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Octubre es cada vez más caluroso: así ha cambiado este mes en EEUU desde 1970

Análisis de la organización Climate Central evidencia declive en la cantidad de noches frescas durante los últimos 45 años y se lo atribuye al calentamiento global del planeta.
4 Oct 2017 – 02:17 PM EDT
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En un clima equilibrado, el número de días por encima y por debajo de la normalidad no cambiaría mucho a largo plazo, lo que se traduciría en unos 45 días (de 91 días en la temporada de otoño). Pero en la gran mayoría de las ciudades analizadas, los días cálidos de otoño están aumentando. Crédito: Climate Central

Empezó octubre y con él los abrigos regresan a las vestimentas cotidianas, al menos así ha sido históricamente durante el otoño del hemisferio norte. Y es que aunque en el calendario el otoño comienza en septiembre, es realmente en octubre cuando se comienza a percibir más porque disminuye la cantidad de horas de luz del día, las hojas de los árboles comienzan a cambiar de color y las noches se ponen más frescas...

No obstante, un análisis realizado en el 2016 por la organización Climate Central (y actualizado este 2017) muestra que la cantidad de noches frescas en el mes de octubre está disminuyendo como consecuencia del alza en el promedio de temperaturas globales anuales, es decir, del calentamiento global.

Climate Central es una organización independiente integrada por científicos y periodistas que se dedican a investigar e informar sobre el clima y su impacto en el público.

Se define como noche fresca a aquellas con temperaturas por debajo de un límite característico y específico para cada ciudad durante este periodo, que puede oscilar entre 40 y 70 grados Farenheit.

El reporte analizó datos de los últimos 45 años y confirmó que a nivel nacional las temperaturas promedio del otoño aumentaron a un ritmo de 0.43°F por cada década desde 1970, con lo cual hay menos días donde es necesario usar abrigo.

Por esta misma razón, el estudio sugiere que las características propias de esta estación ahora se mantienen hasta unos 15 días más con respecto a principios del siglo XX.

Estas dos características (menos noches frescas y más días de otoño) son especialmente ciertas en el noreste y el oeste de Estados Unidos, donde se ha detectado que el alza de la temperatura es más acelerada y la estación, más extensa.

Ambas cosas pueden redundar en consecuencias para el turismo, la agroindustria y, en general, para la calidad de vida de las personas. Además, pueden permitir condiciones para la proliferación de mosquitos y otras enfermedades vinculadas con el calor.

La prolongación del otoño con disminución en número de noches frías (particularmente aquellas noches con temperaturas bajo cero) pueden postergar la aparición de la nieve y prolongar el periodo con temperaturas aptas para la supervivencia de insectos como los mosquitos.

Estos son algunos de los ejemplos de cómo se contabiliza el descenso de noches frescas en algunas de las ciudades estadounidenses.

Así ha sido el cambio en Los Ángeles y San Francisco.

En Nueva York también hay diferencia en los últimos 45 años.

Así se ve el registro para San Antonio, Texas.

Y así se ve el Boston.


Incluso en Colorado, el alza de la temperatura se percibe con menos noches frías.

En el DC también hubo cambios.


Para encontrar los cambios en el comportamiento otoñal de otras ciudades visitar aquí.


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