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    Donald Trump, el irresistible centro de atención del primer debate demócrata

    Versiones de medios afirman que el presidente tiene la intención de tuitear en vivo las incidencias de los careos entre los que aspiran enfrentársele en 2020. Lo haga o no su figura estará gravitando en el evento que se realiza en Miami.
    26 Jun 2019 – 09:48 AM EDT
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    Donald Trump, lógicamente, no está invitado al primer debate demócrata que se realizará este miércoles y jueves en Miami. Pero será un participante más, quizá directamente, vía Twitter, su herramienta preferida de comunicación.

    A mediados de junio, cuando se supo quiénes serían los participantes en los debates que organiza NBC-Telemundo en la ciudad del sur de Florida, The Wall Street Journal publicó una nota asegurando que el presidente tenía intención de comentar en vivo las incidencias del debate, pese al consejo contrario de sus asesores.

    Sería la primera vez que, gracias a las redes sociales, un presidente se inmiscuya directamente en la campaña del partido opositor para definir quién será su contrincante electoral. Pero sabemos que la era Trump es una de “primeras veces”, donde cosas impensadas apenas dos años antes se han vuelto parte del paisaje político.

    Vaya a comentarlo o no, el presidente será un centro de atención para los 20 candidatos que, en dos jornadas, debatirán sus propuestas para ser el nominado demócrata que reciba del partido el encargo de sacar a Trump de la Casa Blanca en noviembre del 2020.

    Cada vez que alguien lo critica, Trump responde con fuerza. De hecho, ha estado atacando a sus potenciales contrincantes para el 2020 por meses.

    Joe Biden, Bernie Sanders, Elizabeth Warren, Pete Buttigieg y Amy Klobuchar han sido los aspirantes que hasta ahora han sido objeto de mensajes burlones del presidente, con su tradicional estilo de caricaturizar alguna característica física (algo que sus críticos consideran infantil y por tanto muy poco “presidencial”).


    Es posible que recurra a ponerle etiquetas de nuevo, en caso de que decida seguir en vivo el careo entre demócratas con su estilo irreverente.

    “Ahora, después de dos años y medio en el gobierno, la gente de cierta forma ha aceptado o se ha adaptado a este estilo de comunicación por parte del presidente. Es lo que se espera de él”, explicó a Univisión Noticias Mitchell S. McKinney, académico y experto en debates de la Universidad de Missouri.

    “Él obtiene mucha atención con sus ataques. En la campaña de 2016 este estilo impulsó su imagen, y lo pintó como una personalidad fuerte difícil de quebrar”, aseguró McKinney.

    Es una estrategia de comunicación que la base política de Trump espera y sigue con gusto.

    Para los demócratas son mensajes ofensivos y altamente criticables. Pero el objetivo de Trump son sus propios votantes, no los potenciales electores de las primarias del partido de oposición.

    Imposible de ignorar

    Al ser el ocupante de la Casa Blanca el magnate tiene otra posición ventajosa, ya que lo quieran o no sus adversarios Trump es el centro de atención y el objetivo de los aspirantes demócratas, por mucho que ellos quieran hablar de su propia visión del país.

    “Es quien está en la Casa Blanca y cuyo historial está en cuestión. Es quien dirige al país hoy, es imposible no hablar de él”, asegura McKinney.

    McKinney considera que será clave cómo los candidatos demócratas formulen un estilo para responder a Trump, en el debate y en el resto de la campaña.

    “Creo que Nancy Pelosi es un buen ejemplo de cómo responder a Trump de frente, pero de una manera que se note que es una persona seria, que respeta el cargo que ocupa”.

    Normal o no en la dinámica política, la de Trump es una presencia con la que hay que lidiar en la campaña demócrata.

    “Lo que dice Trump sí tiene un efecto cuando no hay una respuesta clara y contundente”, explicó a Univisión Noticias José Parra, fundador de Própero Latino, una oficina que diseña estrategias de comunicación centradas en el público hispano.

    “Si él es el único que está acaparando la atención, ahí es cuando gana. El balance que tienen que mantener los demócratas es hacerle frente, sin necesidad de rebajarse al mismo nivel de retórica: atraparlo en la mentira y decírselo, para que todo el mundo lo pueda oír, mostrando sus incumplimientos en promesas de campaña”, dijo Parra.

    Fórmula ganadora

    Pero del lado demócrata no todos ven la fuerza gravitacional y el efecto de distracción que potencialmente represente Trump en el debate (y a lo largo de las primarias) como algo negativo.

    “De cierta manera a los demócratas les conviene más concentrar su fuego en Trump y no en sus adversarios dentro del partido. Lo mejor que le puede pasar a Trump es que los demócratas se olviden de él y se concentren en hacerse trizas entre sí”, afirma Parra.

    Ganar o perder en el debate demócrata es una cuestión subjetiva y que se discutirá por semanas en los medios de comunicación, pero lo cierto es que la meta del primer debate en primarias, sobre todo en un campo tan repleto como el demócrata, es darse a conocer y conectar con el público.

    El objetivo de los precandidatos es dejar claro al público que el suyo es el mejor plan para el país (y de paso, para lidiar con Trump).

    Pero quizá a alguno de esos aspirantes, sin necesidad de hacer mucho énfasis en su propia plataforma política, aparezca en el debate con una fórmula efectiva para responder al mandatario que cuente con el respaldo del electorado demócrata y lo catapulte en la opinión pública, al menos en el arranque de esta larga campaña.

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