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    El presidente Trump toma medidas por una crisis fronteriza que no existe

    El presidente presenta una "caravana" de centroamericanos como si fueran hordas de indocumentados que quieren forzar su entrada a EEUU, cuando los expertos y las cifras indican que la frontera está en su nivel más seguro en décadas.
    6 Abr 2018 – 12:30 PM EDT
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    El fin de semana el presidente Donald Trump estuvo con ánimo escandalizador difundiendo mediante su cuenta de Twitter información inexacta que presentaba una escena caótica y amenazante en la forma de "caravanas" de inmigrantes centroamericanos rumbo a la frontera sur de EEUU con México.

    El presidente aprovechó el desproporcionado escándalo sobre una amenaza que no era tal que azuzaron él y algunos medios de comunicación (principalmente Fox News) para decir que enviará "militares" a la frontera, en uno de esos anuncios que, más que definición de políticas de un gobernante, suenan a declaraciones altisonantes de quien está en campaña electoral y quiere cortejar a su electorado.

    Pero ni es cierto que haya hordas de centroamericanos dispuestos a saltar las vallas de la frontera (los que realmente lo van a hacer no buscan salir en las noticias ni promocionan sus actividades), ni hay una crisis de seguridad o de tráfico de drogas que justifique un despliegue que todavía no se sabe qué forma tendrá, porque todo lo que ha dicho la Casa Blanca hasta no aclara cómo ni cuando.

    “La Caravana fue mayormente desintegrada gracias a las duras leyes migratorias de México y su disposición a usarlas de manera que no se generara una escena en nuestra Frontera. Debido a las acciones de las istración Trump, los cruces fronterizos están todavía en un INACEPTABLE (nivel) bajo de 46 años. ¡Detengan las drogas!”, tuiteó el presidente Trump el jueves.


    Todo el escándalo en torno a la caravana de inmigrantes sirvió de telón de fondo para el espectacular anuncio del envío de militares a la frontera.

    Lo sorpresivo para muchos no es que se vayan a destacar soldados de la Guardia Nacional, algo que se ha hecho en los dos gobiernos anteriores, sino que la Casa Blanca argumente la existencia de una crisis que la estadística no muestra. Aunque la entrada de indocumentados por la frontera sur sigue siendo un problema, dista mucho de tener las proporciones que llegó a adquirir en la primera década del siglo XXI.

    "La medida de Trump no está basada en la realidad de la inmigración en años recientes", escribía en su editorial del jueves el diario The New York Times haciendo referencia al descenso de las capturas de indocumentados por parte de la Patrulla Fronteriza y calificando la decisión como "impulsiva, malévola y políticamente motivada".

    "Las principales causas son el descenso en el crecimiento de la población, la mejora de las oportunidades económicas en México y el reforzamiento de la seguridad fronteriza estadounidense como resultado de la inversión en miles de guardias, barreras físicas y tecnología", dice el editorial.

    La caravana

    La "caravana" a la que se refiere Trump (al principio se refirió a "caravanas") es la marcha o "vía crucis" que cada año desde hace una década organiza el grupo Pueblo sin Fronteras, para llamar la atención de la situación de pobreza y vulnerabilidad en la que viven muchos centroamericanos desplazados de sus países a causa de la violencia.

    Este año se trató de unas 1,200 personas, en su mayoría de Honduras, muchos de los cuales buscan solicitar refugio en México. De acuerdo con lo que dijeron los organizadores, otros tienen la intención de llegar hasta EEUU para pedir asilo, donde pueden tener familia o relacionados.


    En esos casos, Pueblos sin Fronteras les prestaría asistencia en el viaje hasta llegar a los puertos de entrada a territorio estadounidense. No se trata de una ola indetenible que vaya a cruzar la frontera por cualquier punto, porque el objetivo es precisamente entregarse a las autoridades migratorias para presentar sus casos legalmente y obtener protección legal.

    Los participantes en el vía crucis eran 1,200. El gobierno mexicano informó que 400 fueron detenidos y serán deportados a sus países de origen. Algunos estimados indican que unas 200,000 personas cruzaron la frontera ilegalmente en 2015, por lo que la caravana que tanto asusta a muchos comentaristas conservadores solo representa un 0,6% de ese total, difícilmente puede considerarse una avalancha o una amenaza a la seguridad nacional.

    De hecho, la entrada de indocumentados ha descendido desde sus picos del año 2000, cuando casi 1,7 millones de personas fueron detenidas por la Patrulla Fronteriza.

    La mayor preocupación de quienes trabajan en los puestos de control y de organizaciones de derechos humanos es la creciente llegada de menores de edad sin acompañantes. En 2017 llegaron unos 41,000, lo que representa un descenso frente al 2016, pero es más del doble de los que llegaban a principios de la década. Y eso es algo de lo que, curiosamente, no habla el presidente.

    Las drogas

    En este tuit el presidente hace referencia específica al problema de las drogas que vienen de México para alimentar el mercado estadounidense y aunque la Casa Blanca ha declarado una emergencia por la crisis del consumo de opioides, ha dejado de reconocer la corresponsabilidad que anteriores gobiernos aceptaban en un problema que no es solo oferta sino también demanda, la que representa el mayor mercado de consumidores de drogas del mundo.


    En cuanto a drogas, las incautaciones hechas en el borde entre México y EEUU han descendido en la última década, lo cual indica que se está produciendo un menor tráfico desde el sur del continente por esa vía. Sin embargo, en el caso de la cocaína, los traficantes parecen estar prefiriendo otras rutas, considerando que, de acuerdo con el reporte de la Oficina de Fronteras y Aduanas, más de la mitad de las intercepciones e producen en otros límites fronterizos, particularmente marítimos.

    Si ha crecido el tráfico de metanfetaminas y heroína, de la que los carteles mexicanos se han convertido en los mayores proveedores para el mercado estadounidense, lo que refleja cambios en patrones de consumo de los estadounidenses.

    Sin embargo, algunos advierten que una barrera física como la que se imagina el presidente, sumado al envío de tropas a la frontera, no va a cambiar demasiado el contrabando desde el sur, sobre todo porque de acuerdo con los datos oficiales, la mayoría de las incautaciones de estas últimas dos drogas se producen en los puestos de control, donde los narcotraficantes esperan aprovechar el gran número de cruces para burlar los controles.

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