El autor del libro sobre la Casa Blanca de Trump es el periodista que ayudó a la caída de Nixon en 1974
“Siempre has sido justo”, se oye claramente a Donald Trump decir al otro lado del teléfono. En la llamada, grabada bajo su conocimiento, el presidente está hablando con el periodista Bob Woodward justo unas semanas antes de que salga publicado el libro ‘Fear: Trump in the White House’, que ha desatado todo tipo de reacciones, porque revela detalles de una Casa Blanca en algunos casos preocupada por la manera muy poco ortodoxa en que el mandatario dirige al país y su política exterior.
Ahora que buena parte del libro -que sale a librerías el próximo 11 de septiembre- ha sido revelada, en donde el presidente Trump es retratado en boca de sus propios asesores como alguien con “el entendimiento de un niño de sexto grado”, a quien sus subalternos roban documentos del escritorio para “salvar al país de una crisis económica” y a quien los generales no le hacen caso en sus órdenes de “aniquilar dictadores en Siria”, el presidente, sin mucha otra salida, ha desplegado la estrategia que siempre articula: ha puesto en duda la credibilidad de quien lo ataca.
“El libro de Woodward ya ha sido refutado y desacreditado por el general (secretario de Defensa) James Mattis y el general (jefe de Gabinete) John Kelly. Sus citas se hicieron con fraudes, una estafa. Del mismo modo otras historias y citas. ¿Es Woodward un miembro (del partido) demócrata? ¿se dan cuenta del tiempo?”, escribió el presidente en su cuenta de Twitter el martes en la tarde, inmediatamente despues de que The Washington Post reveló los primeros detalles del polémico libro.
Esta vez, sin embargo, levantar esa sospecha y desacreditar al periodista, incluso entre sus más fieles seguidores, es una tarea muy complicada. Bob Woodward es un reportero de mucho peso, respetado por un amplio espectro de la sociedad y reconocido por sus investigaciones acuciosas que han escarbado igual en los gobiernos de Barack Obama o Bill Clinton, que en el de George W. Bush y el propio Richard Nixon.
Con esta nueva publicación el presidente Trump se enfrenta a desacreditar justamente la palabra del hombre que, con sus investigaciones iniciadas en 1972, de la mano de su colega Carl Bernstein, logró ayudar a cambiar la historia del país con su investigación sobre el escándalo de Watergate y provocó en última instancia que el presidente, Richard Nixon, renunciara a su cargo.
Trump se enfrenta al periodista que, en su momento con tan solo 29 años, y siguiendo con extraordinario olfato la historia que todos pensaban marginal del robo de unos papeles de la sede del Partido Demócrata en Washington, logró justamente poner de relieve un caso que potencialmente tenía los ingredientes de convertirse en un gran escándalo.
¿Qué respalda el trabajo de Bob Woodward?
Al trabajo de Bob Woodward lo respaldan dos premios Pulitzer, una carrera de 17 libros que igual han desnudado la realidad de la guerra en Irak y Afganistán en los tiempos de Barack Obama, que las acciones de Alan Greenspan quien pasó casi dos décadas al frente de la institución financiera más poderosa del mundo, la Reserva Federal de los Estados Unidos. Woodward se ha metido con su olfato periodístico en la CIA, en la Corte Suprema, ha criticado a republicanos y demócratas, y a pesar de la incomodidad de sus revelaciones, su veracidad no se ha puesto en duda. Ni siquiera por aquellos que han quedado expuestos y mal parados en sus libros.
Justamente, Ari Fleischer, el ex secretario de prensa de George W. Bush citado en el libro ‘Plan of attack’, escrito por Woodward en 2004, ha tuiteado ante los alegatos de Donald Trump, que el periodista “siempre juega limpio”.
“Hubo citas en el libro que no me gustaron. Pero nunca, nunca, nunca pensaría que Woodward las inventó. Las fuentes anónimas tienen labios más flojos y pueden tomar libertades. Pero Woodward siempre juega recto. Alguien se lo dijo", expresó Fleischer.
Richard Stengel, subsecretario de Estado durante Barack Obama también salió a defender a Woodward: “Él tiene los hechos de su lado” y agrega que es un retrato irrefutable gracias a la metodología usada. Paul Begala, un exasesor del presidente Bill Clinton, ha incluso dejado claro que hace 24 años, cuando el periodista lo entrevistó para su libro ‘The Agenda: Inside the Clinton White House’ que salió en 2005, todo lo que puso era cierto: “Hace 24 años, Woodward me citó en este libro sobre Clinton diciendo toda clase de profanaciones y cosas groseras. ¿Por qué? Quizás porque él es un republicano. O, quizás simplemente, porque yo las dije”.
En el libro ‘Fear: Trump in the White house’, el periodista dice haberse valido de más de 100 horas de grabaciones y de haber hablado con una decena de fuentes de primera mano que le contaron todas las coloridas y, no por eso, menos preocupantes anécdotas de la manera extraña como se lleva por estos días la Casa Blanca. Los críticos de sus libros aseguran que, si bien, la prosa de Woodward es más bien acartonada, el escritor "verifica sus hechos hasta que lloran de aburrimiento".
Lejos de otras celebridades del periodismo, Woodward no usa ayudantes en su escritura, por el contrario, pasa largos meses reportando en las entrañas del poder en Estados Unidos en donde parece contar con fuentes privilegiadas desde sus tempranos pasos en los años 70. Como aseguran muchos que han trabajado con él, Woodward resulta mucho más memorable y famoso que la mayoría de las fuentes que entrevista.
Como lo han reportado medios como The New Yorker, Trump puede estar furioso al leer que las fuentes entrevistadas por Woodward lo describen como un líder emocionalmente exagerado, voluble e impredecible, pero su furia esta vez poco o nada puede hacer para desacreditar a un periodista al que por su trayectoria la mayoría le creerá que la Casa Blanca es por estos días “Crazytown”, un pueblo de locos.