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    AMLO vs. Trump: la gran incógnita de la futura relación entre México y EEUU

    ¿Cómo será el vínculo entre los gobiernos de México y EEUU, ahora que llega al poder un hombre de izquierda, diametralmente opuesto al republicano? Inmigración y comercio pueden ser los primeros puntos de roce.
    2 Jul 2018 – 07:09 AM EDT
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    El presidente electo de México, Donald Trump, este domingo.

    Poco después de que se reconociera la victoria de AMLO en los comicios mexicanos del domingo, antes de que las autoridades electorales oficializaran el triunfo del candidato de izquierda, Trump felicitó a quien en unos meses estará manejando al país vecino del sur, el tercer socio comercial de EEUU y con el que desde que llegó a la Casa Blanca, Trump se ha encargado de agriar unas relaciones que por años fueron fluídas.

    “Felicidades a Andrés Manuel López Obrador por convertirse en el próximo presidente de México. Espero con muchas ganas trabajar con él. Hay mucho por hacer que beneficiará tanto a Estados Unidos como a México”, escribió el mandatario.


    Durante el transcurso de la campaña electoral mexicana, Trump no hizo comentarios sobre López Obrador, pese a que siempre estuvo como favorito en las encuestas y que México es una constante en su discurso, por su empeño en construir el muro fronterizo y su convicción de que EEUU "pierde" en su relación comercial con ese país.

    Algunos han dicho que López Obrador es un "Trump mexicano" (otros lo comparan con el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez) por su talante populista y nacionalista, pero por su inclinación ideológica puede considerarse que está en las antípodas del republicano.

    Los analistas coinciden en que no hay manera de saber qué políticas promoverá López Obrador desde la presidencia, haciendo referencia a lo poco específico que fueron los planteamientos que el presidente electo hizo durante la campaña.

    Los roces que vienen

    Sin embargo, le tocará lidiar con un colega en la Casa Blanca que ha manifestado hostilidad constante hacia México y los mexicanos, desde la famosa caracterización de “violadores”, que les endilgó al lanzar su candidatura y que para algunos se ha reflejado en el reforzamiento de los controles migratorios y fronterizos, la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y los aranceles a la importación de aluminio y acero mexicanos.

    Pero hay un punto que promete ser fuente de roces entre México y Washington en materia migratoria. López Obrador ha dicho que México no hará “el trabajo sucio de EEUU” deteniendo a migrantes centroamericanos que atraviesan el territorio mexicano en su ruta hacia el norte. Algo que justamente es lo que el presidente estadounidense qusiera que hiciera el gobierno mexicano.

    En las pasadas semanas, a raíz de la crisis generada por la decisión del gobierno de Trump de separar a las familias indocumentadas capturadas al cruzar la frontera binacional, López Obrador calificó la política de “racista” y pidió una acción del gobierno mexicano para defender a los cientos de personas que estaban viéndose afectadas.


    “Vamos a estar pendientes en estos días, para que se detenga esta acción represiva, racista, inhumana, y ya pronto, muy pronto, al triunfo de nuestro movimiento, vamos a defender a los migrantes de México, de América Central, de todo el continente americano, y a todos los migrantes del mundo”, dijo AMLO en un evento de campaña.

    En cuanto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), como hombre proveniente de la izquierda latinoamericana, AMLO no tiene particular predilección por los esquemas de libre comercio, sobre todo esos que se crearon bajo el influjo de políticas neoliberales que estaban en boga dos o tres décadas atrás.

    Además, es un mandatario que llega al poder con poca conexión con el sector empresarial mexicano, por lo que su defensa del tratado que une a México con Canadá y EEUU podría no ser muy intensa. El nuevo presidente tiene una conexión con sectores laborales y campesinos, entre quienes algunos se identifican como afectados con el acuerdo.

    Sin embargo, la renegociación de NAFTA puede ser vista como una manera de marcar territorio ante el mandatario estadounidense, quien ha hecho de la renegociación del tratado su obsesión. AMLO bien podría profundizar la coordinación con el primer ministro canadiense Justin Trudeau para contrarrestar las aspiraciones de Trump.

    Una cosa que le vendría bien a López Obrador es diferenciarse rápidamente de su predecesor Enrique Peña Nieto, a quien muchos han calificado de “blando” a la hora de defender los intereses mexicanos frente a ese apabullante colega que reside en la Casa Blanca.

    Así que por mucha amabilidad que haya por ahora desde el Twitter de Trump para el recién elegido colega mexicano, es muy probable que se empiece a ver choques entre ambos muy pronto.

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