El fantasma de Anita Hill le complica a Brett Kavanaugh su llegada a la Corte Suprema
Hasta la semana pasada, Donald Trump, pero este lunes el republicano Chuck Grassley, jefe del Comité Judicial del Senado que analiza la candidatura añadió una fecha imprevista al proceso de confirmación.
El próximo lunes, Kavanaugh y una profesora que lo acusa de haberla agredido sexualmente casi tres décadas atrás, testificarán ante el comité, que originalmente tenía en agenda dar su visto bueno al candidato este jueves, con lo que el voto final quedará postergado.
Es la segunda vez en treinta años que un juez federal conservador es acusado por una profesora universitaria de acoso sexual justo cuando está en la fase final del proceso de confirmación como magistrado del Supremo y que deben reabrirse las audiencias en el Senado.
Esto que le está pasando a Kavanaugh le pasó casi exactamente igual al actual magistrado de la corte Clarence Thomas en 1991, cuando la entonces desconocida Anita Hill lo denunció por supuestamente haberla acosado sexualmente una década atrás cuando ella era su asistente.
El señalamiento ahora es mucho más grave. Christine Blasey Ford, una profesora universitaria de California asegura que Kavanaugh intentó violarla, junto con otro amigo, durante una fiesta en los años 80, en sus tiempos de secundaria en Washington DC.
La denuncia de Ford sacudió un proceso de nominación que, pese a la polémica política en torno al candidato, parecía indetenible (como le de Thomas en 1991). Hasta el presidente Trump parecía estar dispuesto a que se postergue "un poco".
La acusación contra Kavanaugh disparó los recuerdos de Anita Hill, un caso que para muchos nunca se ha resuelto del todo, pero que cambió para siempre la cultura estadoundiense a la hora de hablar sobre la igualdad de género en el trabajo.
Los acusados:

Graduado en la Universidad de Yale, desde 1991 es magistrado de la Corte Suprema. Tenía apenas año y medio como juez de la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia cuando fue nominado por el presidente George H.W. Bush.
Antes estuvo ocho años como jefe de la Comisión para la Igualdad de Oportunidades de Empleo y Oficina de Derechos Humanos del Departamento de Educación (1981-1982).
En ambos cargos Anita Hill fue su asistente. Al momento de su confirmación Thomas tenía 43 años. Se convirtió en el segundo magistrado negro en el tribunal.
Fue aprobado por el Senado con una votación 52 a 48, el margen más pequeño para una confirmación de ese nivel en un siglo. Es conocido por su parquedad y su visión jurídicamente conservadora.
Su defensa
Thomas siempre ha negado la veracidad de los señalamientos de Hill.
Al momento, Thomas cuestionó que el comité escuchara el testimonio de Hill llamándolo: “linchamiento de alta tecnología para negros emprendedores que de alguna manera se dignan a pensar por sí mismos, a hacer cosas por sí mismos, a tener diferentes ideas".

También es graduado de Yale y actualmente es juez de la misma Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia en la que trabajó Thomas. Fue nominado a ese puesto por el presidente George W. Bush.
Originalmente fue presentado en 2003, pero su confirmación no se produjo hasta 2006, bloqueada por los demócratas que lo consideraban un candidato “demasiado político”.
Kavanaugh había sido secretario de gabinete de Bush (2003-2006) y asistente legal de la Casa Blanca (2001-3003). Antes había trabajado en la fiscalía especial que a fines de los 90 investigó al presidente Bill Clinton y que recomendó al Congreso su enjuiciamiento político.
Su defensa
Kavanaugh emitió el viernes un breve comunicado que amplió el lunes tras conocerse la identidad de su acusadora.
"Esto es una acusación completamente falsa. Nunca he hecho algo como lo que la acusadora describe, a ella ni a nadie. Porque eso nunca paso, no tenía idea de quién estaba haciendo esa acusación hasta que ella se identificó ayer (domingo)”.
Las acusadoras:

Es una abogada graduada de Yale y actualmente profesora de la Universidad Brandeis en Boston. Está especializada en temas de género y raza.
Desde diciembre de 2017 dirige la Comisión contra el Acoso Sexual y la Promoción de la Igualdad en el Trabajo, creada por representantes de la industria del cine en Hollywood en medio del clamor del movimiento del #MeToo.
En 1991 era profesora universitaria en Oklahoma cuando se filtró la prensa los señalamientos que había hecho a investigadores del FBI sobre el supuesto acoso por parte de Thomas.
La acusación
Llamada a testificar ante el Comité Judicial, Hill afirmó que Thomas la había acosado cuando era su asistente, invitándola a salir y haciéndole sugerencias subidas de tono.
Después, tras desistir de sus intentos, el hoy magistrado supuestamente empezó a generar conversaciones de naturaleza sexual, en las que habría llegado a referirse a su anatomía y su energía sexual.

