Polémico director de EPA en la mira por sus gastos excesivos en viajes de primera clase

El líder de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), Scott Pruitt, hizo varios vuelos de primera clase y de negocios, así como un avión militar en junio pasado gastando al menos 90,000 dólares de los fondos públicos, denuncia un nuevo informe del Proyecto de Integridad Ambiental, quien obtuvo los recibos de EPA bajo la Ley de Libertad de Información y los hizo públicos aquí.
Gastos como estos por vuelos privados son considerados innecesarios y excesivos y han hecho que funcionarios en cargos similares como el exsecretario de Salud, Tom Price, hayan tenido que renunciar a sus puestos.
En el caso de Pruitt, conocido por su posición frente al cambio climático y acciones para destruir la filosofía de protección ambiental que se supone debe promover, se detallan una serie de irregularidades. Por ejemplo, durante un periodo de dos semanas en junio Pruitt tomó un boleto de primera clase de 1,641.43 dólares para un vuelo de Washington D.C. a la ciudad de Nueva York. Su boleto costó más de seis veces el de los dos ayudantes de medios que le acompañaron.
En Manhattan, Pruitt hizo dos breves apariciones en televisión elogiando la decisión de la Casa Blanca de retirarse del acuerdo climático de París 2015, se quedó con el personal en un hotel exclusivo cerca de Times Square y regresó a Washington al día siguiente.
Ese día, después de viajar con Trump en el Air Force One para un evento de infraestructura en Cincinnati, Pruitt y varios empleados corrieron a Nueva York en un avión militar, un vuelo valorado en 36,068.50 dólares hacia Nueva York para que el funcionario pudiera tomar su vuelo a Roma, Italia, para la Cumbre del G-7.
Ese boleto de ida y vuelta de primera clase desde Nueva York a Roma para asistir a la Cumbre del G-7, la visita con el Papa y encuentros en el Vaticano costó 7,003.52 dólares. Esta cantidad es varias veces lo que se pagó por otros funcionarios que fueron. Los documentos oficiales no explican el porqué de esta discrepancia.
Ante la crítica, la portavoz de la EPA, Liz Bownan, dijo a The Washington Post que todos los gastos de viaje de Pruitt habían sido aprobados por los funcionarios de ética federal. Incluso justificó que, con estos viajes, Pruitt "está tratando de obtener más resultados ambientales positivos y lograr resultados ambientales tangibles", “escuchando directamente de personas afectadas por el exceso de regulación de la EPA" y "comunicando el mensaje sobre su agenda y la agenda del presidente".
Pruitt se distingue de los anteriores líderes de la EPA no solo por sus posiciones ideológicas y su negacionismo sobre el cambio climático. Hasta ahora, sus viajes tienden a cumplir al menos tres características: son secretos, frecuentes y costosos. Funcionarios familiarizados con su cronograma aseguran que este año Pruitt planea viajar a Israel, Australia, Japón, México y Canadá, pero ninguna de esas visitas ha sido anunciada oficialmente y que posiblemente esto no se haga aludiendo a "preocupaciones de seguridad". En todos los casos, él lleva a un grupo mayor de asesores políticos en sus viajes.