sido señalados como los temas más importantes por solo el 4% de los encuestados.
Entre los votantes preocupados por los temas de las armas, el aborto, y la supervivencia de la democracia estadounidense, la intención de voto por candidatos demócratas lidera con un 66% de las preferencias contra el 14% para los republicanos.
La ventaja demócrata se centra principalmente en los votantes de clase media con educación universitaria, donde dominan con un 57%, contra un 36% para los republicanos.
El "efecto tóxico" de Trump
Una serie de candidatos impulsados por el apoyo recibido por Trump, que respaldan las aseveraciones falsas del expresidente sobre un supuesto fraude electoral en 2020, podrían estar afectando las posibilidades de que los republicanos retomen el control del Senado.
En Georgia, donde el demócrata Raphael Warnock era considerado uno de los candidatos al Senado más vulnerables, una encuesta realizada en junio por la Universidad Quinnipiac le da ventaja de 10 puntos sobre Herschell Walker, un jugador de fútbol americano respaldado por Trump, cuya imagen sufrió tras revelaciones de que tuvo tres hijos fuera de su matrimonio.
En la misma encuesta, el gobernador georgiano Brian Kemp y su contrincante demócrata Stacey Abraham, permanecen empatados con el 48% de la intención de voto para cada uno, lo que presagia un resultado tan cerrado como en las elecciones que los enfrentó en 2018.
Por su parte, el empresario y autor JD Vance, quien después de ganar la elección primaria del Partido Republicano llegó a la nominación al Senado por Ohio como el favorito para quedarse con el escaño dejará vacante por el republicano Rob Portman, se encuentra luchando por su supervivencia política.
Las últimas encuestas le han dado consistentemente la ventaja durante los meses de junio y julio a su oponente, el congresista Tim Ryan
Un reportaje publicado por Bloomberg indica que hasta el 15 de julio Ryan había triplicado las recaudaciones de Vance. Portman ganó ese escaño el 2016 con 20% de ventaja, mientras que Trump ganó Ohio en 2020 con 8% de ventaja.
Nada de lo anterior significa que el Partido Demócrata vaya a lograr ganancias significativas el las próximas elecciones de medio término, desafiando el precedente histórico y superando el agravante que representa el bajo nivel de aprobación del presidente Biden.
Tampoco significa que los demócratas vayan necesariamente a retener sus mayorías en ambas cámaras del Congreso. Pero sí indica que la derrota podría ser menos colosal de lo que se creía a principios del año, antes que empezara de lleno de las actividades de las empresas encuestadoras.