La acusadora de Kavanaugh es una profesora de psicología clínica de la Universidad de Palo Alto en California y también enseña en la Stanford. Varios trabajos suyos han aparecido en publicaciones especializadas sobre temas que van desde el efecto de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 hasta abuso infantil.
Al igual que en el caso de Hill, su denuncia se conoció cuando se filtró a la prensa la existencia de una carta que le envió a la senadora demócrata por California Dianne Feinstein acusando a Kavanaugh de agredirla sexualmente. Feinstein no habló del tema en las audiencias con el nominado, pero remitió la misiva al FBI, y allí trascendió de alguna manera a los medios.
La acusación
Ford afirma que a principios de los 80 estuvo en una fiesta con otros jóvenes en una zona acaudalada del norte de Washington DC, cuando Kavanaugh y un amigo de este, a quien identifica como Mark Judge, la encerraron en un cuarto de la casa.
Ella asegura que Kavanaugh la tiró en una cama, la manoseó y trató de quitarle la ropa. Para acallar sus quejas le tapó la boca. En un momento logró zafarse (dijo que ambos hombres estaban borrachos) y escapó a un baño adjunto en el que se encerró. Cuenta que nunca habló del tema hasta que surgió en 2012 durante una terapia de pareja con su esposo y luego en otras sesiones.
Aunque tras la nominación de Kavanaugh ó a The Washington Post y mandó en julio una carta a su congresista, quien la remitió luego a Feinstein, Ford quería mantenerse anónima, pero asegura que ahora está dispuesta a testificar ante los senadores.
“Ahora siento que mi responsabilidad cívica está por encima de mi angustia y temor a la aniquilación”.
Los resultados:

El 11 de octubre de 1991, Hill se presentó ante los senadores del Comité Judicial en el Capitolio de Washington DC para explicar su versión de los hechos. Muchos critican la manera como se manejó la audiencia, que fue trasmitida por televisión y que presidió el entonces senador demócrata Joe Biden.
Por un acuerdo entre los dos partidos, se permitió el testimonio de Hill, pero no se escucharon los al menos cuatro testigos que respaldaban su historia. Algunos senadores se dirigieron a Hilll de una manera irrespetuosa, humillante. En ese no había ninguna mujer, algo que muchos aseguran que contribuyó al ambiente “machista” que percibieron en la audiencia.
En un vergonzoso momento, el senador de Alabama Howell Heflin le preguntó a Hill: “¿Es usted una mujer despreciada?”, dando a entender que la motivaba alguna venganza personal contra el juez.
El testimonio de Hill no logró impedir la confirmación de Thomas, pero, como dijo en las audiencias de Kavanaugh el exasesor legal de la Casa Blanca John Dean -antes de que se conociera la actual acusación- la carrera de Thomas como magistrado “ha estado bajo una nube” porque la denuncia de Hill nunca fue completamente resuelta.

El testimonio de Hill disparó un debate sobre el acoso sexual en ambientes laborales que coincidió algunos cambios en las leyes y ayudó a generar un notable cambio cultural.
Son numerosos los testimonios de mujeres que dijeron haberse dado cuenta del ambiente injusto en el que trabajaban o que esa manera “machista” de vincularse no estaba bien, y cómo aquella aduciencia televisada las llevó al activismo social o político.
El concepto de acoso sexual ya era debatido legalmente en los años 70. Unos meses antes del testimonio de Hill que la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito tomó una decisión que determinó que los casos de ese tipo debían darle siempre el beneficio de la duda a la denunciante, lo que incentivó a muchas mujeres a presentar demandas contra sus empleadores.
De acuerdo con los datos de Comisión para la Igualdad de Oportunidades de Empleo, la misma en la que había trabajado años antes Hill, en los cinco años siguientes a su testimonio las quejas por acoso sexual se duplicaron. El tema dejó de ser tabú.

La acusación contra Kavanaugh se produce en uno de los momentos de mayor activismo femenino, en contra de los abusos sexuales y por la igualdad de la mujer en el mercado laboral.
En 2017 se vio la explosión del movimiento #MeToo, a raíz de la catarata de denuncias contra hombres en la industria del cine y los medios, y otros sectores de negocios. A eso se sumó el rechazo en sectores progresistas por la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, un hombre con decenas de señalamientos en su contra que nunca han sido aclarados. Ese rechazo se mostró desde el primer día, el 21 de enero de 2017 con la gigantesca ‘Marcha de las Mujeres’ que inundó Washington DC.
Aunque la lucha por los derechos femeninos ya había avanzado mucho para los años 90 cuando Hill denunció a Thomas gracias al movimiento feminista surgido en los 70, la situación de las mujeres seguía siendo de desigualdad ante los hombres, laboral y legalmente.
Un dato que ilustra es que en el comité del Senado que interrogó a Hill no había ninguna mujer. Solo había 32 mujeres en todo el Congreso, 4 de ellas senadoras. Hoy hay 107, 23 de ellas senadoras, las dos terceras partes pertenecientes al Partido Demócrata.

Mucho antes de que 2018 recibiera esa distinción, 1992 era conocido en la historia política estadounidense como “El año de la mujer”, por la cantidad sin precedentes de mujeres que se postularon a cargos de elección popular.
24 mujeres entraron a la Cámara de Representantes casi duplicando la presencia femenina en el Capitolio.
“Yo fui motivada a presentarme al Senado después de ver la manera verdaderamente horrible como Anita Hill fue tratada por un Comité Judicial totalmente masculino”, dijo en un comunicado este domingo la senadora demócrata por el estado de Washington Patty Murray, quien llegó a la Cámara Alta en 1993.
Algo similar dijo hace unas semanas al podcast The Daily del The New York Times Dianne Feinstein.
En 1992, Feinstein y la hoy retirada Barbara Boxer, se convirtieron en las dos primeras senadoras por California.