Biden suspende los contratos de perforación de petróleo y gas en el Ártico que autorizó Trump
El gobierno de Donald Trump.
Esta zona costera del océano Ártico, que cubre un total de 2,509 millas cuadradas (6,500 kilómetros cuadrados), constituye una de las mayores extensiones de naturaleza virgen de Estados Unidos, y es hogar de aves acuáticas migratorias, caribúes y osos polares.
Pero también bajo la inmensa zona se calcula que hay reservas de 11,000 millones de barriles de crudo. Tanto republicanos como demócratas llevan años intentando que se permita la entrada de la industria petrolera.
Una orden formal de la secretaria de Interior, Deb Haaland, pone en pausa los arrendamientos concedidos por el anterior gobierno dos semanas antes de la llegada de Biden a la Casa Blanca, hasta que su agencia haya completado un análisis de su impacto ambiental.
En función de los resultados de ese análisis, el gobierno decidirá mantener las concesiones como están, cancelarlas o imponer medidas adicionales para proteger el medio ambiente en esta región.
El Departamento del Interior alega haber identificado "numerosas lagunas legales" en el procedimiento para la adjudicación de las concesiones, incluido un análisis "insuficiente" en materia de normativa ambiental.
Ambientalistas celebran, republicanos critican la medida
Desde hace 30 años, las compañías petroleras y los dirigentes de Alaska han presionado para explotar los recursos de este refugio nacional, crear empleos y generar ingresos para el estado.
Con base en un texto aprobado a finales de 2017 por el Congreso estadounidense, el Departamento del Interior aprobó en agosto pasado un programa que abría el camino a la perforación
Una licitación lanzada en diciembre llevó a la asignación el 6 de enero de nueve parcelas a la Autoridad de Desarrollo Industrial y Exportación de Alaska, una agencia gubernamental, y dos parcelas a dos pequeñas empresas, por un total de aproximadamente 940 millas cuadradas (2,430 kilómetros cuadrados).
Durante su campaña Biden había prometido que tomaría medidas para garantizar permanentemente la protección del refugio.
La decisión anunciada el martes "es un paso importante" en el cumplimiento de esta promesa, afirmó la asesora nacional sobre el clima, Gina McCarthy.
"El presidente Biden cree que los tesoros nacionales son parte esencial de la cultura y la economía del país y está agradecido por la rápida acción del Departamento del Interior" sobre una decisión "tomada en los últimos días de la istración anterior", agregó.
Gene Karpinski, presidente de la Liga de Votantes por la Conservación, aplaudió la medida como "un paso importante para cumplir la promesa de campaña del Presidente Biden y reducir la contaminación por carbono".
"De cara al futuro, también tenemos que asegurarnos de que la istración mantiene su compromiso climático en todos los ámbitos. Un enfoque de 'perforar aquí, no perforar allí' no hará el trabajo", agregó Karpinski, citado en The New York Times.
En contrapartida, la senadora republicana por Alaska, Lisa Murkowski, dijo en un comunicado que la medida contraviene la Ley de Recortes de Impuestos y Empleos aprobada por el Congreso controlado por los republicanos en 2017 que ordenó al secretario del interior crear el programa de arrendamiento.
"Ni el presidente ni el secretario tienen la discreción de decidir lo contrario", alegó Murowski.
También el gobernador republicano del estado, Mike Dunleavy, criticó la medida al llamarla un "asalto a la economía de Alaska" y prometió "utilizar todos los medios necesarios para deshacer esta atroz extralimitación federal".
"Alaska lleva a cabo una explotación responsable de petróleo y gas en el Ártico bajo normas medioambientales más estrictas que en cualquier otra parte del mundo", sostuvo Dunleavy.