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    100 días Biden

    La vacunación contra el covid-19, el gran logro de Biden en sus primeros 100 días de gobierno

    A diferencia de su predecesor, el presidente demócrata ha hecho promesas calculadas que ha logrado superar con creces. Los datos no mienten: a la fecha, más de la mitad de los estadounidenses se han vacunado y hay dosis disponibles para todos.
    28 Abr 2021 – 01:04 PM EDT
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    Cuando Joe Bien covid-19 en un contexto de escepticismo y desconfianza ante la respuesta a la pandemia que había dado el gobierno federal de su antecesor.

    Muchas de las promesas de Trump en esta materia se habían quedado en el tintero: el virus no desvaneció durante el verano como predijo y la primera vacuna aprobada no llegó en octubre como inicialmente anticipó el mandatario, sino en diciembre.

    Tampoco hubo 100 millones de dosis entregadas antes de finales de año, como prometió en un evento de la campaña por su frustrada reelección a finales de octubre. Ni siquiera lograron alcanzar la mucho más modesta meta de inocular a 20 millones de estadounidenses antes de que terminara el 2020: se pudo vacunar a 5.4 millones de personas.

    Acaso por ello, Biden adoptó desde el comienzo otro abordaje acaso más prudente: prometer menos de lo que puede cumplir, algo que ha caracterizado su respuesta ante la pandemia y que, según los analistas, le ha permitido capitalizar logros políticos: según una encuesta reciente publicada por CNN, el presidente tiene un 54% de aprobación en su trabajo ante la pandemia.

    Una apuesta segura

    El ritmo de vacunación ya venía acelerándose antes de que Joe Biden asumiera las riendas del país y se comprometiera a vacunar a 100 millones de estadounidenses en sus primeros 100 días -la meta inicial que se trazó-.

    Tal y como explica un poco ambiciosa, una apuesta demasiado segura.

    “Es una decepcionante baja barra”, dijo en ese momento a Associated Press, la experta en salud pública y médico de emergencia Leana Wen. Un sentimiento similar al del académico del Centro de Seguridad de Salud de Johns Hopkins, Amesh Adajla: “Quizá escogen un número que es más fácil de alcanzar que el que debemos alcanzar. Les instaría a ser más osados que eso”.

    “Si el gobierno quiere impresionarnos, que duplique la meta. Digamos a 200 millones de dosis en 100 días. Eso me impresionaría”, declaró el congresista republicano Dan Crenshaw a Fox News en enero.

    A la vez, hubo quienes cuestionaron si alcanzar esa meta sería posible, dado el grado de rezago y descoordinación inicial que imperó al comienzo de la campaña de vacunación en la que la escasez de vacunas era apenas uno de los problemas por sortear.

    “Encuentro fascinante que me pregunten si 100 millones de dosis son suficiente. Una semana antes me preguntaban si estaba loco. Me decían que no podría lograr 100 millones de dosis en 100 días. Pues, con el favor de Dios, no sólo vamos a alcanzar los 100 millones de dosis. Vamos a lograr mucho más que eso”, declaró el propio Biden durante su primera conferencia de prensa en la Casa Blanca.

    Pronto convirtió ese anhelo en otra promesa. Tras 65 días en el poder, se comprometió a que EEUU alcanzaría no 100, sino 200 millones de dosis de vacunas istradas en 100 días, algo que al final se cumplió en el día 92, es decir: también por adelantado.

    “Este es un increíble logro estadounidense, una poderosa demostración de unidad y determinación y un recordatorio de lo que podemos lograr cuando trabajamos juntos como uno hacia una meta común”, dijo el mandatario al anunciarlo.

    “No estábamos rumbo a alcanzar esto sino hasta septiembre cuando llegamos”, tuiteó Andy Slavitt, asesor de la Casa Blanca en materia de covid-19. “Más del 50% de los estadounidenses y del 80% de los adultos mayores han recibido la primera dosis. Cuando Biden y Harris llegaron al poder, estos porcentajes eran 5% y 8% respectivamente”, comentó y destacó que ahora no hay normas de elegibilidad y que 90% de las personas viven a menos de 5 millas de un sitio de vacunación.

    Por adelantado

    Los plazos en los que todas las personas serían elegibles para las vacunas también se cumplieron antes de lo previsto. Inicialmente Biden ordenó a los estados que las vacunas estuvieran disponibles sin restricciones para el 1ro de mayo, fecha que luego adelantó para el 19 de abril en vista de que los estados lo alcanzarían para ese momento.

    Acuerdos con las farmacéuticas Moderna y con Pfizer para la adquisición de más dosis y la alianza con Merck para que ayudara a producir la vacuna de Johnson & Johnson -que recibió autorización de emergencia en estos primeros 100 días de Biden- solventaron los problemas de suministro: EEUU tiene, en esencia, vacunas para regalar y la oferta de vacunas pronto excederá a la demanda. (De hecho, se anunció que Washington donará a países necesitados vacunas de AztraZeneca cuando estas sean aprobadas por la FDA).

    De ahí a que la pausa temporal de la vacuna de Johnson y Johnson no afectara el cronograma estipulado por el gobierno que espera pronto pasar a la siguiente fase: vacunar a los niños de 12 a 15 años una vez que la FDA lo autorice.

    Los necesita pues se teme que ahora que las vacunas estén ampliamente disponibles sin barreras para todos los estadounidenses, cueste convencer a los que todavía faltan por vacunarse, algo que amenaza con desacelerar el ritmo de vacunaciones en el país, que está en una carrera para frenar la propagación de variantes.

    “A los estadounidenses mayores de 16 años, ahora es su turno, así que vacúnense antes de finales de mayo. Podemos lograrlo y lo haremos siempre y cuando no nos rindamos”, una de sus promesas más audaces: que el 4 de julio EEUU comience a “marcar su independencia de este virus”, en un contexto más cercano a la normalidad con una circulación reducida del virus en las comunidades.

    “Si hacemos esto juntos, para el 4 de julio hay altas probabilidades que tú, tu familia y amigos puedan reunirse en su jardín o vecindario y tener una parrilla para celebrar”, vaticinó a comienzos de marzo.

    Recientemente dijo que “estamos rumbo a cumplir esa meta” pues “más niños han vuelto a la escuela y, tras un duro año, más abuelos pueden abrazar de nuevo a sus nietos”. Pero advierte que, si bajamos la guardia, todavía fácilmente el virus podría “borrar el progreso que hemos alcanzado”, por lo que hay que continuar usando la máscara y vacunarse.

    En la Casa Blanca parecen estar conscientes de que nada está garantizado al lidiar con un contagioso virus que en cualquier momento puede cambiar las reglas de juego -si lo dejamos-. Cumplir con el objetivo de vacunar a quienes todavía faltan para acercarnos a la anhelada inmunidad del rebaño, puede ser una utopía.

    Antes versus ahora

    Fuente: cifras oficiales de la Casa Blanca


    Disparidad: una promesa pendiente

    En enero, por orden ejecutiva, Biden creó un grupo de trabajo para equidad en materia de salud con el objetivo de eliminar las disparidades que han hecho que los grupos minoritarios presenten más contagios, hospitalizaciones y muertes por covid-19.

    A finales de marzo, el gobierno se comprometió a dar 10,000 millones de dólares para reducir la disparidad en el a la vacuna, fondos que serían distribuidos para invertir en centros comunitarios, impulsar la confianza en las vacunas a través de programas especiales y otras iniciativas.

    Pese a estos y otros esfuerzos de la Casa Blanca en materia de equidad racial en la respuesta a la pandemia del coronavirus, no hay logros evidentes: a juzgar por la data disponible, pese a ser más golpeados por la pandemia, los negros e hispanos se han vacunado en notable menor proporción que los blancos.

    De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, la información racial/étnica está disponible para el 55% de las personas que han recibido al menos una dosis (no todas la reportan). De ese grupo, 64% fueron blancos, 12% hispanos, 9% negros y 5% asiáticos.

    “Los datos despiertan preocupación sobre la disparidad racial en la vacunación. Prevenirla es importante para mitigar los impactos desproporcionados de la pandemia para la gente de color”, advierte un análisis de la Fundación Kaiser.

    En pocas palabras: aunque se ha cumplido con mucho de lo prometido, queda mucho por hacer. Y por prometer. La anhelada normalidad se vislumbra en el horizonte, pero todavía queda un complicado trecho por delante.

    Cronología

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